Dormir mal en cuarentena: entre la ansiedad, el encierro y la incertidumbre
Poder conciliar el sueño y descansar por la noche es uno de los problemas que aqueja a los bahienses en momentos de pandemia. “El tema del posible contagio, la pérdida del trabajo y el aislamiento encienden muchas alarmas en la mente”.
Entre las varias aristas que tiene el singular cuerpo tridimensional que generó el aislamiento social y la cuarentena alrededor de cada persona, las dificultades para dormir y el desvelo conforman una de las situaciones que muchas personas están atravesando.
La incertidumbre sobre cómo terminará la historia, la angustia por un posible desempleo y el total cambio de hábitos se cuentan entre las posibles causas de ese desorden.
Dos casos
No hay una única historia, sino cientas; y variadas sobre cómo cada quien vive estos más de dos meses de aislamiento-encierro.
Para Maru, 40 años, madre de dos nenas, el problema con el sueño data de mediados de la cuarentena, cuando comenzó a despertarse un par de horas después de dormirse, para quedar desvelada por completo.
“Me despierto y siento un vacio y mucha incertidumbre. Deambulo por la casa, leo algo y le huyo al celular porque agarrarlo es sentenciar a la noche. No siento angustia, es más la sensación de no saber qué hacer con este tiempo de noche. A veces me vuelvo a dormir a la mañana y quedo desacomodada todo el día”, señaló.
Sus recursos para superar este momento han sido naturales, algo de yoga y respiración.
Para Pedro, estudiante universitario de 19 años, los problemas comenzaron también a mitad de la cuarentena.
“Tengo problemas para dormirme casi todos los días y si me duermo me despierto a media noche y puedo estar varias horas despierto”.
Explicó que no siente angustia, pero si mucha ansiedad.
"Extraño a mis amigos, el gimnasio, poder salir. Si escucho música que me lleva a esos momentos me hace mal y no puedo dormir pensando en cuando volverá la normalidad", detalló.
Hacer meditaciones con algún tutorial, tomar té y dejar de usar el celular temprano son algunos recursos que lo han ayudado.
Una mirada
El psiquiatra Sergio Guerstein reconoció que si bien la particular situación que atraviesa el mundo ha generado distintos cuadros de salud, el de tener problemas para dormir no ha sido a su criterio el más habitual.
"Estamos manejando video consultas y tenemos muchas situaciones de angustia o ansiedad, por padres que extrañan a su hijos o nietos, adolescentes enojados o incertidumbre en cuanto al futuro laboral”.
"El tema del posible contagio, la pérdida del trabajo y el aislamiento encienden muchas alarmas en la mente y hay quienes son dominados por el miedo. Lo que más hace mella en la gente es la incertidumbre, el no saber que va a pasar mañana, no tener certeza de cuánto va a durar esta situación. No se tiene miedo al contagio sino a no tener que comer", manifestó.
Otra situación que el profesional advirtió como repetida es el de la convivencia permanente.
"Se generan rispideces en la familia que en épocas normales se descomprimen cuando cada cual se va a su trabajo o realiza actividades. Esta posibilidad hoy no existe", puntualizó.
Sobre la alternativa de recurrir a medicación que ayude a conciliar el sueño, menciónó que es algo "muy delicado", sobre lo cual "hay que ser prudente".
"Hay muchas situaciones que activan el alerta de una persona y el organismo libera una hormona llamada cortisol, que actúa como un neurotransmisor en el cerebro, especialmente en situaciones de gran tensión. Si esa hormona se activa durante mucho tiempo afecta las funciones de las células que equilibran la presión, los niveles de azúcar, el sueño, la memoria, la concentración. En estos casos es posible que se necesite una medicación”.