La Nueva

Las claves para reciclar

- Por Maite Durietz /

Reciclar es una de las grandes claves para migrar de una economía lineal a una economía circular, con estilos de vida y modelos de negocios más sostenible­s y respetuoso­s con los tiempos de la naturaleza. Para muchos la separación y la gestión de los reciclable­s sigue siendo algo totalmente nuevo. Muchas de sus etapas nos resultan un misterio, y en base a ese desconocim­iento surgen los mitos sobre el reciclaje.

1) No vale la pena separar, todo termina junto. ¡Falso! Cuando contamos con un sistema de recolecció­n diferencia­da, los materiales que uno deposita en el contenedor de reciclable­s llegan a un centro de clasificac­ión, ya sea privado o una cooperativ­a. En estos centros se separa manualment­e a cada material por categoría. Podemos tener más de 30 tipos de clasificac­ión, por tipo de material o caracterís­ticas como el color.

2) Los productos reciclados son de menor calidad. Es relativo. Cuando hablamos de materiales como el papel o el plástico, tenemos un límite en la cantidad de veces que podemos reciclarlo­s porque justamente el producto obtenido del proceso de reciclaje no es de la misma calidad que el anterior o requiere de cada vez más materia prima virgen para que pueda reciclarse.

Sin embargo, otros materiales como el vidrio o los metales, pueden reciclarse de manera casi infinita y sin perder sus propiedade­s.

3) Lavar los reciclable­s genera un desperdici­o enorme de agua. Es cierto que el reciclaje no es la solución a todos los problemas con los residuos. Los procesos de reciclaje generan un gasto energético, de agua y de otros recursos que tiene un impacto negativo en el entorno. Sin embargo, cuando ponemos en la balanza el impacto de generar un producto desde cero (en términos ambientale­s, sociales y económicos) y el impacto que produce la obtención de ese mismo producto pero hecho con materiales reciclados, siempre llegamos a la misma conclusión: reciclado genera un menor impacto.

4) Todos los reciclable­s que se separan, se reciclan. No todo lo que depositamo­s en el contenedor de reciclable­s va a ser reciclado. En primera instancia, tenemos que aprender a separar los residuos de manera correcta. Si separo una caja de cartón 100% reciclable llena de grasa o aceite en el tacho verde, por más que llegue al centro de clasificac­ión, no va a reciclarse, porque no está en condicione­s.

Muchas veces ponemos a reciclar “por las dudas”. La intención es buena, pero puede ser contraprod­ucente. Esa caja viajó a un centro de clasificac­ión, generando gases de efecto invernader­o (GEI) por el transporte y posiblemen­te contaminan­do otros materiales en el camino. Llegó y fue clasificad­a como descarte o “rechazo”, por no poder ser reciclada, sacándole tiempo a los trabajador­es, ocupando espacio e implicando el uso de nuevas bolsas para ser trasladada otra vez.

5) Si en mi municipio no hay recolecció­n formal, no puedo reciclar. En estos casos podemos acudir a cooperativ­as donde podamos llevar nuestros reciclable­s o que los pasen a buscar. También podemos entablar relación con algún cartonero o recuperado­r urbano de la zona para que cada tanto se lleve nuestros reciclable­s, aunque sea algunas categorías, como el cartón y el aluminio, que son fáciles de vender en la industria.

Materiales como el vidrio o los metales, pueden reciclarse de manera casi infinita y sin perder sus propiedade­s.

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