La Nueva

Guillermo Martínez, el escritor local que sedujo a los españoles

Guillermo Martínez se quedó con el tradiciona­l premio Nadal gracias a su novela inédita “Los crímenes de Alicia”. Sus sensacione­s y la matemática, en un mano a mano.

- Franco Pignol fpignol@lanueva.com

Uno de los premios literarios más antiguos de España, esta vez en su edición 2019, quedó en manos de un bahiense. Guillermo Martínez se quedó en Barcelona con el Nadal de novela gracias a su obra “Los crímenes de Alicia”.

De esa manera se consagró como el tercer argentino ganador en la historia del certamen que se realiza desde el año 1944. Antes lo habían logrado Juan José Saer, en el año 1987, con la novela “La ocasión” y Luis Gasulla, en 1974, con “Culminació­n de Montoya”.

“El libro se va a publicar en febrero. Estoy feliz porque no me imaginaba la repercusió­n que tenía este premio en España. Es el premio más antiguos para ellos y la lista de los ganadores, desde el año 1945 es casi de lo mejor de la literatura española. Es muy impresiona­nte ver los nombres de los ganadores. Desde Miguel Delibes, Francisco Umbral, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, toda gente que he leído y son grandes escritores”, contó con felicidad Guillermo Martínez.

—¿Qué significa para vos ganar un premio en el país donde surgió nuestro idioma?

—En mi caso me resulta un continente un poco extraño. Cada país tiene sus referentes, sus grandes nombres y sus candidatos. En ese sentido es particular­mente emocionant­e porque fue un caso imprevisto para ellos. En general la tendencia, sobre todo del premio Nadal, es la de premiar autores españoles. Hay un muy pocos latinoamer­icanos, creo que soy el quinto.

—¿Hiciste algún esfuerzo por conquistar al jurado español mediante el idioma?

—No, para nada. Mi novela está escrita en argentino. Se dan cuenta ni bien la empiezan a leer. Igual que si la enviaría un mexicano o un chileno. Seguro que ni bien empezaron a leerla se dieron cuenta con seguridad de que no era español.

—Digamos que no hay especulaci­ón posible.

—Quizás alguien que no es español pueda decidir escribir como en España para intentar ganar el premio, pero yo he visto que los argentinos se adaptan rápidament­e. Hay una cantidad de sutilezas con los verbos, con algunas seleccione­s de palabras, objeto directo e indirecto... en fin, no es tan sencillo impostar el español. Por mi parte sostuve y defendí que la novela apareciera en argentino. Hay una cantidad de palabras que se podría elegir la palabra equivalent­e, pero eso quedó claro que no va a ser así. Los españoles la leerán como obra argentina.

—¿Alguna vez pensaste que iba a llegar el día en el que ibas a tener que decidir tan rápidament­e la publicació­n de una novela inédita como te ocurrió luego de ganar el Nadal?

—La verdad que no porque en general siempre es al revés. Uno termina la novela, se lee, se corrije y hasta el diseño de tapa a veces pasan meses. Pero tengo que decir que después de mi primera novela pude empezar a publicarla­s más rápidament­e. Porque si bien soy muy lento para escribir, generalmen­te las termino de una manera muy pulida. Por eso paso tanto tiempo escribiend­o.

Einstein, Sabato y más

—Teniendo en cuenta tu condición de matemático ¿se puede decir que resolver problemas o despejar “x” te ha servido para escribir de una manera más breve e intensa?

—Hay algo del espíritu de la matemática que trata de resolver cosas que son muy complejas de una manera elegante y precisa. Justamente las mejores soluciones son aquellas que tienen cierta economía y elegancia. Cuando una demostraci­ón es excesivame­nte abstrusa se sospecha que aún no se encontró cuáles son las propiedade­s cruciales que permitan hacer las cosas de una

Juan Saer, en 1987, con la novela “La ocasión” y Luis Gasulla, en 1974, con “Culminació­n de Montoya”, son los otros argentinos ganadores.

Guillermo Martínez se consagró como el tercer argentino ganador en la historia del certamen que se realiza desde el año 1944 en España.

Dijo Martínez: “Tanto en la matemática como en la literatura la idea es acercarse a ideas profundas sin perder la intención de claridad”.

manera más natural o sencilla pero sin perder la profundida­d. La idea es acercarse a ideas profundas sin perder la intención de claridad. La sencillez necesaria, pero no el simplismo. —Como hizo Einstein con la teoría de la relativida­d.

—Sí, hay una anécdota muy interesant­e que cuenta Ernesto Sabato sobre esa teoría. —¿La recordás?

—Un amigo le pregunta si le podía explicar la teoría de la relativida­d, entonces el comienza a explicárse­la, con los sensores, los espacios, la geometría... el amigo no entiende nada. Entonces para que pueda entender su amigo comienza a hablarle de relojes, de trenes... En un momento lo simplifica tanto que el amigo le dice: “¡ahora sí, ahora logré entenderlo todo!”. Entonces Sabato le dice: “Bueno, pero ahora no es más la teoría de la relativida­d”. A veces se puede simplifica­r, pero no demasiado.

—¿Qué creés que te dio la matemática a la hora de escribir tus textos?

—Puede ser cierto afán de transparen­cia. Poder explicar algunas cuestiones (sobre todo cuando aparecen cuestiones relacionad­as a la lógica o a la matemática) de una manera que sea expresiva literariam­ente y comprensib­le.

Frase por frase

"¿Qué pasaría si alguien quitaría de la informació­n de la solapa que soy matemático? Escribo desde que tengo siete años. No te podría decir que pienso las historias de manera diferente desde que empecé a estudiar matemática. Siempre pensé como un escritor. La única vinculació­n mayor tiene que ver con mi formación de cuentista. El cuento es riguroso, tiene una cierta economía del lenguaje y favorece la precisión. Hay una cantidad de elementos de la estética matemática que ya están presentes en la de un cuento. Me gusta pensar que escribo las novelas como si fueran cuentitos. Voy frase por frase", reveló Martínez.

 ??  ??
 ?? FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA. ??
FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina