Festejos de carnaval
Hace 78 años, en febrero de 1941, clubes, instituciones y barrios de la ciudad festejaban vivamente la llegada del Carnaval.
Pocas fiestas tuvieron, históricamente, una respuesta tan festiva en Bahía Blanca como el Carnaval. Desde principios de siglo, el corso, el juego de agua y los bailes de disfraces entusiasmaron a los bahienses.
En 1941, la propuesta incluía el “corso oficial”, organizado por una comisión de vecinos, que competía con los ofrecidos en los barrios y con los bailes de disfraz y fantasía de entidades sociales, recreativas y deportivas.
El festejo municipal --por calles O’Higgins y Alsina, desde Saavedra hasta Soler-- otorgaba premios a los mejores carros y palcos. A tal punto se cuidaEl ba el detalle que no se permitía ingresar al área a todo “caballo, jinete o bicicleta” que no estuviera debidamente ornamentado.
Las Villas organizaban bailes en la calle --Sarratea y Corrientes-- y La Siempre Verde y el club Comercial lo hacían en Ingeniero White.
club Estudiantes ofrecía sus bailes de disfraz y fantasía en la sala del cine Grand Splendid (Alsina 129), con la orquesta Guala-Galandrini y la jazz de Mario Meloni.
También el teatro Rossini efectuaba exitosas reuniones, con premios para las mejores máscaras y la animación de la orquesta Zorros Grises, dirigida por Alfredo Servidío.
Por último, la comisión oficial llevaba a cabo un concurso infantil de disfraces. Los premios eran exhibidos en las vidrieras de la tienda New London, e incluían una bicicleta con neumático aire; un monopatín a munición; un chancho cocinero y un rompecabezas.
Risas, diversión, juegos y bailes populares.
El Carnaval de otras épocas, cuando la alegría no era sólo brasileña.