Olimpo perdió de local y no logra levantar cabeza
Olimpo perdió 1-0 de local frente a Defensores de Belgrano y el olor a descenso invadió más que nunca el mundo aurinegro. Quedan 9 finales.
A Olimpo le cuesta demasiado. El gol tempranero de Defensores de Belgrano, anotado por Marcos Giménez en el arranque del encuentro, complicó al aurinegro, que no encontró los caminos y terminó perdiendo como local 1-0. El conjunto bahiense tendrá ahora la difícil misión de conseguir un resultado positivo en su visita a Gimnasia en Jujuy.
Se acuerda lo que le pasó en la fecha pasada ante Arsenal? Primer córner, primer centro al área, primer cabezazo, gol y derrota. Bueno, ayer le pasó lo mismo: primer tiro al arco, golazo y conmoción en apenas 2 minutos.
Electroshock. Fue en vano. Olimpo no revivió.
En vez de jugar frente al adversario, el aurinegro lidió con su otro yo, el de la desesperación, el del nerviosismo, el que sabía que ya habían ganado Santamarina y Gimnasia de Jujuy, el que sentía que lo único que servía era triunfar.
Pero espere: se encontró con un rival sumamente aplicado, con un 4-1-3-2 aceitado, sólido, impermeable, ancho y que siempre hizo correr la pelota a medida que aumentaba el ritmo cardíaco del dueño de casa.
Y también como en Sarandí, el de Bahía regaló un tiempo, el primero.
Eso sí, entre tanta confusión, el local fue perjudicado: el árbi- tro Lucas Comesaña ignoró un claro penal del arquero Velazco a Axel Rodríguez (le ganó con el cuerpo la posición cuando el balón estaba suelto y el "1" visitante lo "barrió" abajo).
Después Olimpo reclamó otro de Goux al 9 olimpiense, pero no hubo ni falta.
Como el domingo pasado, la reacción, con el ingreso de Gallegos por Lefiñir y un 4-4-3 definido, llegó en el complemento. Pero como el domingo pasado, Olimpo no la mete ni en un arco de mil metros cuadrados.
Tuvo 4 opciones claras en 15 minutos, en el momento donde el adversario flaqueó y sólo fue un mero espectador de un cotejo que ya no tenía controlado.
Pero Olimpo da muchas ventajas: encima de no lastimar a nadie, en estos momentos, donde la tensión oprime las ideas y acelera el corazón, se notan más que nunca la falta de nivel, de jerarquía y de experiencia de un plantel que se armó, como siempre dije- ron en el mundo olimpiense, para algo muy distinto a luchar por la permanencia.
La dirigencia tuvo la última oportunidad de dar un golpe de timón en el receso de vera- no, haciendo lo imposible por traer dos refuerzos "salvadores". Pero eso no sucedió, se siguen pagando las consecuencias y el abismo está más cerca que nunca...