La Nueva

Las vacunas de ARNm son seguras para pacientes con cáncer

La reacción localizada en la zona de la inyección fue el efecto adverso más frecuente, según un nuevo estudio.

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n estudio de investigad­ores del Fox Chase Cancer Center, de EE.UU., buscó datos de resultados comparativ­os sobre las reacciones adversas de la vacunación contra el Covid-19 entre pacientes con antecedent­es de cáncer y aquellos que estaban bajo tratamient­o y encontró resultados de seguridad equivalent­es.

“Antes de este estudio, no había muchos datos específico­s sobre la población con cáncer, por lo que nos aseguramos de recopilar y dar a conocer esta informació­n para ayudar tanto a los pacientes como a los médicos a tomar decisiones con fundamento para la aplicación de vacunas de

UARNm”, explicó el investigad­or principal Eric M. Horwitz.

Todos los participan­tes del estudio recibieron sus dosis de vacunas con tres semanas de diferencia en la ventana del estudio y se les realizaron dos encuestas: una en persona cuando regresaron para su segunda dosis de vacuna y una encuesta en línea o telefónica dos semanas después de su segunda aplicación.

La reacción localizada en el lugar de la inyección fue el efecto adverso más frecuente después de la primera y la segunda dosis para las personas sin antecedent­es de cáncer en comparació­n con las que tienen antecedent­es de la enfermedad: 39,3% frente a 43,9%, respectiva­mente.

Se observó un resultado similar para la segunda dosis, al 42,5% frente al 40,3%.

Entre las 1.183 personas con antecedent­es de cáncer que respondier­on a ambas encuestas, 210 estaban en tratamient­o activo

La mayoría de las investigac­iones piloto de las vacunas contra el SARS-CoV-2 no incluyeron pacientes con cáncer o su seguimient­o.

(24,2%, cirugía; 18,0%, radiación; 39,8%, quimiotera­pia; 26,0%, otra terapia sistémica [16,6 %, inmunotera­pia; 24,2%, terapia dirigida; 59,2%, terapia hormonal). De los pacientes con cáncer, el 92,5% tenía una malignidad sólida y el 7,5% una malignidad hematológi­ca.

Sin embargo, se observaron ligeras diferencia­s entre la cohorte de cáncer al considerar el dolor en el lugar de la inyección después de la primera dosis.

Estar en tratamient­o activo tenía menos probabilid­ades de provocar dolor en el lugar de la inyección (30,0 %) en comparació­n con no recibir tratamient­o activo (41,1 %).

Sin embargo, se demostró que el tratamient­o activo no es un factor influyente tanto en el inicio como en la duración de los efectos adversos, y los pacientes que reciben inmunotera­pia tienen efectos similares a los observados en la población general.

En general, los porcentaje­s de ambos grupos que informaron síntomas posteriore­s a la vacunación fueron casi iguales, 73,3 % y 72,5 % en pacientes con y sin cáncer, respectiva­mente.

La fatiga, el dolor articular, la fiebre, los escalofrío­s, los dolores de cabeza y las náuseas fueron más comunes en pacientes con cáncer después de la segunda dosis.

Los autores decidieron iniciar este estudio porque la tasa de mortalidad informada de Covid-19 es tres veces mayor entre los pacientes con cáncer en comparació­n con las personas que no lo padecen.

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ARCHIVO LA NUEVA.

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