Gasoducto entre Vaca Muerta y Salliqueló: la meta puesta en 2023
El gobierno trabaja a contrarreloj para que las obras puedan ser licitadas y ejecutadas de cara al invierno del año próximo.
Si bien en Argentina, en cuanto a anuncios se refiere, lo mejor es esperar a ver para luego creer, todo parece indicar que la construcción del gasoducto Vaca Muerta – Salliqueló va en serio.
Al menos todo parece indicar que una obra clave, no sólo para el país, sino para Bahía Blanca y su región en lo que hace a la disponibilidad de gas para emprendimientos industriales, tiene muchísimas chances de traducirse en hechos.
Según el presidente de Integración Energética Argentina (IEASA), Agustín Gerez, el objetivo de la empresa estatal, adjudicataria de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, es finalizar las obras para el invierno de 2023.
"En cuanto a los plazos, tenemos previsto durante el transcurso de febrero tener publicada la licitación de caños y durante el transcurso de abril o mayo, licitar la obra", estimó Gerez.
El funcionario aseguró que el "objetivo prioritario" es "tener listo el gasoducto para el invierno de 2023" y, asimismo, destacó la importancia de la obra, al señalar que la misma tiene como objeto "mejorar todo el sistema de transporte de gas que rige hoy en Argentina".
"Además del Gasoducto Néstor Kirchner, se van a hacer ampliaciones en los gasoductos existentes de Transporte de Gas Natural (TGS); se va a hacer la revisión del gasoducto Norte y se va a construir el Gasoducto Mercedes-Cardales", detalló el presidente de la ex Enarsa.
La realización de las obras, subrayó Gerez, tendrá como "objetivo prioritario", reducir la demanda de divisas, necesarias para la importación de energía.
En ese sentido, estimó que, de estar construido actualmente el conjunto de proyectos, el país hubiera ahorrado US$ 1.500 millones en divisas durante el invierno de este año.
Del mismo modo, al sustituir las importaciones por producción local, los proyectos permitirían "un movimiento en materia laboral y de pymes", recalcó Gerez.
El funcionario criticó a la administración del ex presidente Mauricio Macri, al señalar que durante su periodo "solamente se construyeron 38 kilómetros de gasoducto".
"Con el proyecto, lo que hace el Estado es retomar la planificación en materia energética e involucrarse activamente en el desarrollo de la infraestructura tan necesaria para nuestro país, algo que rigió entre el 2003 y el 2015, donde por ejemplo se construyeron más de 5.500 kilómetros de línea de extra alta tensión o más de 3.000 kilómetros de gasoductos de transporte de gas", precisó el titular de Ieasa.
La obra del Gasoducto Néstor Kirchner, anunciada por el presidente Alberto Fernández en noviembre último, fue declarada de "Interés Público Nacional" esta semana a través del DNU 76/2022, allanando el camino para el incido de los procesos licitatorios de las obras, tarea a cargo de Ieasa que tendrá una concesión de 35 años.
Asimismo, junto a dicho decreto, se constituyó el Fondo de Desarrollo Gasífero Argentino (Fondegas) para su financiamiento,
que se constituirá principalmente con recursos provenientes del Aporte Solidario y Extraordinario y otras operaciones de crédito y renta.
Las obras en conjunto tienen por objeto ampliar la capacidad de transporte en 44 millones de metros cúbicos diarios.
La primera etapa del gasoducto consta de una inversión de US$ 1.566 millones y tiene como obra central el tramo Tratayén a Salliqueló, es decir desde Neuquén a la zona centro oeste de la provincia de Buenos Aires.
Una segunda etapa prevé la continuidad de la obra hasta el sur de Santa Fe, lo que abriría la posibilidad de llegar con mayor volumen del gas de Vaca Muerta a los grandes centros urbanos e industriales del país, así como vincular con el gasoducto del Noreste (GNEA) para abastecer a las provincias de la región hoy aisladas del sistema.
El proyecto viene siendo reclamado desde hace tiempo por la Unión Industrial de Bahía Blanca, sobre todo por el impacto positivo que tendrá en la potenciación de iniciativas industriales en esta región.
“Se trata de una obra clave que permitiría ampliar el mercado comprador y generar un escenario de saldos exportables de gas para evacuar por el puerto de Bahía Blanca, siendo un factor determinante para la factibilidad de nuevos proyectos en el polo petroquímico de Bahía Blanca”, señaló la entidad.
En tal sentido, mencionó una nueva planta de Urea en Profertil y aumento de la capacidad de producción de polietileno en Dow.
Este gasoducto es considerado un "componente medular del conjunto de obras destinadas a ampliar la capacidad del sistema de transporte y gas y a optimizar su utilización", debido a que en la actualidad la capacidad de transporte del fluido producido en Vaca Muerta se encuentra al borde de su saturación.
"En la actualidad la capacidad de transporte de los tres gasoductos que unen la Cuenca Neuquina con los grandes centros de consumo se encuentra prácticamente saturada, implicando que los productores de gas de dicha cuenca no puedan seguir incrementando su producción más allá de unos 5 millones a 6 millones de metros cúbicos diarios adicionales, precisamente por imposibilidad de evacuarla", se precisó en el DNU.
Además de la necesaria provisión de gas a los usuarios residenciales, industriales y comerciales, la obra será tendrá una importancia fundamental desde el punto de vista fiscal y de la balanza comercial energética.
Al respecto, tanto en los considerandos del DNU como en los de la resolución de Energía se destacó que, una vez finalizada, la obra representará un ahorro al Estado de unos US$ 1.000 millones cada año por la sustitución de importaciones,
Urea, metanol, polipropileno, etileno son algunos de los productos que podrán ser producidos a nivel local.