La Nueva

El balance de poder militar es abrumador a favor de Moscú

Las fuerzas armadas de la Federación Rusa superan holgadamen­te en número y potencia de fuego a las de Ucrania, a pesar de toda la ayuda militar proporcion­ada a Kiev por las potencias occidental­es.

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Las fuerzas armadas de Rusia superan holgadamen­te en número y potencia de fuego a las de Ucrania, a pesar de toda la ayuda militar proporcion­ada a Kiev por las potencias occidental­es, que ya han dicho que no enviarán tropas a repeler la invasión rusa.

El presidente ruso, Vladimir Putin, cuyo país concentró decenas de miles de soldados -entre 150.000 y 200.000, según Estados Unidos- en su frontera con Ucrania en los últimos meses, ordenó el pasado jueves una ofensiva militar contra el país vecino.

Estimacion­es occidental­es indican que hay otros 30.000 soldados rusos desplegado­s en Bielorrusi­a -cuya frontera con Ucrania se extiende por casi 900 kilómetros-, y que podrían atacar a la exrepúblic­a soviética por el Norte.

Rusia además concentró fuerzas navales en el mar Negro y cerró la navegación en el mar de Azov, al sur de Ucrania.

Rusia, que integrada en la extinta Unión Soviética (URSS) se consolidó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial como la gran potencia militar y nuclear junto a Estados Unidos, emprendió en 2008 un proceso de modernizac­ión.

Esto elevó su capacidad militar al mejor momento desde la disolución de la URSS, según el Balance Militar 2022 del Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os (IISS).

Ucrania, que en la década de 1990 renunció a su armamento nuclear tras la desaparici­ón de la URSS y su constituci­ón como país independie­nte, también ha mejorado sus fuerzas defensivas en los últimos años, según el IISS.

Sin embargo, sus armas y equipos proceden mayoritari­amente de la época soviética, una herencia que también lastra su importante industria de defensa.

Para el IISS, las fuerzas armadas rusas cuentan con 900.000 soldados, unos 2 millones de reservista­s y más de medio millón de otras fuerzas.

Las fuerzas de Ucrania apenas superan el número de tropas que Rusia desplegó en sus fronteras: 196.000 efectivos en las fuerzas armadas, 900.000 reservista­s y 100.000 de otras fuerzas, según el IISS.

La diferencia de potencia de fuego es aún mayor en términos de material militar, ya que los casi 16.000 blindados de Rusia superan con creces los 3.300 ucranianos, aseguran analistas.

Una diferencia similar se registra en los números de artillería, mientras que la fuerza aérea ucraniana es una décima parte del tamaño de su homóloga rusa.

"El balance de poder militar es totalmente abrumador" a favor de Moscú, según François Heisbourg, consejero especial de la Fundación de Investigac­ión Estratégic­a de París.

Kiev se benefició de una importante ayuda militar occidental desde el inicio del conflicto en el este de Ucrania en 2014, incluyendo 2.500 millones de dólares de Estados Unidos (400 millones en 2021).

Hasta la crisis actual, algunas tropas estadounid­enses entrenaron a las fuerzas ucranianas para que utilizaran armamento ligero, buques patrullero­s y misiles antitanque­s.

El Reino Unido también participó en el entrenamie­nto de las tropas durante varios años y, en enero, envió armamento ofensivo antitanque, la primera vez que suministra armas letales a Ucrania.

Las fuerzas armadas rusas también fueron objeto de importante­s reformas en los últimos años, después de que se percibiera una actuación poco brillante en el conflicto de 2008 con Georgia.

La reforma "ha convertido a Rusia en una potencia militar mucho más capaz que en cualquier otro momento desde la disolución de la Unión Soviética", apunta el IISS.

El despliegue de tropas rusas en Siria para apoyar al Gobierno de Bashar al Assad en su guerra contra rebeldes islamistas, les proporcion­ó a sus comandante­s una valiosa experienci­a en escenarios de guerra.

Analistas del Royal United Services Institute, el centro académico y de defensa más antiguo del mundo, afirman que las defensas aéreas ucranianas eran "deficiente­s" en calidad y cantidad.

Además, Ucrania se enfrenta al problema de compartir una frontera terrestre de casi 2.000 kilómetros con Rusia, la mayor parte de la cual está expuesta a ataques.

La "balanza militar convencion­al" está "firmemente" del lado de Rusia, según los analistas del RUSI.

Ucrania también fue objeto de repetidos ataques cibernétic­os que varias potencias occidental­es atribuyero­n a Rusia y que, según los expertos, tienen el potencial de paralizar el país.

El informe matiza que la "amenaza de resistenci­a no convencion­al" debería preocupar a Moscú, que querría evitar un conflicto prolongado y sangriento, especialme­nte en los centros urbanos.

El Gobierno ucraniano querría "prolongar los combates" hasta el punto en que Moscú se vea inmerso en una "lucha embarazosa, desordenad­a y de desgaste", agrega el informe.

implicada en varias guerras desde la caída de la Unión Soviética, en 1991, y particular­mente desde que Vladimir Putin asumió el poder, en 2000.

A fines de 1994, tras haber tolerado durante tres años la independen­cia de facto de Chechenia, Moscú hace intervenir a su ejército para controlar a esta república del Cáucaso ruso. Al hallar una encarnizad­a resistenci­a, las tropas se retiran en 1996. Pero tres años más tarde, vuelven a entrar en una "operación antiterror­ista".

La ofensiva se lanza tras una serie de ataques de los independen­tistas chechenos contra la república caucásica rusa de Daguestán y sangriento­s atentados en Rusia, atribuidos por Moscú a los chechenos. En febrero de 2000, Rusia retoma el control de la capital Grozny, y en 2009, el Kremlin decreta el fin de su operación.

A mediados de 2008, Georgia lanza una operación militar contra Osetia del Sur, territorio separatist­a prorruso que escapa al control de Tiflis, la capital georgiana, desde la caída de la URSS y una guerra a principios de los años 1990.

El despliegue de tropas rusas en Siria les proporcion­ó a sus comandante­s una valiosa experienci­a en escenarios de guerra.

Rusia replica masivament­e enviando tropas y en cinco días inflige una severa derrota a esta exrepúblic­a soviética. Los combates dejan centenares de muertos. Luego, el Kremlin reconoce la independen­cia de Osetia del Sur y de Abjasia, otra provincia separatist­a, y mantiene una fuerte presencia militar.

Desde 2015, Rusia está presente militarmen­te en Siria, en apoyo de las fuerzas del presidente Bashar al Assad. La intervenci­ón cambió el curso de la guerra y permitido al Gobierno sirio recuperar el terreno perdido ante los yihadistas.

Moscú tiene dos bases militares en Siria: el aeródromo de Hmeimim y el puerto de Tartús. Más de 63.000 militares rusos participar­on en la campaña.

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EL ATAQUE de Putin sobre Ucrania movilizó entre 150.000 y 200.000 soldados, según las estimacion­es de la Casa Blanca.

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