El desarraigo, un motivo clave de la violencia de género
En el año se recibieron 733 denuncias por este tipo de hechos. Desde la ONG Manos Entrelazadas advierten de la situación y sobre la necesidad de prevenir y contener a la víctima.
En lo que va de 2018 se han denunciado 733 episodios de violencia de género y familiar en Punta Alta.
La proyección indica que las cifras finales del año serán similares a las de 2017, donde se registraron 979 presentaciones.
La situación preocupa y requiere una intervención de manera inmediata, previniendo y concientizando sobre la necesidad de no callar.
Encarnación Quiroga, titular de la ONG Manos Entrelazadas, consideró que no hay tiempo que perder.
“Como agentes que trabajamos en esto, nos llena de satisfacción llegar a la gente y que tengan confianza para hacer la denuncia. Seguimos trabajando, pero al mismo tiempo estamos alertas porque la cantidad de denuncias hacen que pensemos que muchas otras mujeres no las hacen por miedo, más en una ciudad como esta, donde la mayoría vienen desde el interior del país, diría que en un 80 por ciento”, señaló.
Al respecto, describió que entre un 20 y 30% de esas presentaciones “luego son retiradas por las víctimas. No se llegan a judicializar por el miedo que tienen”.
Quiroga define que el objetivo de la entidad que representa es “lograr que las situaciones de violencia de género y familiar sean denunciadas y encauzadas judicial y emocionalmente”.
Describió que ese desarraigo que experimentan las mujeres que llegan a la vecina ciudad resulta clave para hallar una explicación a la problemática.
“Soy de Tucumán y viví esta situación. Sé lo que significa tener miedo y estar sola lejos de tu familia. Por eso me pongo siempre en la pie de la mujer y estoy comprometida para ayudar a quien lo necesita. Aun existe ese mito del 'no te metas' o el 'no te vamos a tomar la denuncia' cuando el funcionario público se cree juez o parte de la Justicia”.
Agregó que “en Punta Alta aún debemos encontrar un lugar de refugio para la mujer”.
“A la violencia de género hay que trabajarla desde cada lugar, porque cada región tiene sus recursos, su historia y su tradición. Sabemos lo que tenemos y cómo podemos trabajar para tener fuerza y bajar el alto índice. Por eso, lo primero que hay que trabajar es con el desarraigo, el factor principal donde podemos hacer un eje. Además, hay que buscar recursos, lugares donde la mujer pueda empezar a empoderarse y tener trabajo, microemprendimientos y sentirse fuerte”, siguió diciendo.
También con el hombre
Al igual que lo hace la ONG El Nido en nuestra ciudad, la organización puntaltense trabaja con el hombre violento.
“Esa es una pata muy im- portante en la tarea de género. Uno baja la tensión de esa persona que viene con furia y bronca, y se ve el cambio tras las entrevistas. Además, todos los habitantes del país tienen sus derechos. No ponemos a la mujer como el sexo débil”.
“Vemos muchas situaciones de violencia de género en Punta Alta y la venimos trabajando muy bien, porque me acerco a organismos dedicados a esto y sentimos el respeto que nos tienen. Hemos llegado a la Cámara de Diputados y también al Senado, y eso nos llena de orgullo”, expresó.
También considera que en la actualidad la víctima denuncia con mayor rapidez.
“La mujer ya no soporta los maltratos durante tanto tiempo debido a la concientización y a las muchas campañas que se realizan, la charlas en las escuelas y los debates sobre la violencia en el noviazgo y la intrafamiliar”.
“Realizamos capacitaciones con la Universidad Nacional del Sur y todos los meses hacemos debates y charlas de diversas temáticas”, dijo Encarnación Quiroga.