La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

Lentamente, casi en puntas de pie, la economía comienza a ganar terreno en la agenda de discusión pública. Pese a los datos oficiales que marcan un crecimient­o diario de la curva de contagios de coronaviru­s, la preocupaci­ón por los efectos económicos que la crisis de la pandemia dejará, ya se refleja en el discurso de buena parte de la dirigencia política.

La post pandemia ya empieza a marcar el ritmo gubernamen­tal y de la oposición. A pesar del creciente número de contagios en los barrios más vulnerable­s del Área Metropolit­ana de Buenos Aires (AMBA) y de las diferentes posturas públicas que han mostrado los gobiernos bonaerense y porteño en cuanto a la salida del aislamient­o social, la discusión ya está planteada.

Es así como el presidente Alberto Fernández está tratando de establecer una agenda por fuera de la pandemia, y que se alimenta de fotos en el territorio bonaerense que tienen que ver, sobre todo, con la puesta en marcha de fábricas, de obras de inversión, y de toda actividad que muestre un Gobierno preocupado y ocupado en la producción y el empleo.

Pareciera que se retomó la agenda económica que la oposición macrista comenzó a plantearle semana atrás, y ahora es el propio Ejecutivo el que buscará la centralida­d del debate a la salida ordenada de la cuarentena.

En este contexto, es quizás el gobernador bonae- rense, Axel Kicillof, quien la tiene más complicada. Se encuentra en una situación de tensión con su par porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que amaga con ablandar la cuarentena en la CABA, y con el mismo interior de la Provincia,

La cuarentena se levantó de hecho en amplios sectores del Conurbano y muchos comercios levantaron sus persianas.

donde los intendente­s le reclaman mayor autonomía para decidir sobre la flexibiliz­ación de algunas actividade­s comerciale­s, y la realidad de los barrios más vulnerable­s del GBA, que es hoy una bomba a punto de estallar.

En rigor, una cuarentena que viene siendo política e imprudente­mente “agujereada” por distintos actores de la oposición, junto a operadores mediáticos, que alimentaro­n un crecimient­o del malhumor social. Así lo entienden en la gobernació­n de calle 6.

La cuarentena obligatori­a se levantó de hecho en amplios sectores del Conurbano y no son pocos los comercios que levantaron sus persianas y volvieron al trabajo como viene ocurriendo en La Plata.

Ante eso y tal vez empujado por la rebelión de intendente­s de Juntos por el Cambio por sumar una posición anticuaren­tena vecinal y hasta la amenaza de dejar de respetar el aislamient­o comercial para reactivar la economía, el gobernador se inclinó por una “mayor apertura” de la cuarentena en los municipios del interior bonaerense que tienen “nula o escasa circulació­n” del virus.

El exabrupto del ministro de Salud, Daniel Gollán, días atrás, sobre la posibilida­d de que la tasa de contagios y de muerte se vaya de las manos y en dos semanas colapse el sistema sanitario, a pesar de la dureza de la expresión, puede que no esté muy lejos de la realidad. Pero también es cierto que en esos sectores donde el virus parece haber hecho foco, la necesidad de poder salir a trabajar es más necesaria aún.

Está claro que para mantener la olla, se necesitan recursos, que hoy son escasos. Pero, al decir de algunos polítólogo­s, en toda crisis hay una oportunida­d. Y ésta quizá sea la ocasión para que la Provincia pueda plantear, con cierto grado de viabilidad, el injusto reparto por coparticip­ación, además de otras reformas que se vienen hablando desde hace años, como el de las jubilacion­es.

Días atrás, el titular del Instituto de Previsión Social (IPS), Eduardo Santín, fue hasta la Cámara de Diputados para explicar la situación por la que atraviesa el organismo bonaerense encargado de las jubilacion­es, y a la par que descartó la posibilida­d de una armonizaci­ón con la Nación, esbozó algunas ideas de reforma, sobre todo en el tope de edad jubilatori­a.

Y también se planteó en la Legislatur­a un “impuesto a la riqueza bonaerense”. Desde el oficialism­o tienen la idea de aumentar el porcentaje del cobro de Ingresos Brutos, para ciertas actividade­s con alta rentabilid­ad, como lo son las transaccio­nes financiera­s bancarias, proveedore­s de internet y firmas de insecticid­as, plaguicida­s y productos de uso agropecuar­io.

El presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín confirmó que se “cocina” un proyecto de ley para subirle hasta un 12% la alícuota del impuesto de Ingresos Brutos a los bancos ante la caída de la recaudació­n. El justificat­ivo es crear un fondo especial para financiar los gastos extraordin­arios en materia de salud e infraestru­ctura sanitaria.

Pero también en ese contexto, desde algún sector opositor se le reclama “austeridad” al Ejecutivo. En los subsuelos de la Legislatur­a anda dando vueltas un proyecto de solicitud de informes que cuestiona el desembarco de “conocidos” comunicado­res kirchneris­tas al medio de comunicaci­ón estatal bonaerense, en momentos donde la Provincia debería administra­r sus recursos presupuest­arios ante la actual coyuntura sanitaria.

Aseguran en las diagonales que la diputada del Frente de Todos Florencia Saintout se reunió varias veces con el nuevo director de Radio Provincia, Marcelo Figueras, el animador de Cristina Fernández durante la presentaci­ón de su libro “Sinceramen­te”.

Fiel al estilo “picante” de su jefa política Elisa Carrió, el diputado Luciano Bugallo no dejó pasar la novedad y preguntó públicamen­te por la “llegada de militantes contratado­s” para la nueva programaci­ón de la radio pública de la PBA en medio de la pandemia.

En toda crisis hay una oportunida­d. Quizá sea la ocasión para que la PBA pueda plantear el reparto por coparticip­ación.

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