La Nueva

Doble condena por un violento ajuste de cuentas en el barrio Sánchez Elía

Juan Guimaraenz y Franco Bravo fueron autor y partícipe del ataque a Cristian Albornoz, quien recibió 4 disparos -tres en el tórax- y zafó por un milagro.

- EN JUICIO ABREVIADO

No está claro el móvil. Por qué pasó lo que pasó. Dicen que "se tenían pica", que había problemas de barrio, en la zona de Sánchez Elía y el Fonavi.

Lo concreto es que la noche del 17 de febrero del año pasado, Juan Paulo Guimaraenz, de 36 años, y Franco Gabriel Bravo (25) intentaron matar a Cristian Fabián Albornoz (39).

"Pato", como conocen a la víctima, recibió golpes de todo tipo y cuatro tiros desde corta distancia, tres en el pecho, aunque milagrosam­ente zafó.

Y ahora la justicia acaba de condenar a los acusados por homicidio agravado por el uso de armas en grado de tentativa: 5 años y 6 meses de cárcel a Guimaraenz, como ejecutor de los tiros, y 4 años y medio para Bravo, considerad­o partícipe secundario en el hecho.

Lo hizo el juez Hugo Adrián De Rosa, del Tribunal en lo Criminal N° 1, al rubricar un acuerdo previo de juicio abreviado entre el fiscal Jorge Viego, los defensores Fabiana Vannini y Maximilian­o De Mira y los imputados.

Se tuvieron en cuenta como agravantes la multiplici­dad de disparos y la peligrosid­ad de la acción porque puso en riesgo a otras personas.

Secuencia y remate

El ataque armado se produjo sobre las 22, aunque en los minutos previos hubo enfrentami­entos entre Albornoz y los dos condenados.

El primer incidente de la secuencia se produjo después de las 21, cuando "Pato" charlaba con su amigo José Luis Toloza, fuera de los monoblocks del sector, y Guimaraenz y Bravo pasaron en moto cuando habían salido a comprar carne para un asado.

Hubo un intercambi­o de insultos y Bravo, al parecer, golpeó a Albornoz.

El hombre volvió a su casa y le contó a su novia, Antonella. "No sé por qué me pegó, somos amigos de toda la vida". Y dijo que iba a ir a buscar explicacio­nes, pese a la resistenci­a de la mujer.

La cosa siguió en la casa de Guimaraenz, en San Lorenzo al 1500, hasta donde llegó Albornoz.

Los acusados y otros testigos que estaban en "la previa" del asado aseguraron que arribó armado, aunque él lo negó.

A trompadas y patadas lo sacaron y, de esa manera, virtualmen­te lo arrastraro­n hasta la esquina con Garibaldi, donde se produjo el remate.

Siguieron los golpes y Guimaraenz le disparó varias veces y 4 tiros le impactaron, uno en el brazo derecho y tres en el tórax.

Con el ruido de las detonacion­es y los gritos, la novia de Albornoz corrió hasta el lugar y lo pudo rescatar, aunque no sin pasar por una situación de riesgo: "También guacha gila te voy dar un tiro en las rodillas”, le dijo uno de ellos.

Guimaraenz recibió 5 años y medio de prisión como ejecutor y Bravo, 4 años y medio, por ser partícipe secundario.

Lo sacó como pudo

Antonella trasladó a "Pato" a su casa, como pudo, y luego llamó a la policía. Cuando llegó el primer patrullero, el hombre estaba malherido.

De urgencia fue trasladado al Hospital Penna, donde detectaron que presentaba perforacio­nes de hígado y diafragma (tuvo que usar drenajes abdominale­s), neumotórax y la fractura de una muñeca. Casi por milagro salvó su vida.

Para la Justicia no hubo dudas de la intervenci­ón de Guimaraenz y Bravo, por la declaració­n de la víctima, respaldada por otros testimonio­s y pruebas reunidas. En un baldío se logró secuestrar el arma utilizada, un revólver calibre 32, con 6 vainas y dos proyectile­s.

Lo que nunca quedó del todo claro es el origen de la pelea. Albornoz llegó a decir que en el primer cruce, en el Fonavi, lo empezaron a agredir por nada, a pedir plata, alcohol".

Toloza, su amigo, dijo algo similar, aunque reconoció que especialme­nte Bravo y Albornoz hace tiempo que tenían "problemas internos" y que en una oportunida­d anterior se habían golpeado.

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ARCHIVO LA NUEVA. NUNCA QUEDÓ en claro el motivo de semejante agresión, pero parece que Bravo y Albornoz al menos "se tenían pica" de antes.

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