“Queremos saldar una deuda histórica: hacer el barrio de la UOCRA”
Lo dijo Carlos De Boer, actual delegado normalizador de la seccional local y candidato oficialista en las elecciones del jueves.
Los tiempos violentos parecen haber quedado atrás. La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina transita, desde noviembre pasado, un proceso preeleccionario en paz, como hace mucho tiempo no sucedía en nuestra ciudad.
El próximo jueves, los más de 5.200 afiliados a la seccional local elegirán, después de casi 5 años estar en manos de delegados normalizadores, nueva comisión directiva.
Se presentarán dos listas. La oficialista, la Blanca, será encabezada por Carlos Segundo Jongewaard de Boer, quien llegó hace 4 años desde La Plata para normalizar la delegación, que venía de quedar acéfala por la judicialización del caso Humberto Monteros, y decidió radicarse en nuestra ciudad. Enfrente estará la Verde, que postula a Jacob Pirul como secretario general.
“La verdad que no me sorprendió que se presentara otro frente. Si no hubiera lucha interna, no sería la UOCRA. Lo positivo es que el otro grupo también entendió los beneficios de atravesar la campaña en paz, sin violencia de por medio. El ejercicio de la competencia sana siempre es positivo. Me hubiera preocupado más si hubiera ido como lista única, porque soy de los que piensan que el derecho genuino de una conducción se gana a través de las urnas”, señaló De Boer, quien, como el Estatuto lo exige, se radicó formalmente en nuestra ciudad para poder ser candidato.
“No pusimos ningún palo en la rueda para que participen. No se buscaron excusas de ningún tipo para obstaculizar su postulación. Sí hubo dos agrupaciones más con interés, pero no obtuvieron los avales que requiere el estatuto”, añadió.
De Boer definió como altamente positivo que la población ajena al gremio prácticamente no se haya enterado de las elecciones en el gremio con sede en Saavedra 470.
“Desde noviembre que estamos en proceso eleccionario y la gente del barrio ni se enteró. Eso quiere decir que algo cambió. Antes, los hechos de violencia eran moneda corriente cuando se acercaba la fecha de los comicios”, amplió.
--¿Cuándo decidiste quedarte en Bahía y convertirte en candidato?
--La idea fue madurando de a poco. Obviamente que se necesita el visto bueno de la cúpula nacional para que un delegado normalizador se transforme en candidato, pero la realidad es que se dio casi sin querer.
“Debo admitir que cuando llegué a Bahía, hace 4 años, no lo hice porque quise, sino porque me designaron para hacer un trabajo determinado. Y vine con cierto escepticismo y algunos temores, porque a su vez era la primera intervención que desarrollaba, ya que en otras seccionales estuve como acompañante de alguien”.
--¿Y qué encontraste?
--El primer año no fue nada sencillo. Tuvimos muchos conflictos que resolver y fundamentalmente mucha lucha interna, entre los propios compañeros, que algunos veían que estaba bien la intervención y a otros les convenía que no se hiciera.
Así que costó cumplir el primer objetivo, que era pacificar la seccional. Pero me empezó a gustar Bahía, hasta que hace dos años decidí radicarme y vivir aquí como un bahiense más.
--¿Cómo lo tomaron los compañeros?
--Soy conciente que en la UOCRA hay mucho arraigo y me han criticado por ser “foráneo”, pero también es cierto que es un sector “golondrina”, en el que hoy estás en un lugar y mañana en otro, porque el trabajo de la construcción así lo demanda. Y aún más en Bahía, que recibe muchos trabajadores de la construcción de distintos sitios.
“Yo desde el primer día trabajé como si fuera un bahiense y siempre procurando el bien para la ciudad y para los afiliados de la seccional. Y eso la gente lo vio y por eso un gran número de compañeros avaló y apoyó mi candidatura, porque también tienen claro que iniciamos un camino nuevo y la mayoría no quiere volver atrás, a políticas pasadas que estaban teñidas de corrupción y exclusión”.
--Puertas adentro, una de las cosas que se te valora es que “apagaste el incendio”.
--Es una realidad que
"Que no se confundan: tener capacidad de diálogo no quiere decir que somos blandos a la hora de negociar".