Bahía Blanca: ¿más cerca o cada vez más lejos de la región?
Se reconoce a nuestra ciudad por su infraestructura y el puerto, su red vial, el polo petroquímico, las vías ferroviarias y aéreas, los efectores de salud y centros educativos de altos estudios. No obstante, paralelamente también se la cuestiona por un supuesto desinterés en el desarrollo de su zona de influencia
Motor del desarrollo integral del sudoeste, actor principal de una relación estratégica con los municipios de la zona, punta de lanza del crecimiento, una ciudad que no existiría sin las localidades de los alrededores.
Históricamente a Bahía Blanca se la ha definido de muchas formas. Todas, de una forma u otra, la reconocen como una de las ciudades más importantes del sur argentino por su infraestructura y su puerto, su red vial, el polo petroquímico, sus vías ferroviarias y aéreas, los
efectores de salud y centros educativos de altos estudios.
Sin embargo, en forma paralela también ha sido cuestionada por un supuesto desinterés en el desarrollo de su zona de influencia. Bahía -dicen algunos detractoresno se ha involucrado con el desarrollo de políticas públicas que contemplen no solo su propio crecimiento, sinotambién las necesidades y el potencial de desarrollo de los distritos que la rodean.
¿Cómo se conjugan hoy todos estos factores? ¿Qué opinan los distintos referentes institucionales de la zona? ¿Ha logrado Bahía Blanca dejar atrás el ostracismo y está en vía de hacer mayores aportes a sus distritos hermanos o, por el contrario, sigue cerrada en sí misma, más ocupada en atender sus problemáticas que en traccionar su región?
Las opiniones son variadas y en muchos casos duales: no todo es positivo ni todo es negativo; eso sí: el “pero” siempre está presente.
A favor aparecen argumentos como las obras que se llevan a cabo en cercanías de la ciudad y favorecen al resto -como la construcción de la autovía de la ruta 33-, o la importancia de un puerto de aguas profundas en medio de una zona eminentemente agropecuaria.
Lo negativo se vincula a cuestiones económicas, sobre todo para pequeños comerciantes que pierden ganancias ante los precios más bajos que se encuentran en la ciudad. También se la cuestiona por desconocer cuál es la realidad de sus localidades vecinas, fuertemente vinculadas al sector rural, y cierto desinterés por convertirse en el centro integrador de las distintas actividades, proyectos e iniciativas que nacen en la región.
“Es indiscutible la importancia de Bahía Blanca como aglutinador de gran parte de la actividad de la región —dijo Nueva. a La Bernardo Ramírez, presidente de la Asociación de Productores de Villarino Sur—. Sin embargo, como pasa en todas las grandes urbes, gran parte de la sociedad está de espaldas al campo. Se desconoce la realidad rural y que el principal sustento de la región pasa por la actividad del campo. Así, se desentiende de lo que está pasando a su alrededor”.
“Muchos siguen viendo a los productores agropecuarios como los ricos de las 4x4. Hay que reconocer también que los dirigentes no hemos logrado crear conciencia y revertir esta visión errónea de la actividad”, enfatizó.
Marcos Rebolini, tesorero de la Sociedad Rural de Coronel Suárez, consideró que a Bahía Blanca le falta integrarse más con la zona, especialmente desde el punto de vista estratégico, para lograr un crecimiento armónico.
“Es necesario ver qué tiene cada uno, qué le falta y cómo, entre todos, podemos sumar para que el resultado sea positivo”, remarcó.
“Se debería elaborar una estrategia desde lo político, acompañada por lo productivo, y atender desde ese lugar temas puntuales que hacen a la integración, como rutas, aeropuerto, puerto, industrias y la exportación desde Bahía Blanca”, añadió el dirigente.
Andres Fidelibus, presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Coronel Dorrego, remarcó que “no hay duda de que Bahía es la capital del sur del país y, junto con Neuquén, una de las ciudades más importantes de la Argentina desde la línea transversal hacia abajo”.
“La cercanía nos favorece principalmente porque nuestra economía depende un 99% del puerto. Somos importantes productores de trigo y de cría de ganado vacuno, y nos vinculamos a Bahía mediante el transporte en camiones”, refirió.
Esta misma cercanía -aclarósuele ser perjudicial para los pequeños comerciantes, sobre todo cuando las grandes cadenas de supermercados ofrecen promociones vinculadas a tarjetas de crédito con las que no pueden competir.
“Cuando el precio de combustible es bajo, muchos viajan desde Coronel Dorrego a Bahía Blanca para comprar. Estamos a tan solo 94 kilómetros y no tenemos que pagar peaje”, indicó.
El empresario hotelero carhuense Rubén Besagonill consideró que “Bahía Blanca es el motor de la región” y "una referencia fundamental para cuestiones vinculadas con la salud y la educación".
“Con el trabajo pasa lo mismo: cuando faltan fuentes laborales en los pueblos, la gente muchas veces se refugia en la ciudad buscando una solución”, aseguró.
Además, consideró que es natural que las poblaciones de los alrededores aprovechen el crecimiento de una localidad de tal importancia.
“La región depende de Bahía Blanca; sin ella sería muy pobre”, remarcó.
Fluidez
Mario Fernández, presidente de la Cámara Sur Oliva, de Coronel Dorrego, remarcó que hoy es necesario mejorar las vías de comunicación, particularmente con obras viales que favorezcan un sistema más fluido de arribo de la producción zonal al puerto local.
Con él coincidió Ramírez, desde Aprovis, al destacar que es una cuestión natural que la ciudad motorice el desarrollo regional, aunque aclara que las dirigencias política y agropecuaria “deberán trabajar en este sentido y ser punta de lanza en el desarrollo del sudoeste bonaerense, empezando por entendernos como una región distinta, diferenciada del resto de la provincia”.
“Puntualmente, entiendo que hay que ocuparse en promover el desarrollo del puerto y la zona franca para ampliar y fortalecer el comercio; apoyar y reflotar el tren de cargas como transporte más económico y eficiente de nuestra producción; apoyar el desarrollo de energías renovables en la región y afianzar las economías regionales”, sostiene.
“Para esto, Bahía debería hacer punta, promoviendo mejoras en este sentido y exigiendo políticas públicas desde la provincia de Buenos Aires y la Nación para que el sudoeste bonaerense ocupe el lugar que se merece”, agrega.
“Que la zona se arregle”
El director del hospital municipal de Coronel Suárez, Rogelio Urízar, recuerda que su distrito se vio obligado a crecer en materia de salud por esfuerzo propio, al detectar que el sistema de sanitario de Bahía Blanca estaba saturado y no daba respuestas a la región.
“Durante la epidemia de la Gripe A, a mediados de 2009, la ciudad transitó por una situación de emergencia. En aquel momento, la frase desde Región Sanitaria fue 'Bahía Blanca se va a encargar de Bahía Blanca'; la contracara era 'que la zona se arregle'”, cuenta.
“Era secretario de Salud de Suárez en aquel momento, y desde el hospital nos hicimos cargo de pacientes de la zona. Fue muy incómodo porque la capacidad de terapia no es tan grande como para atender esa demanda. Un mes después me llamaron de Región Sanitaria para pedirme camas y se creó una situación tensa”, añade.
Según su punto de vista, Bahía Blanca se tiene que desarrollar más en las capacidades de sus propios hospitales.
“Suárez siempre fue un pueblo muy progresivo en cuestiones de salud, pero la relación con Bahía Blanca nos obligó más aún a ir por este camino”, dice.
Hoy, este nosocomio depende de Bahía Blanca en las especialidades de neurocirugía y hemodinamia.
“En el interior hay muchas situaciones. Una de las demandas, y que también le pasa a Bahía, es la falta de médicos de guardia. Además, hay residencias de médicos generalistas que pueden salir a la zona a rotar para aprender lo que es ser médico de un pueblo”, dijo.
“Son médicos que se forman para hacer un poco de cada especialidad y se terminan quedando en ciudades grandes, cumpliendo una función que no es aquella para la que fueron capacitados”, destaca.
Educación superior: el camino inverso
Pedro Silberman, decano del departamento de Ciencias de la Salud de la UNS, reconoció que la universidad posee una concepción amplia de la región, ya que su accionar no se circunscribe solo a la ciudad.
“Si bien gran parte del de- sarrollo se da a nivel local, existen muchísimas propuestas vinculadas con la investigación, la docencia y la extensión que incluyen a la zona. La universidad en sí se piensa en términos regionales, ya que se percibe la enseñanza desde una perspectiva Nueva. regional”, dijo a La
En una decisión inédita, hace un par de años la UNS habilitó el dictado de la carrera de Medicina en la sede de la UPSO en Pigüé. En su momento, la medida se definió como la proyección de la universidad ante una real necesidad educativa y de formación de profesionales médicos.
“La forma en que se concreta —en términos de impacto— solo la puede medir la gente que vive en la zona, ya que no siempre los resultados son percibidos de la misma manera. En nuestro caso, tenemos muchos egresados que concluyen sus estudios y se radican en la zona”, dijo.