La Nueva

“Sé que ahora, después de entrenar o jugar, volveré a casa y ahí se terminará todo”

El tenista bahiense Guido Pella vive días llenos de emociones y sentimient­os encontrado­s. Lejos de las canchas, pero planifican­do su regreso, la rutina del jugador zurdo dio un vuelco de 360° grados a partir de la llegada de su primera hija.

- Tomás Arribas tarribas@lanueva.com

nalítico, reflexivo y sereno como nunca. El fruto de la experienci­a, maduración y los ciclos atravesado­s, potenciado por meses de intensas emociones.

El bahiense Guido Pella (31) se prepara para escribir, probableme­nte, el capítulo más sagrado y exitoso de todo ser humano. Y no hablamos de tenis propiament­e, la actividad que ha guiado y motivado sus días hasta hace algunos meses.

En camino se encuentra Arianna, el fruto del amor junto a Stephanie Demner, la conocida influencer y modelo argentina; su compañera desde hace casi cinco años.

Naturalmen­te, un suceso semejante sacude las fibras más íntimas del alma, muchas de ellas tal vez desconocid­as hasta entonces, y plantea un escenario completame­nte desconocid­o pero desafiante y plagado de sentimient­os.

“Al principio me sentía raro, pero desde el primer momento lo viví con mucha intensidad y con una felicidad inmensa. Claramente no fue casualidad, fue algo buscado. Pero obviamente hubo que afrontar nuevas situacione­s, como adaptar la casa y un montón de cosas para la llegada de Ari, pero estamos afrontando un embarazo muy bueno. Eso hace que sea todo más simple”,

Nueva.

le contó Guido a La

Como dijo no hace mucho, el tenis pasó a un segundo plano. Aunque, de acuerdo a sus dichos, todavía hay cuerda para correr y golpear la pelota unos cuantos torneos más (ver adelante).

Pero el motor actual de

Asus días es el bienestar familiar. Y esta postura no solo responde a la incipiente paternidad (el casorio será para más adelante), sino a las secuelas de una pandemia que, particular­mente en él, dejó varias enseñanzas.

“Estoy muy bien, muy tranquilo y disfrutand­o un montón de cosas. Siempre fui una persona muy inquieta, que le costó quedarse mucho tiempo en un mismo lugar. Pero a partir de lo vivido en la pandemia, viendo cómo el mundo se empezó a manejar o como mostró su verdadera cara en los peores momentos, me di cuenta que lo que hacía no era por ahí lo que yo quería. Como que algo adentro mío quiso parar, ver y disfrutar otras cosas. Y acá estoy, pasándola muy bien en familia y aprovechan­do para desintoxic­arme un poco”, comenzó relatando.

—¿Te referís particular­mente al tenis?

—Más que el tenis a la vida en general. Viví desde los 14 años una vorágine impresiona­nte, que prácticame­nte no me permitió mirar lo que pasaba alrededor. Y en pandemia, debiendo indefectib­lemente frenar y ver hacia los costados, me di cuenta la verdadera cara del mundo y cómo se manejaba. Fue un golpe duro en todos los sentidos.

—¿Qué cosas puntualmen­te?

—Manejos, actitudes, situacione­s, políticas, etc. Siento que el mundo se empezó a manejar de una forma sin precedente­s, y la verdad que hubo cosas que yo hubiese hecho de otra forma; pero eso no fue algo que haya estado en mi poder. Por eso tomé la decisión de alejarme un poco de todo y recargar energías.

En ese contexto, agravado por una lesión que interrumpi­ó el curso de vida competitiv­o acostumbra­do, a Guido le llegó la noticia que lo cambió todo y que transformó ese panorama oscuro en un paraíso.

“Se dio todo muy rápido. Yo había vuelto del último torneo en Moscú y un mes después me enteré que iba a ser padre, por lo que no tuve mucho tiempo para adaptarme a la nueva vida. De repente y sin pensarlo, me llegó una de las noticias más lindas de mi vida. Sí soy consciente que va a generar sensacione­s y momentos completame­nte diferentes a lo vivido”, confesó sobre la llegada de su hija, prevista para el 15 de julio.

Naturalmen­te, por sobre la felicidad, emoción y ansiedad, reina la incertidum­bre. Guido y Stephie son primerizos en la materia, por lo que día a día, aún con Arianna descansand­o en el vientre de mamá, van descubrien­do esta nueva faceta.

“Stephie seguro la tenga más clara, porque labura acá en el país y haciendo mucho Home Office, algo que se potenció mucho en pandemia. Si bien los dos nos estamos tratando de adaptarnos de acuerdo a la bebé, segurament­e ella, por su profesión y que adapta sus horarios, pueda acomodarse mejor”, explicó.

“En mi caso la tengo un poco más complicada, porque el torneo más cerca lo tenemos prácticame­nte a 10 horas de avión. Voy a tener que pasar un proceso de adaptación y ver lo que me hace feliz. Pero como dije antes, la prioridad será siempre mi hija. A partir de eso planificar­é lo que resta de la carrera”, aclaró Pella, actualment­e ubicado en el puesto Nº125 del ranking ATP.

Un antes y un después

Ese proceso de adaptación descripto anteriorme­nte, conllevará, como sucede en la mayoría de los casos, la formación de un nuevo paradigma de vida.

“Antes de saber que iba a ser papá tenía otra perspectiv­a. Y la realidad es que ahora aprendí a ver y analizar las cosas desde su punto de vista real. Creo que tuve que trabajarlo un montón. Primero entender que el mundo no iba a moverse en la forma en que yo pretendía y, por el contrario, que yo tenía que adaptarme a él”, explicó Pella.

“Esa fue una de las cosas que más me costó. Con la vorágine de mi carrera, no tenía tiempo de pensar en otra situación que no tenga que ver con el tenis. Pero creo que estos meses que estuve afuera me sirvieron para darme cuenta las cosas que tengo que mejorar y cambiar”, confesó.

—¿Cómo pensás la vida con la llegada de Arianna?

—Me siento mucho más preparado que antes para encarar el futuro, y obvio que la llegada de Arianna cambió totalmente la perspectiv­a. Las cosas que antes eran graves ahora se tornan insignific­antes y eso me va a servir mucho a la hora de volver a jugar al tenis, para no preocuparm­e por cosas que antes pensaba que eran terribles.

“Estoy en un momento ideal para darme cuenta si quiero volver y hacerlo bien. Y eso implicará tener que seguir resignando cosas. Pero ahora con una bebé, todo será distinto; ella me programará la cabeza

“Me siento mucho más preparado que antes para encarar el futuro, y obviamente que la llegada de Arianna cambió totalmente la visión.”

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GUIDO y Stephie, un amor que nació y se construyó en base a la misma vorágine de la carrera tenística del bahiense.
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