Discusión vecinal con trágico desenlace
La violenta situación que derivó en el crimen de Cabrera se produjo a fines de 2012, en la zona de Cabo Farina al 600.
El episodio se registró alrededor de las 13.45, luego que Cabrera interrumpiera su almuerzo para atender a Soto, quien llegó al lugar y reclamaba su presencia a los gritos desde la vereda.
“Según me comentó la mujer de Cabrera, hace 40 días, ella y la exconcubina de Soto habían mantenido una discusión a través de los patios; pero la situación se había tranquilizado y ahora vivían en armonía”, comentó en ese momento el comisario Claudio Petrizán, quien por entonces se desempeñaba como segundo jefe de la comisaría Primera.
Describió que ese día el procesado arribó a la casa de su exconcubina, lindera a la de la víctima, y se enteró de la disputa.
“Al parecer, Soto tomó conocimiento de aquel conflicto y llegó hasta la casa de Cabrera para recriminarle”, agregó el uniformado.
Describió que “Soto comenzó a los tiros y, de los varios que efectuó, dos de ellos impactaron en la víctima fatal”.
Uno de los proyectiles disparados hirió a la víctima en la arteria femoral y el restante, con orificio de entrada y salida, en el muslo derecho.
“Debido a los disparos, los hijos de Cabrera se levantaron y con la mujer lo socorrieron, llevándoselo hacia el interior de la vivienda, donde lo sentaron en una silla, pero el hombre se desvaneció y cayó muerto entre la cocina y el comedor”, dijo Petrizán.
En medio del incidente también resultaron lesionadas las dos hijas adolescentes del acusado, quienes habrían llegado hasta el lugar para evitar que su padre atacara al vecino.