Buscan poner en valor al misterioso templo masón en Arroyo Corto
El municipio de Saavedra quiere rescatar el histórico edificio, con un fin entre turístico y cultural. La Gran Logia Argentina estaría dispuesta a colaborar.
El templo masón de Arroyo Corto es uno de los puntos históricos más interesantes y misteriosos de toda nuestra región. Con más de un siglo de vida, y a más de 80 años de haber dejado de funcionar, la vieja construcción se mantiene a duras penas en pie, detrás de una estratégica pared que cubre casi todo su frente, ocultando también un interior que parece tomado de una película de suspenso. Ya no asemeja haberse tratado de un sitio de iluminación, de búsqueda de verdades y perfeccionamiento de las virtudes del hombre.
Si bien durante los últimos años hubo muchos intentos para poner en valor ese icónico edificio, esta vez desde el municipio de Saavedra se decidió dar el primer paso formal para, al menos, mostrar la preocupación por el estado de la edificación y la parte de la historia local que significa y contiene. Es cierto, ya había habido alguna idea anterior, pero no había pasado de un par de reuniones informales.
Ahora, en cambio, se está buscando darle un marco formal para dejar un precedente y tratar de avanzar en firme en la restauración del lugar y su promoción como patrimonio histórico y lugar turístico.
Hoy, como hace ya varios años, el lugar tiene pisos, techos y paredes rotas, chapas colgando, listones de pinotea que ya no están más, vegetación que crece en su interior, puertas que dejaron de existir hace mucho y colores casi irreconocibles. En algunos lugares hay que mirar atentamente donde pisar, para no tropezar o caer.
Casi nada quedó de las épocas de gloria del templo de la logia masónica Unión y Constancia, esa que reunía y agrupaba a los hombres probos de Arroyo Corto. A unos 120 años de su creación, pareciera que el edificio pudiera derrumbarse en cualquier momento.
Sin embargo, algunos símbolos masónicos todavía permanecen en él. Sobre el portal de ingreso, el compás y la escuadra enmarcados en un triángulo sobreviven al paso de los años, reflejando un tiempo del que ya casi nadie habla en Arroyo Corto.
El aura de misterio todavía permanece entre sus desvencijadas paredes, ventanas de maderas sin vidrios, columnas desgastadas y el techo con algunas estrellas pintadas. Nadie sabe qué pasó allí y, si alguien realmente conoce la verdad, la ha sabido callar durante mucho tiempo.
Para comenzar a desarmar esa madeja de incógnitas, desde el bloque oficialista del Concejo Deliberante de Saavedra se presentó un proyecto que fue acompañado en forma unánime por el resto del cuerpo deliberativo: comenzar a trabajar para poner en valor el lugar, conocer y difundir su historia y, por supuesto, presentarlo como un sitio turístico de relevancia dentro de la localidad y del distrito, no solo para personas que puedan llegar desde otros puntos del país sino también para los propios vecinos.
Los puntos a tener en cuenta son varios. Más allá del estado del edificio, al