“Muchos me tienen agendado como ‘Gancho’ porque no tienen ni idea de cómo me llamo”
¿Olivera Sánchez o Sánchez Olivera? La duda de siempre, la discusión sin fin sobre el único jugador del medio local que se fichó dos veces en la Liga del Sur. “Siempre tuve un solo apellido y no dos”, contó Pablo Sánchez, el Bochini de Sporting.
Pablo Sánchez Olivera o Pablo Olivera Sánchez?
A 17 años de su retiro, en el ambiente futbolístico de la Liga del Sur sigue existiendo la misma duda. Aunque usted no lo crea...
“Pablo Sánchez, así figuró siempre en mi DNI”, aclaró el Bochini de Sporting, el que siempre defendió la misma camiseta en el ámbito local.
Pablo Sánchez, como siempre quiso que lo llamen más allá de que a algunos se le hizo monótona y pegadiza la “tonadita” del doble apellido, disputó 463 encuentros en el club rojinegro entre 1992 y 2013.
Se retiró a los 40 “abriles”, sin lesiones, entero físicamente y con el gustito lógico de querer continuar con esta pasión que, a nivel oficial, la descubrió de grande y casi sin proponérselo.
Pero primero lo primero...
Vuelvo a la pregunta del comienzo: ¿Pablo Sánchez Olivera o Pablo Olivera Sánchez?
“Cuando Sporting me fichó en la Liga, me anotaron con el apellido de mi mamá, Olivera, y es algo que en su momento no le di importancia, aunque con el paso del tiempo y ya de grande quise saber el motivo o el porqué. Nunca nadie me supo explicar que fue lo que sucedió, porque en la partida de nacimiento, en el documento y en la renovación siempre figuró el apellido paterno: Sánchez”, empezó diciendo el “Gancho”, uno de los emblemas de la “sangre y luto”.
"A los 23 años, cuando integré por primera vez una lista de buena fe, para el torneo Argentino B, me inscribieron según los datos del DNI, entonces me tuvieron que renovar el registro en la Liga para que no haya problemas. En realidad hicieron un carnet nuevo, porque me acuerdo que un empleado administrativo de la Liga, una vez que fui, creo que a declarar al Tribunal de Penas, me comentó que yo era el único jugador con dos fichas”, admitió el volante zurdo criado en el Fonavi puntaltense.
“Cuando en el club se enteraron que en la Liga tenía dos fichas con distintos apellidos, me empezaron a decir Olivera Sánchez o a la inversa, y eso se fue instalando cada vez más, a tal punto que muchos, hoy en día, siguen creyendo que tengo doble apellido. Pero no: fui, soy y seré Sánchez solo”, ratificó, entre risas, quien para muchos es un gran contador de anécdotas.
“El directivo o colaborador de Sporting que me fichó en la Liga seguramente conocía a mi mamá de algún lado, porque está más que claro que al momento de inscribirme no sacó los datos del DNI...(risas)”, acotó PS.
“El doble apellido estuvo tan impuesto en nuestro fútbol que algunos periodistas, pese a que se lo aclaré más de una vez, insistieron con Olivera Sánchez. Es más, un relator de una radio de Bahía, un día me dijo: ‘suena mejor Olivera Sánchez, te da más presencia, otra personalidad, así que si vos me lo permitís te voy a seguir nombrando así’. No me opuse, jamás se lo prohibí más allá de que me vino con el versito de que de esa manera vendía más, de que daba una imagen de mejor jugador, je, je”. --¿Por qué “Gancho”? --Me lo puso Fabián Escudero, quien me conocía
Presencias. Las de Pablo Sánchez en el fútbol de la liga del Sur, siempre con la camiseta de Sporting y en 21 años de carrera. Marcó 19 goles, sufrió 6 expulsiones y jamás pateó un penal. de chico porque vivía frente a mi casa. A los 16 años me fui a estudiar a la Escuela de Mecánica de la Armada, en Buenos Aires, y cuando regresé, al año, el padre de los Escudero, José, me llevo a probar a Sporting. Un día me pasó a buscar, y como no se acordaba mi nombre, lo miró a Fabián, que ni lerdo ni perezoso esbozó: `pá, él ahora es `Gancho´, apodo tradicional, al menos en Punta Alta, para todos aquellos que se enganchaban de la colimba a una carrera militar.
“Fabián lo tiró en el club, así que imaginate... Muchos que me dicen `Gancho´ no saben ni como me llamo”.
Se fue y volvió rápido
La carrera intachable de Pablo Sánchez será siempre valorada en el mundo rojinegro, aunque muchos se van a enterar, por esta nota, que en los 21 años de trayectoria existe un pequeño lunar.
“Ja,ja, es cierto, en 2008, cuando me empezó a rondar por la cabeza la posibilidad de dejar el fútbol, me fui a jugar a Atlético Monte Hermoso porque quería cumplir el sueño de compartir una cancha con mi hermano (Néstor), quien hacía unos años se había radicado en aquella ciudad. Me costó irme de Sporting, aunque fue un año a préstamo y sin opción de compra...(risas)”, contó Pablo.
“Fue una temporada magnífica, llena de gloria, porque salimos campeones de la Liga de Coronel Dorrego y también obtuvimos el Interligas.
“Cuando volví a Sporting me insistieron para que siga, y me lo tomé muy en serio, porque le pegué hasta los 40...(risas). En realidad, pude llegar a esta esa edad porque siempre me cuidé; fui un convencido de que, para jugar al fútbol, tenés que estar bien física, mental y emocionalmente”.