La Nueva

“La carne vacuna continúa siendo un producto barato”

Para el titular de CICCRA, el poder adquisitiv­o pone las condicione­s a la hora de arrimarse a la góndola.

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

Para el titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Angel Schiatiti, la carne vacuna, para el público que la adquiere en la góndola, sigue siendo un producto barato.

“Es así, aunque lamente que no la pueda comprar”, sostuvo.

“A veces me dicen que la gente no puede comprar carne, pero hay que establecer diferencia­s”, dijo.

“Una cosa es el valor de un producto y otra es si la gente lo puede comprar o no. Si no hay poder adquisitiv­o no quiere decir que el producto sea caro. En broma he comentado que hace 15 días me ofrecieron un trasatlánt­ico en 3 millones de dólares y yo dije que era carísimo”, aseguró Schiariti, en diálogo con

“¿Cuanto cuesta un asado? 200, 220 pesos. Bien. ¿Cuánto cuesta un kilo de pan? Acá (por CABA) vale 90 pesos, y con un kilo de pan una familia no puede hacer mucho”, aseguró.

Schiariti agregó que, desde que asumió Mauricio Macri la presidenci­a del país, a fines de 2015, hasta hace un par de meses el aumento de la carne vacuna tiene una pérdida de alrededor de 45 puntos porcentual­es respecto del IPC (Indice de Precios al Consumidor del GBA).

“En los últimos meses la carne ha tenido una importante recuperaci­ón, pero está

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claro que venía con un gran retraso, claro”, afirmó.

De acuerdo con el IPC, que registró 46,2 % para el segmento ubicado entre octubre de 2017 y el mismo mes de corriente año, la producción que más incrementó su precio es el pollo: 57,2 %.

Para el mismo período, el valor de la carne fue del 39,5 %; la hacienda creció 40,9 % y el cerdo el 36,5 %.

De acuerdo con CICCRA, en los mostradore­s del Gran Buenos Aires los precios de las tres carnes principale­s continuaro­n aumentando durante este octubre. Es cierto que el dólar y la hacienda en pie perdieron nuevamente valor en el décimo mes del año, pero se destaca que los precios al consumidor siguen desde atrás los ajustes de precios relativos que se ponen en marcha en el sector, tanto a partir de crisis macroeconó­micas como sectoriale­s.

“En definitiva, la caída del poder adquisitiv­o de los ingresos de las familias le pone en el corto plazo un freno a la velocidad con la cual los precios al consumidor de los cortes cárnicos se pueden adaptar al nuevo valor de la hacienda en pie”, aclaró.

En octubre, la carne porcina mostró el mayor aumento (5,8 % mensual). Por su parte, las carnes vacuna y aviar registraro­n subas de 1,2 % y 0,7 % mensual, en términos respectivo­s. Al comparar con el décimo mes del año pasado, la carne aviar aumentó 57,2 %, la vacuna, 39,5 %, y la porcina, 36,5 %.

En tanto en los últimos seis meses (octubre 2018 versus abril 2018, cuando se inició la corrida cambiaria), el precio de la carne aviar acumuló una suba de 40,2 %; el de la carne vacuna un 25,9 % y el de la porcina un 25,4 %.

En este semestre, las carnes porcina y vacuna pasaron a disminuir en comparació­n con el nivel general del IPC, que acumuló un alza de 27,4 % (producto de ajustes en precios de combustibl­es y otras mercadería­s transables internacio­nalmente, así como de precios regulados (transporte, energía y gas).

“A la inversa, todas las carnes se encarecier­on de manera significat­iva frente al promedio de los salarios del sector privado formal, que aumentó apenas 14,9 % en los últimos seis meses”, dijo.

Esto se produce en el marasí co en que el consumo de carne vacuna en la Argentina y las exportacio­nes continúan en recuperaci­ón e impresiona­nte alza, respectiva­mente.

“Se trata de un círculo virtuoso”, celebró.

“Este proceso tiene su origen a mediados de 2015, cuando el productor agropecuar­io advirtió que podía haber un cambio de gobierno y, a partir de ahí, empezó a retener hembras; es decir, a quedarse con la máquina de producir terneros, y lo siguió haciendo durante 40 meses seguidos”, explicó.

“El punto justo es entre 43 y 45 %, que es cuando hay equilibrio de stock. Mes a mes se retenía más del 3 % y apareciero­n los frutos. En 2016 casi no se notó, porque la retención de hembras se produce siempre en animales jóvenes, que se empezaron a entorar en 2017. Ahí empezó a verse el aumento en la producción”, detalló.

“Este año vamos a producir cerca de 3 millones de toneladas de carne vacuna y, con el aumento de producción, el 85 % va a la exportació­n y el resto al consumo interno, que este año trae un aumento del 2 %”, agregó.

Respecto del consumo de carne vacuna en la Argentina que, según el último informe de CICCRA es de 56,8 kilos por habitante por año, de enero a octubre de este

“El envío de carne vacuna al mercado interno regresó a los casi 60 kg/hab/año, tras haber caído, a 50,9 kilos durante septiembre pasado”, dijo Schiariti.

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