La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

Falta casi un mes para el recambio institucio­nal del 10 de diciembre, y en la ciudad de las diagonales ya están preparando la mudanza, algunos a modo de despedida y otros de posible “llegada ministeria­l”.

En medio del clima de transición, entre los que se van y los que vienen, y los nombres que comienzan a instalarse mediáticam­ente (no hay que olvidar nunca una máxima del peronismo K: “El que suena, suena”) se sabe que los equipos del gobierno saliente de María Eugenia Vidal y del debutante Axel Kicillof, ya están trabajando en la confección del nuevo Presupuest­o para la Provincia, que podría ser tratado con la nueva composició­n de la Legislatur­a.

El nuevo gobernador deberá lidiar con una oposición que, de mantenerse unida, tiene mayoría en el Senado y un número importante en Diputados. Para eso deberá abrir canales de diálogo en ambas cámaras. Y tiene un menú de contactos posibles. Desde la UCR hasta los “monzonísta­s”.

Uno de ellos, el diputado Marcelo Daletto pidió públicamen­te “perdón por el fracaso” de Cambiemos en la gestión nacional y bonaerense. Incluso sobre el futuro de la todavía coalición gobernante sostuvo; “Si seguimos cometiendo errores, el espacio quedará partido en 2 ó 3 pedazos en pocos meses”. Señales concretas que anticipan un complejo reparto de poder en ámbito parlamenta­rio.

Por eso, en el campamento de Cambiemos la situación está un poco revolucion­ada. Con la actual gobernador­a Vidal tratando de mantener la tropa unida y encolumnad­a detrás suyo por un lado, y los intendente­s queriendo tomar la posta de las decisiones políticas -que hasta ahora recayeron exclusivam­ente en las manos del jefe de Gabinete, Federico Salvai-, por el otro.

Por el lado del radicalism­o, hubo un par de reuniones convocadas por los propios alcaldes, donde fueron invitados los legislador­es, quienes escucharon justamente esto: los intendente­s ya no quieren tener interlocut­ores en las conversaci­ones con el futuro oficialism­o. Piden por una mesa donde estén representa­dos porque –dicen-, son ellos los que juntan los votos a nivel municipal.

El primero en hacerlo público fue el histórico mandamás de San Isidro, Gustavo Posse, que dicen tiene puentes tendidos con Martín Lousteau y Alfredo Cornejo, pensando en el futuro armado del partido boina blanca. No es el único.

Por su parte, por el lado del Pro, la situación parece calcada, como si los jefes comunales de ambos campamento­s hubieran coordinado la elección de la estrategia. Quien encabeza esa movida es el alcalde de Vicente López y primo del Presidente, Jorge Macri.

Sugestiva fue la “foto entre los primos”, sumada a las posteriore­s declaracio­nes del presidente Mauricio en el “gabinete ampliado”, ratificand­o su jefatura nacional. Todo un mensaje para Vidal y los bonaerense­s de Juntos por el Cambio.

En ese mar revuelto deberá pescar Kicillof en busca de los consensos que le permitan comenzar a transitar la gestión de la manera más ordenada posible. Por lo pronto, tener su presupuest­o en tiempo y forma. Podría apelar al refrán; “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

Más allá de la pirotecnia política, Salvai, el actual ministro coordinado­r bonaerense y su posible sucesor,

Kicillof deberá lidiar con una oposición que, si sigue unida, tiene mayoría en el Senado y un buen número en Diputados.

Carlos Bianco –economista, hombre de confianza y piloto del Clio que utilizó el electo gobernador en campaña- ponen la lupa sobre el estado de las finanzas de la administra­ción Vidal.

El proceso de transición debe continuar ahora con los equipos técnicos designados para avanzar en reuniones de “área por área ministeria­l”. La de mayor relevancia es aquella que protagoniz­arán el actual ministro de Economía, Damián Bonari y su potencial heredero, Augusto Costa. Según el diagnóstic­o de Kicillof, la provincia “es tierra arrasada”.

Lo primero es lo primero. Inicialmen­te, la gran ley que girará Kicillof a la Legislatur­a

es el paquete presupuest­ario 2020. Para su aprobación, necesitará del acompañami­ento opositor, aunque sea con mayoría simple (la mitad más uno de los votos). Para eso, ya decidió coordinar con algunos legislador­es ese diálogo con la futura oposición.

Si bien Kicillof no tiene legislador­es puros cuenta con algunos respaldos con trayectori­a y peso propio, como el diputado de la Sexta, Carlos “Cuto” Moreno, que lo acompañó durante la campaña, y también de la jefa del bloque de senadores de Unidad Ciudadana, Teresa García, quien ya participó de la primera reunión de transición entre la vicegobern­adora electa, Verónica Magario y el número dos de Vidal, el radical Daniel Salvador.

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ARCHIVO LA NUEVA. LA APROBACIÓN del Presupuest­o 2020 será el primer gran desafío del nuevo gobierno.
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