Al parate de Vaca Muerta se le suma ahora el de la esperanza blanca: el litio
Cese de actividades y suspensión de inversiones son consecuencia del difícil escenario económico que genera el Covid–19 en la economía mundial.
La incipiente industria del litio de Argentina se encuentra prácticamente paralizada por los efectos de la propagación mundial del coronavirus, con varios proyectos pausados mientras la pandemia agudiza las dificultades económicas del país austral, que también atraviesa una crisis de su deuda soberana.
El freno es reconocido tanto por fuentes vinculadas a GEMERA, la entidad que aglutina a las empresas de la exploración, como en el entorno de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
"La exportación prácticamente no existe, no hay movimiento en los salares. Ya en febrero empezó a sentirse una caída en la actividad por cuestiones de la economía del país. El coronavirus con la merma total de la demanda directamente erradicó la demanda", señalaron fuentes cercanas a ambas organizaciones.
En la CAEM reconocen que la actividad en Salta, Jujuy y Catamarca se volvió prácticamente simbólica más allá de que a principios de mes hubo una flexibilización de la cuarentena para la actividad.
"Las compañías de litio estuvieron haciendo el esfuerzo de mandar exportaciones que estaban pendientes en el puerto. Pero la demanda es baja, está todo paralizado", destacó Alberto Carlocchia, titular de la cámara.
"No creo que los principales proyectos mineros lleguen a operar ni siquiera a un 50 por ciento de su capacidad. Pero no porque no quieran, sino porque las restricciones en el transporte no permiten a los trabajadores viajar de provincia a provincia", añadió.
Argentina es parte del llamado "triángulo del litio", una de las principales fuentes del metal clave para el desarrollo de baterías para vehículos eléctricos, y en los últimos años crecieron las inversiones en la nación sudamericana con el objetivo de superar a Chile, una potencia del sector.
Sin embargo, estos proyectos están ahora en un limbo, amenazando lo que Argentina preveía como un potencial ingreso even- tual de US$2.000 millones en exportaciones de litio, según datos oficiales. El año pasado los embarques del metal sumaron 50.000 toneladas, por US$190 millones.
Una muestra del parate, señalan en la entidad, puede ubicarse en la decisión de Livent Corp de suspender actividades y recortar 450 puestos de trabajo ni bien se prolongó la cuarentena. La firma en cuestión controla el proyecto Fénix (antes conocido como FMC Lithium) en Catamarca.
Es uno de los dos únicos emprendimientos que se encuentran en fase de explotación concreta en la Argentina. El otro es Olaroz, operado de forma conjunta por la australiana Orocobre, la japonesa Toyota Tsusho y la estatal jujeña JEMSE. Este último volvió a la actividad con la flexibización, pero ante la ausencia de pedidos del exterior el movimiento en sus instalaciones es mínimo.
"La cuarentena va a afectar a la industria en todo el mundo", dijo Emily Hersh, socia gerente de DCDB, un grupo de asesoría tecnológica basado en Buenos Aires, agregando que el golpe por el coronavirus afectará la demanda de automóviles eléctricos.
"El problema más grande para Argentina va a ser la recesión global, que va a retrasar la electrificación”, agregó.
La pandemia ya ha obstaculizado el desarrollo de la actividad en Estados Unidos, mientras que desde el sector minero han ad
Expertos sostienen que el problema más grande para Argentina va a ser la recesión global porque va a retrasar la electrificación.
vertido que el virus podría afectar ventas y precios este año.
El presidente Alberto Fernández, quien impuso una cuarentena obligatoria a finales de marzo, sumó a la minería dentro del grupo de servicios esenciales, eximiendo a quienes trabajan en la industria del aislamiento.
Pero esto no ha ayudado lo suficiente para reactivar las operaciones afectadas, entre otras cosas, por los límites en la transportación decretados para prevenir el virus.
"Hasta donde yo sé, las compañías de litio estuvieron haciendo el esfuerzo de mandar exportaciones que estaban pendientes en el puerto. Pero la demanda es baja, está todo paralizado", dijo Alberto Carlocchia, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
"No creo que los principales proyectos mineros lleguen a operar ni siquiera a un 50% de su capacidad. Pero no porque no quieran, sino porque las restricciones en el transporte no permiten a los trabajadores viajar de provincia a provincia", agregó.
El objetivo de Argentina de incrementar las exportaciones de litio ya se había enfrentado a dificultades previas al brote mundial de COVID-19. Competidores como Australia y Chile han desarrollo depósitos del metal más rápido y una caída en los precios global del metal han desalentado inversiones.