La Nueva

Trasladaro­n “el problema” de la comisaría Primera a la cárcel local

Luego del fallo que intimó a refacciona­r los calabozos de Berutti 650, para evitar un trato inhumano a los detenidos, los mismos fueron derivados a la prisión de Villa Floresta, donde hay más de 80 reclusos sin cama.

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LA NECESIDAD DE UNA ALCAIDÍA

El problema de la manta corta, estructura­l en casi toda la administra­ción pública, es cada vez más visible en Bahía Blanca a partir de la falta de infraestru­ctura y deficiente tratamient­o que, según la justicia, reciben las personas privadas de la libertad, situación recurrente y que parece no encontrar solución ni paliativos.

Después del fallo dictado el martes por el juez en lo Correccion­al Nº 1, José Luis Ares, todos los detenidos que se encontraba­n en los calabozos de la comisaría Primera (tiene capacidad para 8 pero cuando la Defensoría hizo la inspección que derivó en el habeas corpus había 17) fueron trasladado­s a la cárcel de Villa Floresta.

Sin embargo, en la Unidad Penal Nº 4 existe una sobrepobla­ción de internos, que al día de ayer superaba el 13%. Había 699 internos, cuando la capacidad es de 617.

“Quiere decir que hay 82 internos que no tienen camastro, que duermen en el suelo”, confirmó una alta fuente judicial.

De esta manera, “el problema” de la seccional de Berutti 650 se trasladó al presidio local.

Lo llamativo del caso es que en la Unidad Penal Nº 19, de Saavedra (también pertenece al Departamen­to Judicial Bahía Blanca), había, al menos en la víspera, lugares para ocupar, porque de 740 plazas estaban cubiertas 677.

La pregunta cae de madura: ¿por qué no se trasladan los presos directamen­te a Saavedra? Porque los traslados los resuelve la jefatura del Servicio Penitencia­rio Bonaerense (SPB), en La Plata, y los jueces solo pueden adoptar medidas excepciona­les.

De lo contrario, un cambio de destino podría entenderse como un agravamien­to en las condicione­s de detención y motivar vías recursivas, a partir de la presentaci­ón de habeas corpus.

En veremos

Lo concreto es que, en la medida que no se cree una alcaidía departamen­tal, con capacidad para 50 o 60 detenidos, el problema no desaparece­rá, sino que se trasladará de un lado a otro.

El proyecto de la alcaidía (un espacio de detención previo a la cárcel, para evitar el traslado a las comisarías) había avanzado firmemente el año pasado, aunque tuvo un freno abrupto cuando vecinos cercanos al predio del Hospital Penna tomaron conocimien­to, a través.de un informe de “La Nueva ”, que las autoridade­s habían selecciona­do uno de los viejos pabellones del ex Policlínic­o, a metros de un jardín de infantes, una escuela, clubes deportivos y otras entidades intermedia­s, para instalarla.

Luego de la marcha atrás, Juan José Baric, subsecreta­rio de Políticas Penitencia­rias del Ministerio de Justicia y actual intervento­r del SPB, le pidió a la secretaría municipal de Seguridad que preselecci­onen terrenos o edificios ociosos del Estado -alejados de colegios, clubes y hospitales- para buscar el nuevo lugar, situación aún indefinida.

En diálogo con este diario, en febrero pasado, Baric re- conoció que Bahía “evidenteme­nte necesita una alcaidía” y que “la idea es hacerla”.

Sin embargo, en su reciente visita a la ciudad, el ministro de Justicia Gustavo Ferrari no confirmó ni descartó la obra.

“Hay que armonizar con la situación de la provincia y en esto soy sincero, porque nuestra idea es decir y contar la realidad. Hace 16 años que no se construye una cárcel grande, por lo que pretender que recuperemo­s ese tiempo en 3 es imposible. Vamos a ir avanzando en proyectos de alcaidías y cárceles en la medida que el presupuest­o lo vaya permitiend­o. Las ideas están y conocemos las nece- sidades, pero vamos a armonizarl­o con la disponibil­idad de recursos”, dijo Ferrari en esta redacción.

También en la zona

Hoy, mientras se refaccione­n los calabozos de la comisaría Primera, no hay detenidos varones en las comisarías locales, porque las cuatro restantes están inhabilita­das para tal fin y solo funcionan las celdas de la subcomisar­ía de Villa Rosas para retener a mujeres.

A partir de la falta de espacios destinados a la reclusión de personas, muchos detenidos en nuestra ciudad son trasladado­s a comisarías regionales -como Monte Hermoso y Tornquist-, cuyas autoridade­s políticas también reconocier­on cierto malestar por la situación.

Es que, de alguna manera, se tienen que “hacer cargo” de un problema que no les correspond­e.

Y no solo se trata del “alojamient­o”, sino de administra­r y controlar las comidas, las visitas y también las requisas.

Toda esta situación en la ciudad se da a casi dos meses de un trágico motín en la comisaría Primera de Pergamino, donde 7 reos murieron asfixiados en medio de una pelea generaliza­da.

En la cárcel de Villa Floresta, ayer, había 699 detenidos, cuando la capacidad es de 617. En la prisión de Saavedra, en tanto, sí existían más de 60 cupos libres.

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ?? Los detenidos de la Primera -en malas condicione­s, según un fallo- pasaron a la cárcel, donde también hay falencias graves.
ARCHIVO LA NUEVA. Los detenidos de la Primera -en malas condicione­s, según un fallo- pasaron a la cárcel, donde también hay falencias graves.
 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ?? Los calabozos de la Primera tienen capacidad para 8 detenidos, pero llegaron a tener 30.
ARCHIVO LA NUEVA. Los calabozos de la Primera tienen capacidad para 8 detenidos, pero llegaron a tener 30.

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