El actor es realmente un bailarín
Emoción. “Necesitábamos un joven que bailara muy bien y que emocione, pero nos dimos cuenta que no lo podía hacer un actor, tenía que ser realmente un bailarín de malambo. Hicimos casting a más de 400 chicos en varios festivales hasta que encontramos a Martín López Lacci en el festival de Laborde. Fue un año y medio muy duro de entrenamiento para convertir a Martín en actor. Mientras tanto convocamos a Mónica Lairana, Diego Cremonesi y Alfredo Castro”, confió el director.
Juan Pablo Félix: —Es lo primero que escribo y dirijo, me concentré mucho en contar una historia que tenga que ver con mi adolescencia, con ese momento en la vida que quizá tenemos más preguntas que respuestas. La película habla de un joven que sueña con ser campeón en el Festival Nacional de Malambo que se hace en Laborde, en la provincia de Córdoba, y yo también bailaba de adolescente y pasados los años me di cuenta que la danza era para mí un refugio, un lugar de mucha contención. Con “Karnawal” quiero hablar de la adolescencia, cuando estamos descubriendo el mundo al que nos vamos a integrar y del arte como salvación. Tener una vocación, un deseo, una pasión muy metida es muy importante para cualquier joven y atraviesa cualquier contexto.
—¿La pasión del joven es la única certeza frente al tambaleante mundo de los adultos?
—La pasión del protagonista por la danza es su única certeza, creo que la película tiene una mirada y una posición muy crítica con el mundo adulto. Hay un pirata del asfalto que está enamorado de la aventura, la pareja nueva de la madre del adolescente es un gendarme que representa el orden desde el autoritarismo y la propia madre, que hace lo que puede, está presente pero también muy confundida y embarrada en este universo.
Mientras que el mundo adulto parece complicarse de manera incomprensible para el adolescente, el relato retrata la pasión y la soledad del protagonista, “un grito desesperado y desesperanzado de este joven que no encuentra respuestas”.