El fluido movimiento de granos apuntala el gran momento del puerto local
No solo aprovecha las complicaciones que la bajante del Paraná genera en el Gran Rosario, sino que logró ampliar su hinterland.
El incesante movimiento de granos en el primer cuatrimestre de 2021 confirma el excelente momento por el que atraviesa el puerto de Bahía Blanca. No solo por los números; también por la reafirmación del rol estratégico que tienen sus muelles en el contexto nacional. Especialmente frente a los gravísimos problemas derivados de la bajante del río Paraná. En lo que resta de mayo, se espera que otros 30 buques cerealeros amarren en nuestra terminal portuaria.
Los números hablan por sí solos. El primer cuatrimestre del año no pudo ser mejor para el puerto de Bahía Blanca en lo que hace a movimiento de granos y mayo seguramente deparará alguna otra muy buena sorpresa.
Pero quizás la mejor noticia, en este arranque del año, sea la reafirmación del rol estratégico que tienen los muelles locales en el contexto nacional, sobre todo porque continúan fortaleciendo una tarea de back up frente a los gravísimos problemas que evidencian por la bajante los sitios de atraque en el río Paraná.
En muchos de ellos la falta de calado hace que los buques deban embarcar menos cereal y eso aumenta la tarea de completamiento de bodegas que se realiza en Bahía Blanca.
En lo que resta del mes casi 30 buques cerealeros amarrarán en las terminales locales y buena parte de ellos llegará desde la zona de San Lorenzo, en el Paraná.
Para graficar la situación que se vive en el norte del país, la cual incluso puede llegar a ser más complicada que la grave bajante del año pasado, cabe mencionar que en el puerto de Santa Fe se trabaja exclusivamente con barcazas como consecuencia de la falta de calado.
Como venimos sosteniendo, si bien muchas veces se habla de qué va a pasar con Bahía Blanca si se concreta una nueva profundización del río Paraná, esto demuestra que el rol de “fullback” seguirá presente porque habrá nuevas sequías que limitan el calado o crecientes que también terminan aportando mucha sedimentación al canal troncal de navegación.
Pero ahora parece consolidarse otro proceso, el que implica una ampliación del hinterland, captando regularmente cargas de otros puntos más lejanos.
Esto constituye un hecho relevante porque hace tiempo que las terminales portuarias locales pretenden no quedar limitadas a la tarea de completar lo que no se puede cargar en el Paraná.
“Empiezan a verse más buques que hacen carga completa en el puerto de Bahía Blasnca, tanto de trigo como de maíz o cebada. Esto empieza a demostrar que el puerto comienza a ampliar su hinterland y a consolidar este tipo de operatoria”, sostuvo Federico Susbielles.
El presidente del Consorcio de Gestión del puerto destacó que ha sido un excelente primer cuatrimestre, con dos hechos para destacar.
“Por un lado el trabajo coordinado de todos los sectores portuarios permitió recuperar lo que fue un inicio de año complejo por la medida de los transportistas autoconvocados, pero estamos consolidando una suba de los volúmenes de granos donde se observa un crecimiento muy importante”, dijo.
En otro tramo del diálogo mantenido con La Nueva.
Susbielles aludió a un tema no menos relevante para la estación marítima local: el crecimiento de su participación, a nivel nacional, en la exportación de trigo, donde si bien el nú
mero de toneladas cayó por distintos factores, como en el resto del país, el porcentaje de Bahía Blanca creció un 6/7 por ciento.
“Estamos con expectativas y esperamos seguir trabajando de esta manera, en un contexto que tiene sus complejidades por la pandemia, pero con el esfuerzo y el aporte de todos confiamos seguir consolidando este presente y futuro del puerto”.
Para advertir el movimiento logrado actualmente por las terminales locales sólo basta con recorrer los muelles y caminos de acceso, los cuales testimonian que el puerto Bahía Blanca atraviesa uno de sus picos anuales y que ma- yo terminará con valores muy interesantes.
Como se explicó anteriormente, la bajante del Paraná aporta unas 4 mil toneladas adicionales por buque
Se trata de uno de los picos anuales en lo que hace al movimiento de granos y la bajante del río Paraná aporta unas 4 mil toneladas más por buque.
Las exportaciones de este tipo de cargas a granel evidenciaron en los cuatro primeros meses del año un aumento del 8,6 por ciento, pasando de 2.870.733 toneladas el año pasado a 3.116.182.
Allí el maíz volvió a ser protagonista, con un 22 por ciento de aumento: de 1.067.528 a 1.306.871, mientras que el trigo cayó un 20 por ciento: de 1.445.263 toneladas a 1.159.396.
Aunque en menor número, no resulta de ser significativo el aumento de los despachos de cebada, pasando de 260.232 a 601.735.
En términos generales, durante los primeros cuatro meses del año las cargas movilizadas por el estuario de Bahía Blanca crecieron un 3,6% con relación al mismo período del año pasado: 8.166.314 contra 7.879.049 toneladas.
En el caso los muelles de Ingeniero White y Galván los números muestran un crecimiento de 1,3 por ciento: pasando de 4.811.267 a 4.873.577 toneladas.
Como se dijo antes, este crecimiento estuvo sustentado en el récord de exportación de granos, ya que los químicos e inflamables sufrieron una baja de 14 por ciento y el movimiento de carga general, terrestre, en contenedores y carga de proyecto cayó un 19 por ciento.
Las terminales locales cumplen un rol estratégico nacional al posibilitar embarcar lo que no se puede en el río Paraná.