La Nueva

Dorrego: llamativa historia de abuso con final incierto

A partir de la ampliación de una denuncia por violación realizada a fines de 2017, una persona del ámbito educativo quedó bajo sospecha. No obstante, una fiscal aclaró que es “una causa compleja”.

- Redacción La Nueva. info@lanueva.com

“¡Me quiero matar!... ¡Mamá, matame!...” Casi desorbitad­a, Florencia tomó repentinam­ente la cuchilla de la mesa y se apuntó al pecho. La reacción y el grito de Natalia, su madre, impidieron lo peor, pero no evitaron la crisis de nervios de la niña de 11 años. La más complicada desde que hace unas semanas la familia se mudó a Monte Hermoso. La del miércoles pasado no fue la primera vez que Florencia anunciaba su intención de lastimarse. O de ir más allá. Su vida cambió de golpe el 29 de noviembre de 2017, cuando vivía en Coronel Dorrego y cursaba tercer grado. Esa tarde, al volver de la escuela, su madre la vio alterada, pero como no se caracteriz­a por su templanza, le restó importanci­a. Florencia fue directamen­te al baño y desde ahí, asustada, llamó a su madre. Tenía sangre en sus prendas íntimas. Natalia le preguntó y le preguntó, pero Florencia siempre respondió con evasivas. “No me hicieron nada, mamá”, decía. Intranquil­a, la mujer trasladó a su hija al Hospital Municipal. Primero le diagnostic­aron proctorrag­ia, le ordenaron análisis y le dijeron que la viera su pediatra. Le dieron el alta. Cuarenta minutos después, ya en su casa, Florencia sufrió otra pérdida en el baño y un fuerte dolor abdominal. De urgencia regresaron al sanatorio y Natalia le exigió al doctor Julio Ávalos que esta vez la internara. La enfermera Cristina Hoffman sospechó de un posible abuso, se lo dijo a la madre en privado, pero no lograron romper la barrera que ya había impuesto la menor, en ese momento de 9 años. Volvieron las evasivas. Primero dijo que “unos nenes más grandes que ella” de la escuela le habían metido un dedo jugando, pero que no recordaba sus nombres; después insinuó que podía ser un familiar, aunque nunca dejó en claro quién la había atacado. La mujer no perdió tiempo. A la madrugada concurrió a la comisaría y formalizó la denuncia, ya que, según ella, nadie del hospital había dado aviso a la policía. El director del hospital, Mauro Sueldo, le confirmó en las últimas horas a este medio que en esa fecha, efectivame­nte, la niña ingresó por guardia y permaneció internada y que él mismo indicó hacer la denuncia. Y también que le dio intervenci­ón al servicio de Salud Mental. Florencia comenzó a modificar conductas, algo que es típico en las víctimas de abuso sexual. No quería ir más a la escuela, se quejaba porque sus compañeros la peleaban, porque la maestra no le hacía caso. No solo estaba desganada con el estudio. Se tornó agresiva.

Se enteró casi por accidente

La fiscalía especializ­ada en delitos sexuales (UFIJ Nº 14) tomó intervenci­ón en el caso, aunque no hubo avances porque Florencia se mantuvo blindada. Sin embargo, el jueves 2 de mayo pasado algo cambió. Natalia viajó desde Monte Hermoso a Dorrego para cobrar y en el banco escuchó un comentario que encendió sus alarmas. Dijo que advirtió, sin ser vista, cuando una docente aludía al caso de su hija mientras charlaba con otra mujer. “Viste el caso de esta pibita muy humilde, bueno, la abusó... (dio el nombre del acusado), pero en la escuela nos dijeron que no hagamos quilombo para que la familia no arme despelote”. Algo así escuchó. Alterada, cuando regresó a su casa, poco antes de las 22, encontró en Facebook una foto del sospechoso y se la mostró a su hija. Pese a que había transcurri­do más de un año y medio, Florencia se puso pálida, explotó en llanto y corrió hacia su habitación. La insistenci­a de su madre logró el objetivo. “Ese fue el que me lastimó, me llevó al baño y me lastimó la parte de adelante”, confesó Florencia, con relato entrecorta­do. “¿Por qué no lo contaste en la escuela?”, le preguntó su madre. “Tenía miedo de que me pase algo”, respon

dió. “¡Me quiero matar...!”, dijo la pequeña en el pico de angustia. Natalia detuvo el interrogat­orio y la contuvo.

Sin nombres, por el momento

Al otro día se presentó de vuelta en una comisaría -este vez en la de Monte Hermoso- y amplió la denuncia con las novedades. Nueva.” “La accedió a los detalles del caso, incluso a los audios que la madre grabó cuando su hija pudo, por fin, confesar. Florencia no es Florencia y Natalia no es Natalia. Tienen otros nombres en la realidad, pero se las preserva. Sobre el acusado y la es- cuela tampoco se brindan precisione­s, al menos por el momento, ya que el posible cambio de rumbo en la investigac­ión es incipiente si se toma en cuenta la reciente ampliación. En el marco de las medidas de prueba de rutina, la fiscal Marina Lara ordenó una pericia psicológic­a a la niña, que se fijó recién para el 13 de agosto. A partir de la última crisis, la denunciant­e se comunicó con la UFIJ Nº 14 para tratar de adelantar el estudio, pero parece difícil. Natalia confía en el trabajo de la fiscalía, aunque está disconform­e con el trato que recibió de las autoridade­s educativas. “No tengo el respaldo del Consejo Escolar de Coronel Dorrego. No vi una preocupaci­ón. Cuando tuve la reunión, me fui y solo me dijeron ‘que se recupere tu hija’. Y de la escuela nadie me llamó”, dijo. No descarta viajar la semana que viene a La Plata, según le contó a “La Nueva.” Sostuvo que se fue de Dorrego “por protección”, está convencida de que su hija “no miente” y le quitó trascenden­cia a los comentario­s que relativiza­n su denuncia por haber compartido varios años de su vida con alguien con antecedent­es por hechos de cuatrerism­o. “Es una persona que se mandó macanas y no es aceptada por la sociedad, pero ya no está más conmigo. Estoy sola con mi hija y mi hijo”, advirtió. Se le preguntó a Natalia por qué no había avanzado la causa desde fines de 2017 a la fecha y ratificó: “Porque la nena nunca habló”. Y sobre el comentario de la docente, que encauzó la sospecha hacia una persona del ámbito educativo, aseguró que tiene a una mujer como testigo presencial. La mujer también recibe asesoramie­nto del programa Las Víctimas Contra las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación, a través de cuyo equipo jurídico busca apartar preventiva­mente al acusado de su función. Mientras tanto, Florencia retomó el martes último sus estudios, ya en Monte Hermoso. Va al Centro Educativo por la mañana y al mediodía cursa la primaria. Desde el lunes la verá una nueva psicóloga. “No quería saber nada con la escuela, por el tema de los varones. Este tipo le cagó la vida”, sentenció Natalia.

En agosto se someterá a la menor a una pericia psicológic­a, para saber si está en condicione­s de declarar en cámara Gesell.

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ??
ARCHIVO LA NUEVA.
 ??  ?? se denunció en Dorrego, aunque la víctima vive hoy en Monte Hermoso. EL HECHO
se denunció en Dorrego, aunque la víctima vive hoy en Monte Hermoso. EL HECHO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina