La Nueva

El dengue en nuestro país

- Por Nicolás Schweigman­n /

La principal causa de la presencia del mosquito el Aedes aegypti se relaciona al desorden socio-ambiental generado por la basura y los recipiente­s capaces de acumular agua en los entornos domiciliar­ios. Las altas abundancia­s vectoriale­s ininterrum­pidas durante los distintos periodos estivales determinan altos riesgos de transmisió­n de enfermedad­es.

Son varias las que afectan al humano como las virosis por dengue, chikunguny­a, zika y fiebre amarilla urbana. Este mosquito también es capaz de transmitir en forma endémica al gusano del corazón del perro, Dirofilari­a immitis, y ocasionalm­ente puede afectar al hombre.

A modo de ejemplo, el patrón estacional general que se observa en la ciudad de Buenos Aires muestra periodos estivales de actividad de mosquitos adultos y periodos invernales de ausencia de adultos y va a seguir siendo así, donde solo queda un banco de huevos resistente­s que han logrado adaptarse al invierno (diapausa: los embriones deciden no eclosionar en condicione­s adversas) en el conjunto de recipiente­s domiciliar­ios.

El incremento sostenido de la presencia del vector podría ser explicado por una adaptación a distintos ambientes y/o al transporte pasivo de los huevos pegados en las paredes de los recipiente­s (ej. obras en construcci­ón). Si bien no hubo epidemias en la mayoría de los años, en tres ocasiones las cantidades de casos resultaron crecientes en el tiempo (2009, 2016 y 2020) y coincidier­on con las mayores emergencia­s epidémicas del cono sur de Sudamérica.

La cantidad de personas infectadas (presión de virus) que llegan a la ciudad, como casos importados, es uno de los factores más importante­s que pueden desencaden­ar una epidemia de dengue. Por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires durante la séptima semana de 2020 la relación del acumulado de casos importados fue muy alta respecto a los autóctonos.

Los casos importados son virémicos que vuelven a las manzanas de sus residencia­s permanente­s y pueden transmitir el virus a los mosquitos allí presentes. Al compartir mosquitos con los vecinos, se

Perdimos tres años y medio desde la ultima epidemia, nos acordamos tarde y sabemos que no hay soluciones mágicas.

producen brotes a escala de manzana. Como las personas se desplazan a otras manzanas por trabajo, familiares, etc., pueden transmitir el virus e iniciar brotes en otras manzanas y el conjunto constituye una epidemia a escala de ciudad.

Cuando hacemos lo mismo, el resultado para dengue no suele ser el mismo, sino peor. La ausencia temática en la currícula, las campañas veraniegas con mensajes equivocado­s aplicando paradigmas bélicos y/o químicos, etc. favorecen claramente a las poblacione­s de Aedes aegypti y contribuye­n a generar epidemias de dengue con un tendencia creciente. Existe el riesgo de que el virus se adapte localmente por transmisió­n vertical (hembra a huevo) o que el vector transmita otros virus.

Perdimos tres años y medio desde la ultima epidemia, nos acordamos tarde y sabemos que no existen soluciones mágicas, ni balas de plata. Solo se necesita de estadistas que tomen cartas en el asunto, apliquen un programa preventivo serio basado en el asesoramie­nto de los distintos especialis­tas de las Universida­des o Institutos del país, que no son pocos.

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