El palacio municipal: la primera de todas las obras
Construido en la primera década del siglo XX, la obra pretendió graficar el crecimiento de la ciudad .
Para muchos el palacio municipal ubicado en la primera cuadra de calle Alsina, conforma nuestra postal por excelencia. Construido entre 1905 y 1909, el edificio se impone con su ornamentación barroca, ornamentos, frontis curvos, figuras demoníacas y el toque afrancesado de sus techos. Su retiro de la línea municipal permite tener una mejor perspectiva de su presencia.
El inmueble se organiza a partir de una torre, adelantada, y cuerpos laterales de dos plantas. Las oficinas se ubican alrededor del gran hall central o salón de los pasos perdidos.
Para acceder a la planta alta dispone de dos escaleras, revestidas en mármol, ubicadas en los ángulos, emplazamiento que desplazó a una primera propuesta de una gran escalera central.
La torre está rematada por una cúpula donde originalmente se ubicaría un reloj.
Los inicios
La génesis del palacio data de 1903, cuando el intendente Rufino Rojas entendió la necesidad de contar con una casa municipal acorde al progreso de la ciudad. Para eso presentó planos elaborados por técnicos del municipio, con un presupuesto de 150 mil pesos.
“La altura que ha llegado esta ciudad con su edificación moderna, sus bancos, luz eléctrica, tramways, edificios públicos y escuelas, exigen a que la casa municipal esté en relación a los progresos que palpamos”, señaló. Pocos después obtenía el visto bueno, aunque con la sugerencia de organizar un concurso. Estaba en marcha “la primera obra grande levantada por el esfuerzo colectivo de los hijos de Bahía Blanca”.
Un palacio con esqueletos
Como toda gran obra, pronto aparecieron voces que entendían que había “otras prioridades” que atender, y que si el municipio “podía aventurarse” en levantar “Un castillo oriental, un mueble de lujo inservible”, mucho más podía hacer “por otros problemas en los cuales invertir esa abundancia de oro que mana del grifo contribuyente”.
Hubo quienes incluso demonizaron la obra.
“El hotel de ville bahiense se levanta en detrimento de la salud, de manera que veremos al palacio municipal sostenido por los esqueletos de aquellos que sucumbieron por la negligencia de los funcionarios encargados de velar por la salud pública”.
Casa y velorio
En 1904 un jurado dio ganador al proyecto de los arquitectos Ceferino Corti y Emilio Coutaret, de La Plata.
En noviembre se licitó la construcción, siendo aceptada la propuesta de Nicolás Pagano. Un mes después se colocó la piedra fundamental. “Es un acto que tiene una significación moral que viene desde que la sociedad se forma con la aspiración de un estado de vida mejor”, se dijo. En 1906 se coronó la torre y en 1909, sin “fiesta alguna ni brindis con champagne”, comenzó a ocuparse. Semans antes había cumplido con su primer uso oficial, al servir de capilla mortuoria del vecino Angel Brunel.
El edificio está inspirado en varios hoteles de Francia. Fue diseñado por Coutaret y Corti, ganadores del concurso nacional organizado por el municipio.