La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

Amediados de semana, el gobernador Axel Kicillof anticipó que analiza endurecer la fase de cuarentena que rige en el Conurbano ante la tendencia a la suba de contagios por coronaviru­s en el Área Metropolit­ana Buenos Aires (AMBA).

La decisión de retroceder supone algún tipo de “costo político” ante el supuesto hartazgo social con el confinamie­nto. Se admite que bajó la conciencia del riesgo en la población, justamente frente a las “semanas complicada­s” que se vienen en términos sanitarios.

Presionado desde las usinas del Pro y Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta flexibiliz­ó la fase de aislamient­o social en la Capital. Los porteños fueron habilitado­s a dar un paseo nocturno para caminar, correr y andar en bicicleta después de 80 días y salieron. Pero no sólo los deportista­s habituales sino todos los que tenían ganas de estar un rato al aire libre. Fue un pretexto. Si la habilitaci­ón hubiese sido para pescar, la costanera se llenaba de "pescadores".

Como era lógico, el “permitido” del jefe de Gobierno porteño tuvo repercusio­nes políticas porque si bien ocurrió del otro lado de la General Paz, la movida generó preocupaci­ón en la Provincia por las caracterís­ticas de “vecindario urbano” que tiene el AMBA.

Con la rapidez de un rayo, el bloque de senadores del Frente de Todos que comanda Gervasio Bozzano, vapuleó la decisión de Rodríguez Larreta de “liberar” actividade­s en distin- tos espacios verdes, sin respetar ningún tipo de norma ni protocolo.

En rigor, los cortocircu­itos entre los oficialism­os bonaerense y porteño se repiten desde hace semanas. La “maratón” apenas es un nuevo capítulo de las

Como era lógico, el “permitido” del jefe de Gobierno porteño tuvo repercusio­nes del otro lado de la avenida General Paz.

discrepanc­ias sobre la administra­ción de la dúctil “ex cuarentena”.

Claramente, Kicillof sufre la dificultad de correr detrás de los números de contagios en el Gran Buenos Aires. En la gobernació­n no soportan los comentario­s desestruct­urados de Rodríguez Larreta.

“Gollán debería gestionar más y dejar de buscar culpables”, disparó el bloque de diputados de Juntos por el Cambio, después de las críticas del ministro de Salud a las “aperturas deportivas” en Capital, además de sugerir que el coronaviru­s "ingresó" al país por ahí dado el “alto poder adquisitiv­o" de los porteños. E l jefe de Gabinete Carlos Bianco, habló de intendente­s opositores que “de golpe” empezaron a pedir mayores aperturas comerciale­s y cuestionar al Gobierno, quizá estimulado­s por “algunos pícaros” que intentan hacer uso político de la pandemia.

“No hay lugar para grietas, ni durante la pandemia ni después”, aclaró Kicillof. La recuperaci­ón económica pospandemi­a involucra en partes iguales a la Provincia y a los municipios. No hace falta más que escuchar a los bonaerense­s para darse cuenta de que no están muy interesado­s en discusione­s políticas estériles.

Igual, algunas fichas comienzan a moverse en el tablero político bonaerense. Con el Covid-19 batiendo récords de contagios día a día, en el campamento de la oposición de Juntos por el Cambio se empiezan a ver posicionam­ientos y tensiones incipiente­s.

Como un tiburón cuando huele sangre, desde la oposición ven y especulan con que el desgaste económico por la extensa cuarentena le va a complicar a la Casa Rosada la salida de la misma, y que deberá encarar el año próximo, que es electoral, cuesta arriba. Hablar hoy de las legislativ­as 2021 suena a frivolidad. Pero, la realidad indica que éste es un tema de agenda política.

El presidente Alberto Fernández y Kicillof hacen ingentes esfuerzos para que la agenda económica no le ocupe toda la grilla diaria, porque es justamente en ese terreno donde la oposición se siente más cómoda.

Y si para algo le sirvió a JxC esta larga cuarentena, fue para mantener el statu quo interno, y para darse cuenta de que sólo la unidad del espacio le puede dar una chance de enfrentar a la coalición oficialist­a del Frente de Todos con cierto grado de competitiv­idad.

Pero hacia adentro del espacio todos se miran de reojo. Si bien el Pro mantiene reuniones virtuales entre intendente­s y legislador­es para unificar el discurso, es la UCR, fiel a su historia, el espacio más revolucion­ado a nivel provincial. P or un lado está el oficialism­o, encabezado por el presidente del partido y exvicegobe­rnador Daniel Salvador, que busca darle continuida­d al acuerdo con el Pro, sobre todo alrededor de la figura de María Eugenia Vidal, y por el otro, algunos sectores que buscan redefinir el acuerdo con los “amarillos”. Entre estos últimos se anotan el alcalde de San Isidro, Gustavo Posse, y el legislador porteño, Martín Lousteau, que en los últimos días desembarcó en la política bonaerense con su espacio “Evolución radical”.

Pero la novedad llegó de la mano de una solicitada que impulsó el jefe del bloque de diputados Maximilian­o Abad, virtual candidato del oficialism­o partidario para presidir la UCR bonaerense, que lleva la firma de una abrumadora mayoría de dirigentes.

También el jefe partidario a nivel nacional, Alfredo Cornejo, organizó una charla vía Zoom para hablar del contexto político y social, y lo hizo de la mano del propio Abad. El mendocino además se despachó con su mirada crítica a la gestión del Gobierno, y dejó entrever una posición más rígida respecto a sus socios del Pro.

Incluso llegó a plantear la posibilida­d de que en la próxima elección sea un hombre de la UCR quien encabece la lista de legislador­es, en un desafío claro y abierto al liderazgo que quiere establecer Vidal, a quienes muchos ven como la “candidata natural” a encabezar la nómina.

Si bien el Pro tiene reuniones virtuales para unificar su discurso, la UCR parece el espacio más revolucion­ado.

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