Niños en pandemia: “Tienen recursos para recuperarse, pero no pueden solos”
Para la psicóloga Rocío Galindo, de Salud Mental de la comuna, la clave es la disponibilidad afectiva de los padres. Destacó la actividad derivada de los juegos, donde los menores adquieren un rol activo.
“Ellos se comunican a través de los juegos. Tienen una gran capacidad ahí y es algo que se debe incentivar”, dijo la psicóloga Rocío Galindo (MP 1329), en alusión al tránsito de los menores —y preadolescentes— en la pandemia como consecuencia del Covid-19.
“Tienen recursos para recuperarse, pero debe existir un entorno que los acompañe y los sostenga. Y aquí también es determinante la disponibilidad afectiva de los adultos. Es decir, tenemos que acompañarlos”, agregó.
“Estamos hablando de una etapa de renuncias: a la escuela, a los viajes familiares y hasta cumpleaños, pero lo bueno es que ellos pueden salir”, señaló.
Galindo sostuvo que los psicólogos trabajan mucho con juegos para niños.
“No es algo intrascendente, sino la vía de elaboración de los conflictos. Recientemente, Unicef publicó una investigación realizada con niños y adolescentes, donde se alude a esa capacidad de jugar como un escudo ante lo que está pasando”, comentó.
“Esto es muy importante, porque hay veces que se corre el riesgo de la patologización; es decir, se pone el nombre de patologías a respuestas que son absolutamente esperables. Y más en un contexto como el que venimos hablando, de pérdidas, de renuncias, de duelos de la sociedad en general”, añadió.
“Hoy, están en un entre (sic), entre lo presencial y lo virtual, pero quizá no puedan prestar la misma atención que antes. Acaso requieran de otros soportes y tantas horas de Zoom no sean convenientes para ellos, y en realidad para nadie”, aseguró Galindo, quien pertenece al equipo de apoyo matricial en Salud Mental Infanto Juvenil, que depende del Departamento de Salud Mental de la secretaría de Salud de la municipalidad de Bahía Blanca, a cargo de Hugo Kern.
“Es un momento para incentivar a los niños a los juegos, porque toman un rol activo y de elaboración, y hasta llegan a jugar con temas de vacunas y demás. Lo importante es cómo se preparan los padres para esta etapa de retorno a las aulas”, indicó.
“Es un rol complejo y, quizá, la orientación podría ser la misma: encontrarse emocionalmente disponible para acompañar, para estar cerca y atentos en el nuevo tránsito escolar, que fue bastante esperado, sobre todo para el reencuentro con amigos y la posibilidad de compartir momentos”, afirmó.
En este sentido, Galindo destacó la importancia de la recuperación de los espacios de sociabilización y de vínculos que, en algunos momentos, estuvieron interrumpidos.
También se refirió al futuro inmediato y a lo que denominó la recuperación de la trama.
“Los objetivos de este tiempo tienen que ver con recomponer la trama social que se desarmó en cada niño y en cada niña. Es algo a recuperar por parte de los papás, de la escuela y de quienes trabajamos en salud mental”, sostuvo.
“Lejos de ubicar las respuestas en el individualismo, o en el sálvese quien pueda, está claro que siempre la salida es colectiva y que tiene que ver con armar un tejido y una trama para transitar este tiempo. Nadie puede resolverlo solo”, aseveró Galindo.
“Hay que estar con los niños, pero no para ver si tienen alguna patología o trastorno, sino para escucharlos y saber qué les pasa, y siempre respetando sus espacios de autonomía”, manifestó.
La incertidumbre y los niños. “Lo que para nosotros representa la palabra incertidumbre, para ellos son más preguntas que planteos. Uno de los niños, que aparece en aquel estudio, hizo un comentario y dijo que la situación le daba ‘bronca’. Me provocó mucha ternura, pero al mismo tiempo me ayudó a pensar que la palabra coronavirus, para ellos, viene asociada de muchas cosas que se dejaron de hacer y que no se sabe qué va a suceder en el futuro”, relató.
El futuro y los niños. “Si lo pensamos, los más chiquititos vivieron casi la mitad de sus vidas en pandemia, con todo lo que eso implica”, destacó.
“En ellos la subjetividad se constituye a partir de la mirada del otro, como si fuera un espejo donde, algo a partir de lo que otros van devolviendo, lo van poniendo en palabras”, contó Galindo.
“Y esta interrupción de vínculos tiene un efecto”, manifestó.