Tiroteo, granada y toma de rehenes
Uno de los antecedentes que llevó a considerar a Aristimuño como peligroso se registró en marzo de 2016 y derivó en el secuestro de casi un kilo de cocaína.
Fue una toma de tres rehenes, durante más de una hora, en una vivienda del barrio Albatros XXVII de Punta Alta y el intercambio de disparos con la Policía.
El incidente se registró luego de que los agentes persiguieran el Fiat Punto en el que se movilizaba.
“El raid comenzó en Paso, siguió por Colón y en 12 de Mayo se produjo un intercambio de disparos, 12 en total, y uno impactó en el parabrisas y el torpedo de un patrullero”, se aclaró.
La situación se tornó más grave porque desde el auto arrojaron una granada de mano que no explotó. Luego fue detonada por peritos de la Base Naval.
Aristimuño escapó a contramano hasta que bajó de su auto e ingresó, mediante amenazas en una casa del Albatros XXVII, donde redujo a una pareja y a su pequeño hijo.
La negociación duró más de una hora, hasta que finalmente desistió y se lo detuvo. Dentro del auto hallaron 970 gramos de cocaína, una balanza y una pistola. Otro revólver se secuestró en el camino.