A los 110 años, la cárcel local mantiene la reinserción social como meta principal
La Unidad N° 4, al cumplir un nuevo aniversario, centra su labor en la variada oferta de propuestas educativas y laborales. El 85% de los internos participa de las actividades disponibles en el penal.
La Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta, que acaba de cumplir 110 años de vida, siempre marcó su impronta dentro del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Inicialmente convirtiéndose en una de las primeras cárceles de la provincia y en la actualidad, a través de la intensa tarea tratamental que su personal lleva adelante con los internos.
Educación, capacitación laboral y actividades con fines solidarios, conforman un abanico de oportunidades que se ponen a disposición de las 938 personas privadas de la libertad que se encuentran alojadas en la dependencia inaugurada el 25 de junio de 1909.
“Sevienellevandoadelante un trabajo muy importante en ese sentido. Tratamos de que el interno esté ocupado, capitalizando su momento de detención y obteniendo herramientas para el momento de volver a la libertad”, sostiene el prefecto mayor Luis Velasco, quien recientemente asumió al frente de la unidad.
Resalta que en ese aspecto el penal bahiense “se destaca sobre muchas unidades”.
Este impulso permitió traspasar los muros y que distintas instituciones de la ciudad también se involucren.
“Bahía Blanca es una ciudad muy importante y la colaboración de la Municipalidad, de distintas ONG o de la Unión industrial, nos facilita la tarea. El interno se capacita y tienen oportunidades concretas para el momento en que recupera la libertad”.
El subdirector de Asistencia y Tratamiento, subprefecto Javier González, menciona que “tratamos de que no se piense en la cárcel como algo separado de la sociedad. Hay programas de asistencia y tratamiento donde se trabaja en la parte educativa, deportiva, de culto y laboral”.
“Siempre se habla de la reinserción social, pero en muchos casos lo que se logra es la inserción social, porque se los vincula socialmente por primera vez”, agrega.
Oferta y demanda
El Centro de Formación Profesional que funciona en la UP 4 ofrece 33 cursos en los que se brinda capacitación e instrucción calificada.
“Tiene una matrícula de 540 internos y se los instruye en mecánica de motos, certificación de PC, marroquinería y panificados, entre otras alternativas disponibles”, agrega González.
También indica que el 85% de la población carcelaria “participa de las actividades tratamentales que se les ofrece”.
Dentro de la unidad funcionan talleres de herrería y carpintería, entre otros.
“Han ingresado a la unidad actores que trabajan con nosotros y colaboran para insertar nuevamente a los internos. Se hacen trabajos para la comuna, para los hospitales Municipal y Penna, y se elaboran ventanas para un programa de mejoramiento habitacional”.
Al respecto, Velasco describe que “en los últimos dos años se realizó una puesta en valor de los talleres. Vinieron desde la jefatura del Servicio Penintenciario Bonaerense y del Ministerio de Justicia, hicieron una evaluación y nos dieron las maquinarias necesarias para que se empiece a trabajar”.
“El interno trabaja, cobra el porcentaje que le corresponde y con eso puede ayudar a su familia”, sigue diciendo. De la misma forma, los internos trabajan en actividades solidarias como la elaboración de muebles para entidades educativas, juguetes u otros elementos que donan.
“Con el trabajo social, ya sea a través de los programas de ayuda comunitaria o tareas para el exterior, el interno, de alguna manera, se siente nuevamente parte de la sociedad. En Pascuas elaboraron más de 3.000 huevos de chocolate que llegaron a los lugares más vulnerables de la ciudad. Para nosotros este tipo de acciones entran dentro de lo que se denomina Justicia restaurativa o reparadora”.
González aclara que el tema de la igualdad de género también se hizo presente en la vida carcelaria.
“Las 33 internas que están en el anexo femenino comparten la totalidad de las actividades con los hombres. Hasta no hace mucho tiempo lo hacían en forma separada, pero ahora comparten el centro de formación y diversas tareas”.
Incidencia del deporte
El director de la unidad explica que el deporte también tiene importancia.
“Tenemos fútbol y rugby. Respecto de esta última disciplina deportiva, (Bernardo) Stortoni viene una vez por semana a entrenar y nos vincula con entidades. El equipo ha salido a disputar encuentros y ahora se está preparando para un torneo de unidades penitenciarias que se va a desarrollar en Mar del Plata”.
“También funciona una escuela de boxeo, a la que asisten unos 80 internos y hasta personal del SPB”.
Finalmente, Velasco afirma que “existe un tratamiento integral, con el compromiso y participación de todas las instituciones de la ciudad. Hoy todos son conscientes de que la persona no está acá en una especie de depósito, sino que su estadía es temporal y el día de mañana se unirá nuevamente a la sociedad. Si a esa persona queremos cambiarle su punto de vista de la vida y que asuma otro compromiso, el lugar donde se debe empezar a trabajar es acá”.