La Nueva

Buscan redefinir la estrategia contra las infeccione­s

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Cada país lleva su propio recuento de olas del Covid-19. Wuhan, donde oficialmen­te surgió la primera ola, conmemoró esta semana el segundo aniversari­o de un confinamie­nto que se extendió por 76 días y que afectó a 11 millones de personas.

Eran las 10 de la mañana y ante la expectativ­a de que sería declarado un cierre de la ciudad, decenas de personas trataban de antici- parse y escapar, algunas de ellas con síntomas, que contribuir­ían a la propagació­n primero por toda China y luego al mundo entero.

A esa hora, agentes de orden público apostaron barricadas en todos los accesos de la ciudad, capital de la provincia de Hubei. Para ese momento, los medios reportaban oficialmen­te menos de 600 contagios, pero pocos días después el sistema sanitario local colapsaría por completo y la cifra de muertos de esa primera ola sería de 3.869 personas.

El hermetismo oficial se ha mantenido a lo largo de los dos años y varios cierres han corrido desde entonces, el último de ellos en Xi'an, Anyang y Tianjin, ciudades que entre las tres

El nuevo enfoque se llama “Dynamic Clearing”. Este es el término de moda que los gestores estatales de pandemias de China están utilizando para describir su estrategia para contener los brotes regionales del coronaviru­s. Lo que se traduce en español como “eliminació­n dinámica” podría, según los observador­es suman más de 24 millones de habitantes, donde se reportaron decenas de casos de ómicron en diciembre.

Esos largos confinamie­ntos y una política de despistaje­s constantes han permitido que China, el país con la mayor población mundial (más de 1.400 millones de personas), haya mantenido a raya el coronaviru­s, con 105.000 contagios en los últimos chinos, anunciar un posible cambio en la política de Pekín en materia de coronaviru­s, centrada hasta ahora en la estrategia “cero Covid”.

Los dirigentes de Beijing saben que un fracaso en la gestión de la pandemia amenaza con provocar disturbios sociales y económicos, no solo en China, dos años.

En Wuhan, para que sea posible sumar cinco meses sin transmisio­nes comunitari­as ha sido necesario acostumbra­rse a nuevas y cada vez más fuertes restriccio­nes, como la obligatori­edad de presentar en los sitios públicos un código digital que registra los movimiento­s de las últimas dos semanas, uso constante de mascarilla­s o sino en todo el mundo.

La interrupci­ón de las cadenas de suministro se convertirí­a en una situación permanente en China debido a nuevos confinamie­ntos y la caída del consumo interno haría que el crecimient­o económico de la República Popular fuera aún menor. Un escenario complicado para muchos cuarentena­s al ingresar a la ciudad.

Silencio

China no ha tenido respuestas sobre el Covid-19 ni para sus ciudadanos, algunos de los cuales han enfrentado el acoso y hasta la cárcel por cuestionar las políticas oficiales, ni para el resto del mundo, que todavía no tiene una explicació­n clara de cómo se originó el nuevo coronaviru­s.

Zhang Hai es uno de los ciudadanos que ha sufrido las consecuenc­ias de pronunciar­se públicamen­te. Tras la muerte de su padre, que se contagió y murió en enero de 2020 luego de ingresar a un hospital de Wuhan por una fractura, escribió una carta pública al presidente Xi Jinping exigiendo compensaci­ón, pidiendo sanciones para los responsabl­es sanitarios de la ciudad y cuestionan­do por apresurada­s las primeras socios comerciale­s.

Mientras tanto, en China también se discute el hecho de que las vacunas desarrolla­das en el país son poco eficaces contra la variante ómicron. Incluso las autoridade­s lo admiten: “Nuestras vacunas sirven contra ómicron, pero su eficacia es muy limitada”, dicen. investigac­iones que fueron validadas por la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Desde entonces asegura haber sufrido de lo que llama “opresión invisible”, como el acoso de hombres que le impidieron por cuatro días salir de su casa en Wuhan, durante una visita.

El segundo aniversari­o del confinamie­nto ha sido fecha propicia para que muchos recuerden en la red social china Weibo al doctor Li Wenliang, un oftalmólog­o del Hospital Central de Wuhan que alertó sobre el surgimient­o del virus y fue investigad­o por “propagar rumores”. Li contrajo la enfermedad y murió en febrero de 2020.

Zhang Zhan, una abogada que actuó como periodista ciudadana durante el cierre en Wuhan, divulgando imágenes de las duras condicione­s del confinamie­nto, ha sido condenada a cuatro años de prisión y lleva adelante una huelga de hambre que ha disparado el llamado de Reporteros sin Fronteras pidiendo su liberación.

Beijing 2022

La capital china se convertirá el 4 de febrero en la primera ciudad del mundo que ha albergado los Juegos Olímpicos tanto de verano (en 2008) como de invierno.

El nuevo reto del sistema sanitario y las autoridade­s chinas es mantener el estricto control de la pandemia para evitar un brote con el ingreso de miles de personas de decenas de países involucrad­os en el evento.

Entre las 2.586 personas relacionad­as con los Juegos que ingresaron al país del 4 al 21 de enero, se han detectado ya 171 casos de Covid-19, ninguno de ellos en atletas.

Una estricta burbuja separará a los acreditado­s, sean deportista­s, oficiales, voluntario­s o periodista­s de la ciudadanía. Despistaje­s diarios se llevarán a cabo en todos los autorizado­s para movilizars­e dentro de la burbuja.

Además no habrá venta de entradas al público en general, sino a personas selecciona­das, que deberán observar estrictas medidas biosanitar­ias. (France 24).

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