Ecoansiedad, el efecto en la salud mental que trae el calentamiento global
Los resultados muestran que el 84% está preocupado por el cambio climático y 6 de cada 10 está experimentando “tristeza, ansiedad o enojo” al respecto.
a crisis por el calentamiento global está afectando la salud de las personas, no solo en términos del impacto directo de los fenómenos climáticos extremos, la contaminación y la pérdida de biodiversidad; sino también de malestar psicológico frente a un posible futuro catastrófico, la “ecoansiedad”.
En 2017, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA por su sigla en inglés) definió a la ecoansiedad como el “miedo crónico a la destrucción
Lmedioambiental”. 16 y 25 años de 10 países
Con el mismo sentido, en diferentes, y publicado por 2005 el filósofo Glenn Albrecht “The Lancet”. había acuñado el término“solastalgia”parareferirse Los resultados muestran que el 84% está preocupado a una forma de angustia, por el cambio climático y estrés mental o seis de cada 10 está muy o existencial causado por el extremadamente preocupado, deterioro de la casa común y experimentando sentimientos una década después la revista de “tristeza, ansiedad médica “The Lancet” lo o enojo” al respecto. consignó como un concepto En casi la mitad de los encuestados, de contribución al impacto sus sentimientos del cambio climático en la sobre la destrucción ambiental salud del ser humano. “afectan negativamente
Y a la hora de magnificar su vida diaria”. el fenómeno, viene a cuento Además, 8 de cada 10 el Estudio Global sobre la consideran que los adultos ecoansiedad en adolescentes “fallaron en cuidar el planeta”, y jóvenes, y sus creencias el 75% cree que “el sobre las respuestas futuro es aterrador”, 6 de gubernamentales al cambio cada 10 califica como negativa climático" realizado por la respuesta gubernamental, la Universidad de Bath y el más de la mitad adhiere Centro de Medicina de
Stanford a partir de 10.000 encuestas a personas de entre a la idea de que “la humanidad está condenada” y una proporción similar piensa que “tendrá menos oportunidades que sus padres”. En cuatro de cada 10, además, este pesimismo respecto al mañana se traduce en que “dudan de tener hijos”.
Noobstante,especialistas locales deslindaron estas emociones de toda connotación patologizante.
“Yo como médico psiquiatra que estoy al tanto de las nosografías actuales no diagnosticaría que una persona llegue a un nivel sintomático por su percepción del medioambiente”, dijo el psicoanalista y médico psiquiatra integrante de la Asociación Psicoanalítica
Argentina, Gustavo Corra.
“Lo que sí es cierto es que hay una preocupación general en términos de que la gente, ya sea porque lo siente, lo huele, lo ve, o lo escucha o se lo cuentan entidades más o menos serias, se anoticia que está viviendo en un medio en riesgo; y esto es parte hoy de las preocupaciones existenciales del ciudadano de a pie”, agregó.
Por su parte el biólogo, filósofo y militante socioambiental Guillermo Folguera planteó que “se da la paradoja” de que un conjunto de síntomas como los asociados con la ecoansiedad puedan ser leídos también “un signo de salud y no de enfermedad” dado que “una persona que está recibiendo información” negativa sobre la calidad del medioambiente, es esperable que reaccione corporal y mentalmente a ese estímulo.
“En muchos casos son reacciones lógicas frente a una situación externa muy
La Asociación Estadounidense de Psicología definió a la ecoansiedad como el “miedo crónico a la destrucción medioambiental”.
violenta y desde ese enfoque, que los pibes y pibas de cierta edad tengan reacciones físicas frente a este descalabro socioambiental habla de cierta sanidad, lo grave sería que no la tengan”, dijo.
En ese sentido, citó al escritor italiano Franco “Bifo” Berardi, quien durante una entrevista reciente señaló que “estamos en un momento tan inédito porque es la primera vez en su historia que el capitalismo no puede prometer mundos mejores”.
“No es que estamos teniendo una comunidad de paranoicos que ven que el mundo los odia, sino pibes que ven que el mundo está arrojando un escenario de destrucción y ellos no tienen las herramientas mínimas para ser interlocutores en la toma de decisiones. Hay que hacer algo con esa reacción de angustia”, dijo.
Folguera contó que en uno de los últimos eventos “un chico de unos 23 años se me acercó para preguntarme '¿cómo manejás vos la angustia y el enojo?'”, frente a lo cual “la respuesta que surge es la cuestión del hacer” que se expresa en el involucramiento en acciones concretas, lo cual no está libre de “tensiones”.