Hacia los 200 años y la ciudad que todos esperamos
Se pueden enumerar muchos puntos que deberían atenderse, desde los que refieren a mejoras en infraestructura hasta otros de tinte estético.
DURANTE ESTE mes, la ciudad de Bahía Blanca cumplió sus 192 años de vida.
UNA CIUDAD joven si se quiere, aunque con la suficiente historia y bastante camino recorrido como para pensar de manera clara y precisa en varios elementos que hacen a su desarrollo y consolidación de cara al año 2028, el faro que señalará sus dos siglos de existencia.
LOS OCHO años que separan a la ciudad de esa fecha tan significativa –siempre ese tipo de aniversarios son disparadores de objetivos y metas por demás singulares— son nada si se considera el cúmulo de necesidades y carencias que aún tiene la ciudad en muchos de sus rubros, y que muchas veces son de muy larga data.
SE TRATA de un conjunto de objetivos que no pueden ser obtenidos de manera exclusiva por los bahienses, a partir de sus impuestos locales, sino que exigen la necesaria participación de los estados provincial y nacional, e incluso pensar en organismos internacionales que puedan financiar algunos de esos proyectos.
SI BIEN en medio de la pandemia del covid-19 pareciera que muchos temas quedaran postergados o, en perspectiva, han perdido cierta trascendencia, lo cierto es antes de terminar 2020 se habrá recuperado gran parte de la normalidad y será interesante entonces que la ciudad se enfoque, a través de sus fuerzas vivas, en un conjunto de obras-objetivo de cara al bicentenario.
SE PUEDEN enumerar muchos puntos que deberían atenderse responsablemente, desde los que refieren a diferentes mejoras en la infraestructura hasta otros de tinte más estético o urbano, que hacen a mejorar la calidad de vida de los habitantes. Esos que dejan marcada su huella en el tiempo.
ACASO SEA, finalmente, el momento de conformar un grupo de trabajo que, de manera concreta y seria, comience de una vez por todas a trazar un plan de obras a desarrollar con vistas a 2028.
UN PLAN que permita concentrar los esfuerzos y estrategias necesarias para su concreción, y que además apunten a marcar un camino de manera independiente de los gobiernos de turno o de las políticas circunstanciales, que raramente piensan a largo plazo políticas que nos comprometen a todos en pos de un futuro mejor.