Las nuevas gaseosas de la ciudad
Hace 60 años, en febrero de 1962, comenzaron a promocionarse en nuestra ciudad tres gaseosas de industria nacional, distribuidas por una empresa local.
En 1890, el farmacéutico canadiense John J. McLaughlin abrió una fábrica de agua carbonatada en Toronto y en 1904 crea la Canada Dry Pale Ginger Ale. McLaughlin envió su producto a Nueva York en 1919, llegó a ser tan popular que abrió una planta en Manhattan.
Fue en la década del 60, cuando esas bebidas se presentaron en Bahía Blanca, en medio de un amplio despliegue publicitario, que muy pronto les ganó adeptos en el mercado local.
Los productos fueron canalizados a través de la empresa Sulim Melman, con establecimientos en Lavalle al 600, elaboradora además de vinos, licores y vinagres. Melman sumó aquel año a las gaseosas Canada Dry naranja, Ginger Ale y Spur Cola.
Esta primera etapa de comercialización se extendió hasta 1965, y luego de un impasse regresaron al mercado en 1967, con la apertura de la embotelladora autorizada Bendetti que presentó estos productos como "la bebida sin alcohol de más alta calidad en el mundo".
Una de las características más importantes de Canada Dry era que se elaboraba "con el agua de mayor pureza que existe".
¿Cuál era el argumento principal de esa afirmación? Simple: se aseguró que era "el líquido que bebían los astronautas en sus viajes espaciales".
Por otra parte, la gran innovación era que a los tamaños individuales, propios de bares y restaurantes, se sumaban las "prácticas y económicas" botellas familiares de un litro.
Cada una con su propio slogan. Ginger Ale, "la deliciosa bebida a base de jengibre y sabores de lima y limón"; Canada Dry, "la que contiene todo lo que tiene la naranja natural... menos las semillas", y Spur Cola, "la más rica de todas...".