Diagonales platenses
El tiempo de la cuarentena parece extenderse más allá de lo previsto, y entonces retomar o no algún tipo de “normalidad”, parece ser el tema de agenda política.
Con la curva de contagio amesetada –con el pico de esperado para junio-, y con el levantamiento del aislamiento lejos en el horizonte, algunos sectores legislativos de la oposición ya empiezan a reclamar en voz alta la necesidad de retomar algún tipo de normalidad institucional, social, y económica. En la realidad, hace meses que funciona un solo poder en la Argentina: el Ejecutivo.
Más allá de los resultados positivos sobre la velocidad en la curva, en la Provincia la cuarentena parece venir para largo. El ministro de Seguridad, Sergio Berni lo pone en palabras: “Estamos ajustando entre todos los municipios un mecanismo de relojería para que llegado el momento más fuerte, la Provincia pueda estar a la altura de las circunstancias”.
En otras palabras, tener el tiempo necesario para enfrentar de la mejor manera el pico de la pandemia con el actual sistema hospitalario.
La Gobernación le puso paños fríos a la segunda etapa anunciada con nombre distintivo: “Cuarentena focalizada”. Es que la extensa realidad geográfica de la provincia empuja a Kicillof a testear posibles variantes sanitarias antes de “aflojar el lazo” para que se pueda retomar la actividad. Lo que puede aplicar y lo que no y, sobre todo, en qué lugares. No es lo mismo, el conurbano o grandes ciudades como La Plata, Mar del Plata o Bahía Blanca, que las pequeñas localidades del interior. El tablero es complejo y un mal movimiento de piezas complicaría cualquier jugada.
La cuestión económica bonaerense y el salvataje financiero que piden los intendentes también sobresalen en la agenda. Mientras dure la cuarentena puede ser una postal observar a no pocos alcaldes llorar por los serios problemas de caja que están experimentando por la caída en la coparticipación y recaudación de cada municipio.
Aún cuando la Provincia experimenta también una fuerte caída de la actividad económica, Kicillof ya se comprometió junto a Nación a tirarles una soga a los intendentes para pagar salarios, entre otras cosas. Incluso, creó el denominado “Fondo Especial de Emergencia Sanitaria para la Contención Fiscal Municipal”, para contribuir con el pago de sueldos de los empleados municipales, las prestaciones habituales de las comunas y las necesidades adicionales determinadas por la emergencia.
De esa manera, el mandamás bonaerense dispuso una asistencia financiera inmediata para que sea distribuida a los municipios a través de los ATP (Aportes del Tesoro Provincial). Además, se irá desembolsando en los meses venideros dicho “fondo de contención a intendentes” que estará constituido por una suma de $ 8 mil millones que podrá ampliarse hasta $ 12 mil millones de ser necesario.
En este contexto, la semana que viene retoma su actividad la Legislatura bonaerense. Lo harán en forma simultánea las cámaras de Senadores y Diputados.
En principio lo harían con un quórum limitado, mínimo, para resguardar la distancia necesaria, y modificarían el reglamento interno de ambas cámaras para poder sesionar y hacer funcionar las comisiones por videoconferencia.
Justamente una de las cuestiones a definir en la próxima reunión ordinaria es la conformación de las comisiones parlamentarias. La mayoría ya estaría definida, aunque, claro, restan definiciones con las principales (Presupuesto e Impuestos, Legislación General, Asuntos Constitucionales y Acuerdos, y Educación). La tradición dice que estas comisiones siempre quedan en manos del oficialismo. De darse esa situación, sería gracias a esta tradición, porque los números, por lo menos en el Senado, el oficialismo no los tiene.
Entre los temas pendientes, que quedaron relegados por la irrupción de la cuarentena, está la sanción del Presupuesto bonaerense 2020. En la actualidad la Provincia está funcionando con un presupuesto diseñado por la anterior gestión, prorrogado de hecho.
De todas maneras, el jefe de Gabinete Carlos Bianco aclaró que la Provincia no tiene apuro por sancionar la llamada “Ley de leyes”. Claro está, el foco está puesto en el manejo de la crisis sanitaria y social producto del coronavirus.
“Que no haya sesiones no quiere decir que no estén trabajando”, defendió el funcionario de máxima confianza de Kicillof tanto a senadores como a los diputados. El desembarco de Bianco a la Legislatura se dio después de que, con picardía, Juntos por el Cambio expresará su malestar por la falta de información en aspectos sensibles de la emergencia sanitaria y el pedido de un “salvavidas” para mantener a flote a los intendentes con “rojo financiero” municipal.
La extensa realidad geográfica empuja a Kicillof a testear posibles variantes sanitarias antes de “aflojar el lazo”.
En este contexto, la semana que viene retoma su actividad la Legislatura bonaerense, tanto Senadores como Diputados.
El reclamo por abrir el “recinto virtual” choca con la pretensión del oficialismo de llamar a sesión sólo en caso de que lo pida Kicillof. “Si las condiciones del debate requieren que haya una sesión, buscaremos la forma de hacerla de manera responsable", dice el titular de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín.
Dentro de la casa legislativa consideran imprescindible la conformación de algunas comisiones parlamentarias (aquellas que tengan mayor impacto en temas vinculados al nuevo escenario sanitario de pandemia y emergencia social) para empezar a debatir múltiples proyectos para “atender la emergencia y anticiparse a la salida”.