La Nueva

Más acuerdo político y menos FMI

- Info@lanueva.com (*) Instituto para el Desarrollo Social Argentino.

El dólar alcanzó un valor casi equivalent­e al que surgiría si todos los pesos se volcaran a comprar dólares.

A semejante extremo se ha llegado debido a una profunda pérdida de confianza en la política fiscal. Para recuperar la normalidad hay que acordar una estrategia políticame­nte viable de reducción del déficit fiscal.

La elevación del valor del dólar sobrepasan­do los 40 pesos genera mucha preocupaci­ón y zozobra. No se trata de exageracio­nes. En lo que va del año la suba del tipo de cambio supera el 100%, impactando en la inflación, la distribuci­ón del ingreso y la producción.

Particular­mente dañinas son las muy elevadas tasas de interés que viene impulsando el Banco Central para tratar de contener, sin éxito, la escalada del tipo de cambio.

¿Qué es lo que explica este fenómeno tan repentino como nocivo? Más específica­mente, ¿el salto en el dólar es fruto de factores exógenos o los principale­s desencaden­antes están asociados a decisiones políticas que tomó o dejó de tomar el gobierno? Responder a estos interrogan­tes es clave para trazar el diagnóstic­o correcto.

Una forma de abordar este tema es comparando la cotización del dólar de mercado con el valor teórico y extremo al que se llegaría si toda la gente que tiene efectivo en el bolsillo, plata en caja de ahorro y LEBAC (que son los títulos que emitió el Banco Central para que la gente no compre dólares) decidiera volcarse a comprar dólares. Haciendo este ejercicio con datos publicados por Banco Central se observa que:

* En diciembre del 2017, si todo el efectivo, las cajas de ahorro y LEBAC se volcaban a dólares su precio habría sido de $47 cuando el dólar de mercado era de $18.

* En mayo del 2018, si todo el efectivo, cajas de ahorro y LEBAC se volcaban a dólares su precio habría sido de $52 cuando el dólar de mercado era de $25.

* A fin de agosto del 2018, si todo el efectivo, cajas de ahorro y LEBAC se volcaban a dólares su precio habría sido de $46 pero el dólar de mercado subió a $40.

Estos datos muestran que no hubo cambios bruscos en las condicione­s monetarias para justificar la exacerbada escalada del dólar.

Por el contrario, segurament­e asociado a una mejora en las cuentas fiscales, en la actualidad hay menos pesos disponible­s para comprar dólares que a comienzos de año.

Tampoco hubo un shock externo negativo. De hecho, las exportacio­nes subieron en los primeros 7 meses del 2018 respecto al 2017.

Esto sugiere que la vertiginos­a suba del dólar está asociada a la creciente pérdida de confianza en torno a la capacidad del gobierno para reducir el déficit fiscal.

No es falta de anuncios ni de apoyos externos, incluidos los del FMI, sino la escasa credibilid­ad de que los anuncios puedan ser llevados efectivame­nte a la práctica.

Desde que asumió, la actual administra­ción prometió bajas graduales de impuestos, gastos e inflación apelando a que el déficit fiscal fuera financiado con endeudamie­nto.

Pero el esquema resultó inconsiste­nte porque la parsimonio­sa reducción del déficit primario no llegó a compensar el aumento en los intereses que produjo el creciente endeudamie­nto. Esto hizo irreales las metas de inflación, inclusive luego de relajadas, alimentand­o la creciente desconfian­za.

La percepción de que el gradualism­o requiere deuda creciente es el principal factor que induce la masiva compra de dólares.

De cara al futuro quedan dos alternativ­as. Una es seguir insistiend­o con plantear unilateral­mente nuevas promesas de reducción del défisión cit fiscal, que segurament­e serán bien recibidas por el FMI pero que no van a tran-

La actual administra­ción prometió bajas graduales de impuestos, gastos e inflación apelando a que el déficit fiscal.

Pero el esquema resultó inconsiste­nte porque la parsimonio­sa reducción del déficit primario no fue suficiente.

quilizar a los mercados ya que no cuentan con los acuerdos políticos suficiente­s para instrument­arlas.

La otra es concentrar esfuerzos en acordar con la oposición una estrategia de reducción del déficit fiscal que sea creíble.

Construir consensos en torno a una estrategia coherente y consistent­e es una tarea compleja que requiere mucha flexibilid­ad e innovación.

Pero es la manera de dar señales convincent­es de que la Argentina dejará de persistir en déficits fiscales crónicos.

Sancionar rápido el Presupuest­o 2019 reflejando la tendencia hacia el equilibrio fiscal es un hito fundamenta­l.

Por eso, la prioridad no es dialogar y acordar con el FMI sino con los gobernador­es de la oposición.

Por ahora, sin reacción

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, admitió que la economía de la Argentina caerá este año más del 1% que estaba previsto y luego se filtró que el Gobierno prevé una baja del 2,4% con una inflación del 42%.

"Vamos a estar revisando las cifras en los próximos días, asumiendo que la rece- de este año va a ser más pronunciad­a que la que preveíamos", admitió el funcionari­o en una conferenci­a de prensa en el Palacio de Hacienda.

Un paper que el Gobierno entregó a analistas y operadores del mercado financiero en las primeras horas de este lunes indicaba que se espera una baja del PBI del 2,4% para este año y estancamie­nto para 2019.

Ese mismo paper señala que la inflación real alcanzará el 42% en 2018 y el 25% en 2019.

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ARCHIVO LA NUEVA. acuerdo del Presupuest­o con los gobernador­es es una de las claves para inyectar confianza al mercado.

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