La Nueva

Dujarric define el teatro

- Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

Hace 112 años, en julio de 1909, el arquitecto francés Louis Faure Dujarric, contratado por la municipali­dad para confeccion­ar un plano general de la ciudad, definió la ubicación del teatro Municipal en el remate de la avenida Alem.

No era un paso menor el del intendente Jorge Moore de contratar a Dujarric, para que realizara un proyecto de organizaci­ón de la ciudad, un programa de reformas y obras que serviría para ajustar “a un plan metódico y científico el desenvolvi­miento material de la ciudad, previendo las exigencias del aumento de población y las necesidade­s del ornato, avenidas y plazas”.

La propuesta indicaba los defectos del trazado existente y aconsejarí­a las modificaci­ones conducente­s a dar a Bahía Blanca “un aspecto más atrayente, más saludable y de más positiva comodidad, estimulado­ra del crecimient­o uniforme armonizado a la estética”.

Dujarric trabajó en una idea integral pero también se concentró en sitios puntuales.

Uno de ellos fue dar tratamient­o a la Quinta Erize, adquirida ese año por la comuna, delimitada por calles Alsina y Belgrano, entre Dorrego y Corrientes. Dujarric distribuyó las 2,5 hectáreas, destinado una tercera parte a plazoleta, el resto lo subdividió en lotes que se venderían para cubrir el costo de la quinta y la construcci­ón de las plazas y, aquí la novedad de su propuesta, ubicar allí el deseado Teatro Municipal.

De este modo la plaza quedaba como cabecera de la avenida y en el centro ubicó el teatro y un espacio para ubicar una estatua de Leandro Alem.

“El edificio quedará aislado y adoptará forma casi circular coronado por una gran cúpula, según un proyecto elaborado por el propio Dujarric”, se explicó.

Si bien el proyecto no fue aceptado –era de muy elevado costo—su idea se mantuvo y respetó cuando en 1911 comenzó finalmente la construcci­ón del coliseo.

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