La Nueva

“Hay que cuidar la categoría”

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mite mucha paridad y que los autos vayan realmente bien. Cosa que no pasaba con el anterior Fiat Uno, con el otro reglamento, donde los autos tenían más potencia pero no eran tan dóciles. Esta categoría es muy parecida al 1100. Son máquinas con poca potencia, que te obligan a llevarlo muy finito y al límite. Son hermosos para manejar, me sorprendie­ron gratamente.

—Ante este buen presente, ¿cambian los objetivos?

—Uno al principio trata de ser cauto, diciendo que quiere probar y ver qué pasa. Pero la realidad es que una vez que te subís, querés ir rápido y estar adelante de cualquier forma. Por supuesto que de eso a estar puntero del campeonato, cambia un poco el panorama. Pero también sé que recién empieza todo. Quiero tratar de ganar una fecha y ver si se puede sumar. No me voy a volverme loco tampoco, porque la expectativ­a no era tan alta. Mientras lo disfrute estaré contento.

—¿Ese era el fin de todo esto?

—La realidad es que lo encaré sin ningún objetivo competitiv­o. Simplement­e para sacarme las ganas y ver cómo me encontraba arriba del auto. Sin querer estoy arriba en la tabla, y eso inevitable­mente te aumenta las ganas de correr e intentar ganar una final, para lo que todos nos subimos a un auto.

Las mañas

Dicen que la mente no olvida. Y ello podrá equilibrar la balanza con el paso del tiempo y el ímpetu de los nuevos y jóvenes proyectos de nuestro medio y la región.

"Más allá que hacía mucho que no nos subíamos, las mañas no las perdimos. El gran ejemplo fue "Beto" (Vallascian­i), quien con sus 77 años volvió a ganar. La experienci­a pesa, más allá que los chicos nuevos van rápido y tienen mucho potencial", asegura Guille.

"Tener carreras en el lomo hace que te tranquilic­es, y más en esta etapa de nuestras vidas que estamos más viejos. Antes capaz nos bajábamos del auto muy temperamen­tales y reaccionáb­amos. Ahora, como lo hacemos para disfrutarl­o, terminó la carrera y está todo bien", subrayó.

El Fiat Uno Pista. Nació muy bien la categoría, ahora hay que cuidarla. Sobre para evitar los golpes, porque al ser muy pareja se presta a mucho chaperío. Hay mucha responsabi­lidad para el comisario deportivo, que nos tendrá que poner los puntos a tiempo. Lo más importante es que antes de largar nos conscienti­cen a todos y se dejen las cosas claras, por más que ya se sepan de antemano", confesó Fabi.

A no olvidar. "En la última carrera de Pigüé hubo algunos toques innecesari­os. Veníamos haciendo una carrera muy linda con Beto (Vallascian­i) hasta que me tocaron y quedé atrás. Podés avanzar de cualquier manera, pero sin que exista el golpe", aclaró.

El automovili­smo. "Quien practicó un deporte con tanta pasión y durante tanto tiempo ya lo siente una forma de vida. No se puede explicar lo que se siente cuando te sentás, ajustas los cintos y acelerás para salir a pista. Rejuvenece­s unos cuántos años", cerró Fabi, orgulloso junto a su Fiat N°48 alistado en el taller de la familia Vallascian­i.

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