“Gigante” fue el objetivo, a pesar de la derrota final
La selección femenina, que ya había logrado el pasaje al Mundial 2018, cayó con Canadá 67-65 en cierre de la AmeriCup. También clasificó P. Rico.
La selección Argentina femenina completó anoche una enorme e histórica semana al quedarse con uno de los tres pasajes que otorgó la AmeriCup, la Copa América de básquetbol, al próximo Mundial.
En un colmado estadio de Obras Sanitarias, en la Capital Federal, Las Gigantes lideraron gran parte del juego, pero terminaron cayendo con la poderosa Canadá por 67 a 65 en la final.
En la antevíspera, el equipo conducido por Cristian Santander había abrochado el pincipal objetivo: la clasificación al Mundial de España del próximo año, tras vencer a Puerto Rico por 48 a 44.
Justamente, las boricuas amargaron a Brasil (75-68) en el cotejo por el tercer puesto y se adjudicaron el último pasaje a la cita mundialista.
El desgaste físico y mental que tuvo la albiceleste en la noche del sábado hizo mella en el cotejo final, ya que el primer tiempo fue para la Argentina por 34 a 27, pero las canadienses se quedaron con el 3C por un amplio 39 a 11 y llegaron mejor al cierre.
"Teníamos la espinita de México 2013, y encaramos este torneo sabiendo que iba a ser muy difícil. Gracias a Dios logramos la clasificación tan deseada. Nos preparamos muchísimo para esto y se nos dio", había dicho Melisa Gretter al departamento de prensa de la CABB, tras el éxito ante Puerto Rico.
"La química del equipo se está notando muchísimo. Lo que sentimos fuera de la cancha lo queremos llevar adentro. La química es fundamental. Desde la base me dan la posibilidad de tratar de comandar el equipo, y tratar de armar y buscar que el juego fluya un poco más. Tratamos siempre de buscar a la jugadora que esté mejor ubicada, y lo más lindo es que no dependemos de una sola, todas tratamos de aportar nuestro granito", añadió Gretter.
Con 48s, Gretter tuvo dos lanzamientos para pasar al frente (65-66) y, más tarde, tiró el último triple, sin tiempo en el reloj, aunque la bola pegó en el soporte y salió.
Al margen de los lógicos lamentos, el trabajo de Las Gigantes ya estaba hecho.