La Nueva

Pandemia: pacientes con bipolarida­d sufrieron por la alteración de la rutina

“Una vida desorganiz­ada no es lo ideal en estos casos. Ha sido complejo y se sucedieron las recaídas por depresión”, dijo la Dra. Miriam Monte de Oca.

- Grueda@lanueva.com

“Durante el confinamie­nto estricto tuvimos que estar muy presentes, ya que las consultas fueron más de las habituales. Estaba claro: los pacientes con trastornos de bipolarida­d habían salido de la rutina y ya no podían afrontar el estrés”.

Lo dijo la Dra. Miriam Montes de Oca, especialis­ta en psiquiatrí­a, a propósito de las consecuenc­ias de la pandemia por el Covid-19 en personas afecta- das por el trastorno del humor, como la propia profesiona­l se encargó de actualizar el término.

“Esa situación conllevó a muchas recaídas. Y la peor es la depresión”, indicó.

“¿Si es la principal consecuenc­ia por el coronaviru­s? Sí, pero también incidió la desorganiz­ación que ha imperado en sus vidas”, agregó Montes de Oca, quien además es, desde 2011, médica legista del Poder Judicial.

“Se trata de pacientes que tienen menos estrategia­s para afrontar confinamie­ntos, o incertidum­bres, y aislamient­os sociales, porque lo que nosotros propiciamo­s siempre es que interactúe­n con el medio”, explicó.

En cuanto a los desequilib­rios por la desorganiz­ación, o por la falta de organizaci­ón, aludió a no dormir en determinad­os horarios y a quedarse delante de las pantallas —incluidas series en streaming— en forma ilimitada.

“Es muy importante el orden, porque enseguida pierden el norte. También hay que insistir con los horarios de las comidas y de la medicación, algo vital e indispensa­ble para estabiliza­rlo”, afirmó.

“Cuando sucede esto hay que frenar todo y empezar a ordenar, especialme­nte las horas de sueño, las rutinas y hacer gimnasia, aunque sea online, porque los estabiliza­dores del ánimo suelen provocar aumentos de peso”, afirmó la profesiona­l bahiense, en diálogo

Nueva.

con La

También dijo Montes de Oca, quien trabajó en el Hospital Penna desde 2000 hasta 2011, que la clave es no romper la alianza terapéutic­a.

“Ya estamos volviendo a la presencial­idad y con todos los cuidados”, aseguró.

“Los pacientes vuelven a hacerse los controles sabiendo que no habrá una sala de espera llena y que se aplican todos los protocolos. Eso los ha ido aflojando (sic)”, dijo.

“Ahora, tenemos que estar presentes, como antes, los terapeutas, los psicólogos y los psiquiatra­s, para ir ordenando la habitualid­ad hasta llegar a aquella vida rutinaria”, insistió.

La Dra. Montes de Oca comentó que la bipolarida­d, como enfermedad, es la sexta causa de discapacid­ad a nivel mundial.

“Generalmen­te se da en adultos jóvenes, de entre 20 y 30 años, que es cuando se hace el diagnóstic­o. Lo bueno es que tiene tratamient­o y que hoy, más allá de la pandemia, no hay pretextos para dejarlo”, describió.

“Es una enfermedad que hay que psicoeduca­r, ya sea al paciente como a la familia. En general, la bipolarida­d es una enfermedad mental, crónica y que no se cura, hasta ahora, pero sí se puede estabiliza­r. Como la diabetes, por ejemplo”, explicó.

“Lo que sucede es un trastorno a nivel de humor, que a veces se dispara y entra en estados de hipomanía, o de manía, donde todo es para arriba y más y el paciente es muy difícil de contener. Transita su vida en un ritmo alto, y hasta con cierta peligrosid­ad, ya que en algunos casos debe ser internado en una institució­n psiquiátri­ca”, comentó.

“El problema es cuando se va para abajo”, aclaró la Dra. Montes de Oca, quien estudió en La Plata y la especialid­ad la desarrolló en el Hospital Oscar Alende, de la ciudad de Mar del Plata.

“Esa es la fase que no le gusta. Se pasa del brillo de la luz a un pozo. Es una fase depresiva, donde el paciente permanece mucho tiempo en la cama y no puede hacer absolutame­nte nada”, relató.

“La situación que se dio en pandemia es que esos pacientes son muy vulnerable­s, especialme­nte ante situacione­s de estrés y de incertidum­bre, como nos pasó ahora. Y así, a veces, se empiezan a descompens­ar, cuando antes eso estaba controlado”, expresó.

La profesiona­l se formó con el Dr. Alejandro Lagomarsin­o (ya fallecido), referente en el país sobre bipolarida­d, quien también formó los grupos de ayuda mutua concentrad­os en la Fundación de Bipolares en Argentina (Fubipa).

“En Bahía Blanca estuve trabajando en la sede local de Fubipa, pero finalmente el grupo se disolvió. Hoy se mueven vía redes sociales y la gente puede seguir el desarrollo de actividade­s”, aseguró.

“La situación que se dio en pandemia es que los pacientes son muy vulnerable­s, en especial ante situacione­s de estrés y de incertidum­bre”, dijo la Dra. Montes de Oca.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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EMMANUEL BRIANE-LA NUEVA. DRA. MIRIAM Montes de Oca, especialis­ta en psiquiatrí­a y médica legista del Poder Judicial.

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