El suceso en Mar del Plata lleva a controlar el estado de los balcones en Bahía
La caída de un balcón en la Feliz, que provocó la muerte de dos personas, debe servir de lección.
Un par de semanas antes de la caída de un conjunto de balcones en la ciudad de mar del Plata, hecho ocurrido el pasado 29 de diciembre, que costó la vida de una joven de 35 años y su hija de 3, este diario publicó una nota referida a la incógnita que genera el estado de los balcones y otros salientes de los edificios locales, los cuales carecen de todo tipo de control y mantenimiento.
El impactante video que muestra el desprendimiento ocurrido en Mar del Plata, con toda la violencia y la destrucción que genera semejante masa en caída libre, da cuenta de un hecho preocupante: estas estructuras caen de manera imprevista, como un elemento rígido: en un momento único y límite, fallan, se quiebran, caen. No existe una flexibilidad que anticipe con algún movimiento esa circunstancia. No existen desprendimientos previos.
La única manera de anticipar esa posibilidad es realizar una inspección profesional, que puedan advertir algunas fisuras, acceder al estado de las armaduras, que establezcan un grado posible de riesgo o colapso.
Es común para muchos caminantes observar balcones, cornisas, molduras y otros salientes y, de manera intuitiva decir, "en cualquier momento se cae". Eso es real: en cualquier momento se cae. Sólo es cuestión de fechas.
“Normalmente la caída de un balcón es por corrosión de su armadura, en parte por la edad del edificio”, señaló el ingeniero Gabriel Hernando, especialista en la materia.
El caso
"Normalmente la caída de un balcón es por corrosión de su armadura, en parte por la edad del edificio", señala el ingeniero Gabriel Hernando, especialista en la materia. Explicó que aunque el balcón esté construido de manera adecuada, la falta de mantenimiento o el uso con cargas excesivas o inadecuadas (colocación de macetones en su borde, por ejemplo) conspiran contra la integridad de la estructura.
Si un edificio nuevo presenta problemas con estos elementos, allí se pueden detectar es "una suma de errores".
"El voladizo (la forma que tiene un balcón, una cornisa, un toldo) es una compleja configuración estructural. Muy expuesta a errores humanos y cuya resolución merece atención y cuidado. Es un componente arquitectónico al que no se le da la importancia necesaria al proyectarlo, construirlo y mantenerlo. Con el agravante que no avisa cuando va a fallar", indica.
En el caso mencionado de Mar del Plata, tal como sucedió en 1992 en Pinamar con el desprendimiento de un balcón, hay un detalle que permite especular sobre las causas del fallo.
Enrique Gil, ingeniero civil, especialista en estructuras, menciona que en las fo-
molduras, ornamentos, placas, revestimientos.
La norma está inspirada en la que rige en la Ciudad de Buenos Aires, incluso sus puntos cuestionados.
Por caso que edificios de entre 20 y 30 años de antigüedad deben verificarse "cada 8 años", cuando, se dice, con el paso del tiempo es más factible que las estructuras tengan fallas. tos del siniestro "no se advierten armaduras que hayan quedado a la vista".
Si el hierro del balcón estuviese en su lugar correcto, debería caer el hormigón y quedar algunos hierros en su posición de armado.
"Parece un caso de balcones colocados con posterioridad a la ejecución de la estructura del edificio. Están soldados o pegados. Es una solución de riesgo", indicó.
Al pasar
Bahía Blanca tiene un centro histórico con decenas de edificios centenarios. Son cornisas, molduras, balcones, salientes y ornamentos que habría que revisar y controlar.
Pero además, tomando un área del micro centro, delimitada por calles Mitre y Brown, entre Sarmiento y Belgrano, se contabilizan 332 balcones, con un promedio de 50 años de antigüedad. Que uno sólo colapse, resultaría fatídico.