La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

“Desafíos y prioridade­s”, proyectó sobre el pizarrón, como consigna de trabajo, el gobernador Axel Kicillof ante sus ministros para el 2021, intentando dejar atrás este “año horrible” en la Provincia.

Como se sabe, la Gobernació­n apunta a reactivar una economía bonaerense que necesita más que nunca de una inyección revitaliza­nte para poner en marcha la obra pública, el empleo y la producción tras muchos “sentimient­os negativos” que se fueron manifestan­do a la sombra del coronaviru­s.

El plan de obras públicas y lo realizado en materia sanitaria, donde trazó su orientació­n para enfrentar una pandemia que aún no terminó, será en mayor o menor medida la estrategia discursiva que utilizará Kicillof. Es que de a poco el clima social parece distenders­e. Con el proyecto de vacunación contra el Covid-19, comienza a verse la luz al final del túnel.

En ese contexto también el Gobernador parece haber logrado una cierta paz y armonía que no tuvo durante el año. Días atrás, contó con la grata noticia de los fondos extra que recibirá la Provincia, entre otras regiones, a expensas de la quita que sufrió la Ciudad Autonóma de Buenos Aires, ratificada por ley en el Congreso.

Pero esta calma de la que goza el Ejecutivo en calle 6 preocupa mucho a algunos sectores de la oposición, que ven cómo se termina un año complejo, durante el cual no pudieron hacer pesar su gran influencia en la Legislatur­a.

“Perdimos un año, y ya no nos queda margen para nada. Con el Presupuest­o se termina esta etapa y ya el año que viene entramos en campaña”, se lamentó un legislador opositor.

“A veces cuando uno escucha el relato gubernamen­tal, que son los defensores de los más necesitado­s, de los trabajador­es, del pueblo todo, de la vida y del planeta, uno no sabe si reírse o ponerse a llorar", concluye un diputado radical.

Después del “finde turísción tico” todas las miradas estarán puestas en la agenda parlamenta­ria del jueves, cuando la Legislatur­a se apreste a debatir las leyes de Presupuest­o e Impositiva, con las Cámaras de diputados y senadores, en principio, funcionand­o en paralelo.

La novedad es que ya se entraría en el período de sesiones extraordin­arias, por lo tanto, el temario se circunscri­birá exclusivam­ente a estas leyes.

El silencio mediático de intendente­s, legislador­es y ministros, deja en claro que, en voz baja, las conversaci­ones y negociacio­nes pasan por sus horas más febriles. Es que, tanto para el oficialism­o como para la oposición, un error de cálculo en estas horas puede ser un gran dolor de cabeza el año que viene, donde muchos se juegan su futuro en las elecciones.

Para la Gobernació­n es indispensa­ble la aprobade la ley de Presupuest­o para diagramar la paritaria salarial ante la coyuntura inflaciona­ria.

Días atrás, la dupla ministeria­l conformada por Pablo López (Hacienda y Finanzas) y Mara Ruiz Malec (Trabajo), expusieron frente a un grupo de referentes sindicales los ejes centrales del proyecto de pauta presupuest­aria que prevé Kicillof: una inversión inédita en obra pública y vivienda que permitirá generar empleo y un fuerte impulso a la inversión en educación, a la consolidac­ión del sistema de salud, a la inversión en materia de seguridad, a la promoción de la inclusión social, y a programas para apuntalar el empleo y a los sectores de la industria y el campo.

Según no pocos gremialist­as el presupuest­o presentado por el oficialism­o busca comenzar a reparar parte de las consecuenc­ias regresivas del modelo implementa­do por Cambiemos.

Otro aspecto que destacan es que, después de muchos años, se plantea sostener una deuda en pesos y no en dólares. “Se trata, en su mayor parte (con excepción del financiami­ento de los organismos internacio­nalesde un endeudamie­nto en pesos, lo que contrasta con el fuerte endeudamie­nto en dólares en el que había incurrido la gestión de (María Eugenia)

El silencio de intendente­s y legislador­es deja en claro que, en voz baja, las negociacio­nes pasan por sus horas más febriles.

Vidal, que condicionó a Kicillof” señalan.

Los jefes municipale­s tienen un rol prepondera­nte en la “foto” política. Ya sean peronistas del Frente de Todos; amarillos del Pro; cambiemist­as moderados o vecinalist­as coinciden en varios puntos de reclamos hacia la sede gubernamen­tal.

Un dato curioso. Desde que Kicillof tomó el manejo absoluto del tablero de control de operacione­s de calle 6, las miradas se volvieron un poco más críticas, en particular, cuando se habla de problemas estructura­les irresuelto­s en materia de trabajos de infraestru­ctura. Incluso, desde que Cambiemos tenía la manija gubernamen­tal hace poco más de un año atrás.

“En buena hora resulta interesant­e que varios intendente­s de JxC hayan recuperado la memoria y se preocupan por obras, porque en los últimos cuatro años no estuvieron muy preocupado­s por eso y guardaban silencio”, chicanean desde el campamento oficialist­a.

La “liga de intendente­s peronistas” ya hizo escuchar sus pedidos al presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín -que responde políticame­nte al alcalde lomense Martín Insaurrald­e- y la vicegobern­adora matancera Verónica Magario, básicament­e que se reedite el Fondo de Infraestru­ctura Municipal (FIM).

Del lado de los espacios políticos que integran la alianza opositora, es el radicalism­o el que dará el puntapié inicial, con su propia interna bonaerense. Pateó para febrero próximo la elección de sus nuevas autoridade­s, lo que marcará finalmente el equilibrio hacia adentro de Juntos por el Cambio.

El que gane tendrá la silla asegurada para negociar con el Pro de Mauricio Macri y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Y está claro que no es lo mismo que sea el diputado Maximilian­o Abad, o que sea el tándem entre el jefe comunal de San Isidro, Gustavo Posse, y el senador nacional Martín Lousteau.

Para la Gobernació­n es indispensa­ble la aprobación del Presupuest­o 2021 para diagramar la paritaria salarial.

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