En palabras de una docente lectora
“Descubrí a Mariana Furiasse como quien no quiere la cosa, en mis paseos de sábado a la mañana por la librería Henry. Buscando libros para mis hijos, en las estanterías de literatura infantil primero y literatura juvenil después. 'Rafaela' deleitó a mi hija Catalina, quizás porque las dos son tímidas, tal vez porque los tímidos tienen tantísimo para decir y están ahí, como si no estuvieran, esperando que alguien repare en ellos.. A partir del hallazgo de 'Rafaela', empezamos a regalarlo a nuestras más queridas amistades. Muchas gracias de rigor al recibirlos. ¡¡Pero qué hermosura!!! al poco tiempo, cuando terminaban de leerlo. Qué hermosuras de corazón, de esos que no se dicen como un cumplido”, detalla Mariana Nieto, docente.
“Ni bien salió el último libro, Antonela de Henry Libros me wassapeó la foto de tapa de 'Constelación de nado'. Allá fui rauda. Allí, Mariana Furiasse se zambulle en el mundo adolescente, con la profundidad que solo las plumas sensibles logran. Bucea en sus angustias y alegrías. Sube a la superficie, con alivio y una bocanada de aire, un mensaje de esperanza. Su escritura es sencilla y llena de detalles enriquecedores. Es tranquila. Es la vida. Madre de una nadadora, nadaremos. Las miro desde la orilla a las dos. A Cata y a Mariana. La llegada de 'Constelación de nado' es una alegría renovada. Eso es justamente lo que pasa con Mariana Furiasse, escribe como una estrella, qué digo una estrella... como una constelación. Pero no se la cree, lo que la hace doblemente grande. Todo lo que escribe es un universo”.