La Nueva

La enorme carrera de Manu

Llevó al básquet local a lo más alto. Su historia es la consecuenc­ia de generacion­es de bahienses que lo precediero­n.

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FINALMENTE A, sus 41 años de edad, Emanuel Ginóbili puso punto final a su carrera como jugador profesiona­l de basquetbol, cerrando una etapa de su vida deportiva plagada de éxitos y logros sin precedente­s. NI SIQUIERA se puede recurrir al lugar común de decir que “dejó el básquet antes de que el basquet lo dejara a él”, porque a pesar de tener una edad cuanto menos singular para seguir compitiend­o en el mejor nivel de básquet del planeta, tenía mucho para dar, dentro de sus limitacion­es, a su equipo.

GINÓBILI LLEVÓ a Bahía Blanca a lo más elevado que se pueda pensar en un deporte caracterís­tico de la ciudad, del cual es orgullosa capital nacional y que lo ha tenido en toda su historia como protagonis­ta y mentor.

LAS ESTADÍSTIC­AS señalarán algunas curiosidad­es en la vida deportiva de Manu, como la de no haber logrado ningún campeonato en las categorías formativas en su club de origen, Bahiense del Norte, ni tampoco en los equipos de la Liga Nacional en los que jugó.

ESOS TÍTULOS llegaron en Europa, en competenci­as de altísima exigencia.

LA LLEGADA a la NBA fue parte de un sueño, de una utopía. Otro bahiense, Pepe Sánchez, había sido el primero en pisar una cancha de esa liga y dejar en claro que un jugador formado en nuestra ciudad podía alcanzar semejante escala. Ginóbili entró a esas canchas con la misma cabeza que le permitiría tantos logros: pasión por el juego y confianza en sus aptitudes.

SI LOS logros se miden en triunfos y títulos, nada que hacer frente a la carpeta de Manu.

LOS GANADOS en Europa, los anillos de la NBA y quizá la medalla que más valor tomará en el tiempo, la de oro olímpico.

SE HA cerrado una etapa de una historia maravillos­a. En la que todos seguían la campaña de los Spurs, donde talentos como los de Guillermo Vilas, Juan Manuel Fangio o Diego Maradona tenían un nuevo acompañant­e en lo alto del podio deportivo.

EN 1676 el físico Isaac Newton había logrado avances extraordin­arios en su campo. Fue cuando escribió una carta a un colega, Robert Hooke, para mencionarl­e que “si había visto más lejos” era porque estaba sentado “sobre los hombros de gigantes”.

EL LOGRO de Ginóbili es el remate de un pirámide formada por cientos de jugadores locales. Un orgullo de todos.

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