El nostálgico regreso de la Trova Rosarina
El grupo de artistas que en los 80 sorprendió con grandes composiciones, volvió a juntarse en Cosquín.
La Trova Rosarina, denominación que a inicios de los 80 cobijó a un conjunto de jóvenes músicos, autores y cantantes que plasmaron un novedoso y potente repertorio para la canción argentina, volvió a reunirse en la apertura del Festival Nacional de Folclore de Cosquín con una emocionante y celebrada actuación.
Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo, seis de los protagonistas de aquel movimiento que nunca funcionó orgánicamente pero mantuvo su legado de novedosa impronta a la música popular, fueron los protagonistas de un feliz reencuentro con el público.
Y en compañía de otra media docena de instrumentistas (Claudio Cardone en teclados, Leonardo Introini en contrabajo, Julián Baglietto en batería, Adrián Charras en teclados y acordeón y Juancho Perone en percusión), ofrecieron un certero repertorio de ocho piezas clásicas de la movida rosarina.
La apertura fue para que la banda, junto a Baglietto y Garré, recrearan “Era en abril”, canción de Fandermole que formó parte del disco “Tiempos difíciles”, que en 1982 fue el debut de Baglietto y también el primero que corporizó la tarea creativa de aquel grupo de jóvenes artistas.
Ya con los otros cuatro protagonistas sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, se recreó “La vida es una moneda” (de Fito Páez), otra gema de aquella placa emblema, y un par de temas de Adrián Abonizio como “Historia de mate cosido” y “El témpano” que tuvieron impacto nacional a partir de ser registrados en “Baglietto” (1983), tercer disco del vocalista.
El set buscó mostrar la con- tinuidad temporal de esa estética e incluyó dos obras de Fandermole (“Oración del remanso” y “Canto versos”) y otra de Páez (“Yo vengo a ofrecer mi corazón).
A pedido de un público que gozó del reencuentro, la despedida fue con una versión de “La tristecita”, zamba de Ariel Ramírez y María Elena Espiro.
“Estos compañeros míos son una topadora a la hora de armar las cosas, cantar y poner los temas arriba del escenario y eso me pone muy feliz y me enorgullece”, confesó Fandermole.
El también autor de “Sueñero” y “Cuando”, destacó que “la experiencia de haber podido estar en este escenario con estos músicos me causó una gran felicidad porque además hay una cuestión de representatividad que me enorgullece siendo delegación oficial de la provincia de Santa Fe”.
Con similar emoción tras su primera vez en Cosquín, Garré aseguró sentirse “felicísima” por este reencuentro en Cosquín. “Tuvimos todo: Las canciones, sonó bien, el público hermoso coreando, cantando".