La Nueva

“Por mi cuadro, no se sabía si se iría a jugar el torneo o si iban a dejar jugar a Provincia”

En 2009 el árbitro Néstor Schernenco sufrió la pandemia previa, la Gripe A, justo cuando iba a dirigir un torneo nacional en Salta en el que pensaba retirarse.

- Ricardo Sbrana rsbrana@lanueva.com

“Ya en el viaje en micro, a la noche, empecé con escalofrío­s, temblores, fiebre... Estaba mal. Era algo distinto de lo normal”.

Como vemos, por el impacto en la salud y el despliegue sanitario que a nivel mundial provocó el COVID-19, no resiste una comparació­n con su pandemia predecesor­a: H1N1.

Afectó al planeta desde el 24 de abril de 2009 hasta el 10 de agosto de 2010, cuando la Organizaci­ón Mundial de la Salud la declaró terminada, tras cobrarse 18.449 víctimas. La llamamos Gripe A o “gripe porcina” y en nuestro país apareció casi de inmediato. Al 26 de abril de 2009 se habían registrado los primeros 5 casos, en personas que habían regresado del extranjero.

Entre los afectados por esa cepa viral estuvo el árbitro Néstor René Schernenco, integrante del Colegio de Árbitros de la ABB y quien once años después recuerda aquellos momentos difíciles durante su viaje y estadía en Salta, donde pensaba retirarse como árbitro nivel CABB en el Argentino de Mayores de básquetbol.

En la noche del domingo 28 de junio, misma jornada en la que había votado para las legislativ­as en la Escuela Nº 67 de Pedro Pico y Thompson, el árbitro se subió a la planta baja del micro que trasladaba al plantel de Provincia. Un trayecto largo (dos días prácticame­nte) pero rodeado de buena compañía: el recordado Luis “Beto” Badano (manager), los entrenador­es José Luis Pisani, Mauro Polla y Lisandro De Tomasi, Coco Bruni (utilero) y Gerardo “Tato” Peñalva (auxiliar).

“Yo salí bien. No tenía ningún síntoma. Íbamos hablando y tomando mate con Betito Badano y los entrenador­es, porque los jugadores viajaban arriba. Pero ya en el viaje, a la noche empecé a tener escalofrío­s, temblores, fiebre... Estaba mal. Era algo distinto a lo normal. Sentía un montón de malestares continuos”, recordó Schernenco.

Para el equipo bonaerense el viaje terminó en Salta capital. En cambio el árbitro (por teléfono había adelantado de su situación al referente arbitral del campeonato) se enteró que debía continuar viaje hacia el norte de la provincia, a la subsede Orán.

“El viaje fue horrible, pero la ida en micro no fue nada... Yo tuve que seguir viajando otras cuatro horas y media en un remis hasta Orán, je, casi en el límite con Bolivia”, recordó.

“Adentro del auto éramos cinco: cuatro árbitros y el chofer. Cuando llegué a Orán, ahí empecé a darme cuenta que la cosa venía en serio... Me estaba esperando personal sanitario que me llevó al hospital de la ciudad. Me atendió el médico, con quien al día de hoy sigo en contacto, Marcelo Quipildor. Un infectólog­o. Me hicieron el hisopado, similar a lo de ahora y con todas las medidas de prevención. Precintaro­n todo y lo mandaron a analizar a La Plata”, agregó.

Debut y confirmaci­ón

Después de cumplir con los exámenes de rigor en el hospital Schernenco regresó al Hotel Argentino, donde concentrab­an los árbitros. Lo confinaron en una habitación del último piso durante cuatro días.

“El único que se me acercaba era el médico, Marcelo, y algún compañero amigo más que nada, como Angel Danna, con quien compartíam­os la comida porque me abrían la puerta, me dejaban y se iban. Angel venía y se quedaba conmigo en la habitación. Compartíam­os un rato. Yo estaba ahí aislado, con un televisor de 14 pulgadas. Lo único que pasaban era la informació­n de Capital. No digo que el panorama de noticias era como ahora, pero era bravo. También tenía el contacto diario con mi familia y con dirigentes de la AAA (árbitros) a través de un celular Nokia con tapita”, recordó.

Cuando se sintió mejor Schernenco le pidió al encargado técnico -Daniel Rodrigo- salir a correr. Quería recuperar ritmo para poder dirigir.

“Volví a Salta y alcancé a arbitrar el juego por el descenso. Y después el del tercer puesto, Capital contra Chubut. Tengo un recuerdo lindo de ese juego porque lo arbitré con Osvaldo Bautista, que también fue uno de sus últimos torneos y Martín Morán, un jovencito de Córdoba”, afirmó.

De regreso en su hogar, le llegó el resultado del examen médico con la noticia que se había imaginado.

“Había dado positivo de Gripe A. Lo increíble fue que compartí muchísimo con la delegación de Provincia y con mis compañeros árbitros y ninguno se contagió. La situación fue delicada. Al principio había muchas dudas por mi cuadro. No llegó a ser vox populi, pero al principio no se sabía si se iba a jugar el torneo o si iban a dejar participar a Provincia... Hubo comentario­s, lo sé”, admitió.

“Hoy uno toma las precaucion­es, pero esto (Covid-19) es más fuerte y letal. Pensé que sería más breve todo esto. Se está haciendo demasiado largo... Se extraña todo. El contacto con la actividad y con los compañeros, aunque nos encontramo­s por Zoom. Yo sigo con mi actividad privada. No me quedo encerrado", concluyó.

 ??  ?? BETO Badano, animador de la charla en la planta baja del micro, donde uno de los que escucha es Pisani. Derecha: Néstor ya había empezado con los síntomas.
BETO Badano, animador de la charla en la planta baja del micro, donde uno de los que escucha es Pisani. Derecha: Néstor ya había empezado con los síntomas.
 ?? FOTOS: NÉSTOR SCHERNENCO ?? SCHERNENCO pudo cumplir el objetivo de dirigir y retirarse.
FOTOS: NÉSTOR SCHERNENCO SCHERNENCO pudo cumplir el objetivo de dirigir y retirarse.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina