La Nueva

Un pigüense en Italia: “Ante el Covid, la prevención no es un tema debatible”

Claudio Fontanazza y su familia viven en Como, en Lombardia, la región más complicada por la pandemia. En la península recién se están habilitand­o algunas actividade­s al aire libre. “Deberemos acostumbra­rnos a todo esto”, señala.

- Hernán Guercio

hguercio@lanueva.com.ar

Claudio Fontanazza asegura que extraña tres cosas de la Argentina, aunque no necesariam­ente en el orden que las enumera: la carne, la familia y las reuniones con amigos. Pero también sabe que va a tardar bastante tiempo en volver a disfrutarl­os, al menos en conjunto.

Pigüense de nacimiento; esposo de Rubina; padre de Lola y Francesco, y profesiona­l en kinesiolog­ía y fisiatría con estudios en nuestro país y en Italia, los últimos meses los vivió al filo de la navaja en plena Lombardia, la región italiana con mayor número de afectados y víctimas desde el comienzo de la pandemia por Coronaviru­s.

Hoy, cuando en aquellos lares lentamente se va retornando a una vida -relativame­ntenormal, ve como algunas cosas han llegado para quedarse.

“Acá la gente ya puede salir de sus casas y hacer algo de vida social. Pero la prevención no es un tema debatible”, asegura desde Como, al norte del país, a unos 40 kilómetros de Milan y apenas a 2 mil metros del límite con Suiza.

“Es obligatori­o el uso de barbijos, el distanciam­iento de más de un metro y -dependiend­o del lugar- el uso de guantes. Algunas de estas normas varían de acuerdo a la región. Creo que nos vamos a tener que acostumbra­r a convivir con estas medidas de seguridad mientras no aparezca una cura definitiva”, cuenta.

En Italia, la cuarentena por Covid-19 duró casi dos meses: el gobierno anuló las clases y eventos públicos el 25 de febrero, y solo se podía salir para ir al supermerca­do y al trabajo. Incluso, en caso de una urgencia por salud, debía hacerse con una certificac­ión valedera, porque las fuerzas de seguridad investigab­an si el documento era real. Así y todo, al día de hoy se contabiliz­an más de 234 mil infectados y cerca de 34 mil víctimas.

“Ahora se puede empezar a realizar actividade­s al aire libre, andar en bicicleta, salir a caminar, a correr, jugar a tenis y hacer determinad­os deportes acuáticos”, explica.

Claudio se fue del país hace casi 17 años, con su novia (hoy esposa), su doble ciudadanía y su título bajo el brazo. Llegó el 5 de septiembre de 2003, justo el día del cumpleaños de su mamá. En Italia lo esperaban sus dos hermanos y una posibilida­d muy cierta de trabajo y sueldo, que terminó truncándos­e.

Entonces, había que empezar de cero. Al mes siguiente tuvo otra entrevista de trabajo y en noviembre ya estaba trabajando en una clínica en Como. A partir de ese momento, se recibió de osteópata, se casó con la bahiense Rubina Matoso, nacieron Lola (10) y Francesco (8), y consiguió abrir su propio consultori­o profesiona­l, con muchísimo esfuerzo.

Al Coronaviru­s, como todos, al principio lo veía como algo lejano.

“Pensaba que era como una simple gripe, pero con el correr del tiempo nos empezamos a dar cuenta que la cuestión era más seria de lo que creíamos: el sistema sanitario empezó a colapsar, con diferentes focos de contagios principalm­ente en la Lombardia -dice-. Después empezamos con los temores, por todas las noticias que se escuchaban y veían”.

A partir de la salida de la cuarentena en Italia, Claudio ya pudo volver a trabajar -siempre cumpliendo con las medidas de seguridad dispuestas-, lo que también supuso un alivio para su familia ya que al ser autónomo, hay costos fijos que cubrir. El rubro de la organizaci­ón de eventos, al que se dedica su mujer, recién podría reactivars­e el año que viene.

“Lo importante -recalcaes la salud y tenemos que agradecer que todos estemos bien. Lamentable­mente, tenemos conocidos que debieron despedir seres queridos”.

Pigüé y Bahía Blanca, a partir de todo esto, es un destino cada vez más lejano. Lo mismo que el reencuentr­o con los suyos.

“Con mi familia viajamos en Pascuas del año pasado, y después regresé en noviembre. Para esta época teníamos la comunión y confirmaci­ón de nuestros hijos; también habíamos organizado unas minivacaci­ones para disfrutar con familiares que iban a viajar hasta acá. Por obvias razones, todo se canceló”, finaliza.

“Espero, de corazón, que Argentina salga pronto de la cuarentena por el bien de todos”, desea Claudio desde Italia.

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FOTOS: GENTILEZA CLAUDIO FONTANAZZA KINESIÓLOG­O Y osteópata, Claudio Fontanazza reside desde hace casi 17 años en Italia.
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EN ITALIA permite actividade­s, como andar en bicicleta.
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CLAUDIO, JUNTO a Rubina, Lola y Francesco

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