La conexión humana es muy importante
Cuáles son las consecuencias del aislamiento forzoso y cómo olvidar relativamente la frustración e hipocondría que ha atraído el coronavirus? Consecuencias psicológicas del aislamiento social, según manifiestan los expertos.
Ante todo, la situación actual incluye variables que no existían en otros momentos de la historia, como sucede con la difusión de noticias falsas unida a la hiperconexión.
Estas dos variables han llevado a la población a sobredimensionar una situación que, siendo grave, podía ser llevada más fácilmente.
La mayor consecuencia del aislamiento forzoso vivido con el coronavirus es el agravamiento de las enfermedades preexistentes vinculadas a la ansiedad, la hipocondría y otros trastornos emocionales.
Ante esta nueva situación se recomienda consultar con el psicólogo, ya que pueden haberse acentuado ciertos patrones de conducta que pueden resultar nocivos para el ciudadano común.
En el caso de la sociedad en general, los más vulnerables después del coronavirus han sido las personas mayores de 65 años que viven solas y que han podido desarrollar fobias asociadas a la reclusión.
El gran inconveniente de un aislamiento prolongado es que la ansiedad que se padece puede generalizarse.
¿Cómo superar las posibles secuelas de un confinamiento forzoso?
Ante una situación de estas características, que fácilmente puede volver a repetirse, existen ciertas técnicas para mantener la cordura ante situaciones forzosas de aislamiento social:
-Salir a la calle todos los días (cuando esté permitido). Después de varias semanas de aislamiento social, lo lógico sería que la ciudadanía quisiera ver a los suyos.
Sin embargo, las situaciones excepcionales en las que el confinamiento ha tenido lugar por causas de fuerza mayor (enfermedades, guerras y estados de sitio), suele ocasionar lo contrario.
El individuo siente temor a salir al exterior y continúa el aislamiento, lo cual puede desembocar en depresión.
-Regreso a los hábitos: aunque varía enormemente de unas personas a otras, un cambio de hábitos puede requerir hasta 6 meses para fijarse como tal. Sin embargo, resulta muy sencillo olvidar hábitos que tienen un costo.
Este es el caso de salir al exterior que se convierte en algo estresante y penoso después del aislamiento prolongado.
-Apoyarse en los demás: es el momento de buscar aliados. Todos han pasado por lo mismo, por lo que tu familia y amigos saben lo que has vivido y te pueden ayudar.
En los casos en los que la ansiedad o la depresión se ha instalado en tu día a día, el apoyo psicológico funcional es primordial para una recuperación óptima.
La pandemia de coronavirus nos viene recordado todos los días que la conexión humana puede propagar enfermedades. Pero también es sabido que la conexión humana promueve el bienestar. En este contexto se nos presenta una oportunidad para reconocer la importancia de las relaciones para nuestra salud y practicar el aprovechamiento de la tecnología para el bienestar social.