Dos experiencias de campo
Sebastián Ventura, director de la Escuela Secundaria Técnica 2, que cuenta con una matrícula que supera los 1.200 alumnos, realizó un balance satisfactorio tras los tres encuentros que se llevan organizados los sábados para llevar adelante este plan.
“La respuesta de los alumnos fue excelente. Ya llevamos cuatro sábados de implementación y prácticamente no hubo ausentismos; esto demuestra el interés que tienen por recuperar contenidos. Es un mito que los chicos de esta generación carecen de responsabilidad”, manifestó.
Ventura señaló que la implementación de un día más a la semana fue por cuestiones organizativas, debido a la cantidad de alumnos que tiene en este plan y el hecho de que ya de por sí tengan actividades en contraturno por ser una escuela de jornada completa.
Y agregó: “Los grupos de alumnos más necesitados o que más se atrasaron en el aprendizaje de contenidos refuerzan sí o sí los sábados. Y el resto lo va haciendo, en distintos espacios disponibles, durante la semana”.
Puntualmente en la Técnica 2 hay alrededor de 500 alumnos realizando el +ATR y Ventura reconoció que cuentan con todo lo necesario para cumplir con la implementación del programa.
“La verdad que insumos no nos faltan. El Consejo Escolar nos suministró todo lo que necesitábamos. Y el plantel de docentes de este programa es externo. Tenemos un profesor cada 25 alumnos, para que el trato sea personalizado”.
Por su parte, Lorena Rodríguez es la directora de la Escuela Primaria 29, que tiene una matrícula de 264 alumnos.
En su caso, también por cuestiones organizativas internas, y en consenso con las familias de los niños que ingresan al programa, pudo incluir las 20 horas semanales que prevé la normativa de lunes a viernes.
“De esa manera, evitamos que los alumnos tengan que ir los sábados, que iba ser muy engorroso para la organización familiar, según lo que nos expresaron en la reunión que tuvimos con los padres”.
Para ello, dispone de un aula exclusiva, con el mobiliario necesario para un máximo de 25 alumnos con Trayectoria Discontinua, en Proceso o Acompañada, a cargo de una docente tallerista, que está en contacto permanente con las maestras de los grados correspondientes.
“El programa está funcionando muy bien en nuestra comunidad educativa. Cada chico tiene 3 horas semanales, en contraturno al dictado normal de clases. Los talleres, básicamente, son enfocados en lectura, escritura y matemática, de primero a sexto grado”.
Rodríguez señaló que la recepción fue muy buena.
“Los padres, y también los niños, entendieron que los grupos son reducidos y eso permite personalizar los contenidos que le falta afianzar a cada uno”.