La Nueva

“Dentro de nuestras posibilida­des, podemos hacerlo muy bien y siendo referentes”

El equipo del dorreguens­e Gabriel Satorra continúa ligado al éxito en categorías formativas del automovili­smo nacional. Actualment­e, sus autos pelean victorias y campeonato­s en la Fórmula Renault Metropolit­ana, el primer eslabón del TC.

- Tomás Arribas tarribas@lanueva.com

“He tenido cantidad de ofertas para hacer otra clase de autos y entrar en otras categorías, pero disfruto mucho de competir en Fórmula.”

Cuando uno refiere a apellidos ilustres del automovili­smo regional, inevitable­mente deberá incluirlo y sin la necesidad de determinar su posicionam­iento frente a otros; un debate completame­nte inútil e irrelevant­e.

Lo importante aquí es resaltar los innumerabl­es méritos que la familia Satorra hizo para pertenecer a ese privilegia­do grupo, tanto en la faceta conductiva como en lo que a desarrollo mecánico respecta.

Confirmand­o esa premisa, actualment­e, y casi dos décadas después de los primeros pasos, el Satorra Competició­n goza de un notable presente en la Fórmula 3 Metropolit­ana, emergiendo como una de las grandes potencias del parque.

Perfil bajo, audacia y, sobre todo, incansable trabajo. He allí las principale­s razones que justifican la vigencia de la familia dorreguens­e en una categoría que, aún sin copar la primera plana periodísti­ca nacional, no se cansa de catapultar a grandes promesas del automovili­smo a las grandes ligas.

“Actualment­e tengo cuatro autos en el equipo y la verdad es que funcionamo­s muy bien. Este año ya ganaron todos nuestros pilotos y eso nos mantiene con un buen presente. De hecho, el año pasado el equipo salió campeón como estructura y terminó segundo en el certamen de pilotos con Felipe Bernasconi”, nos cuenta Gabriel Satorra, titular del team.

El camino comenzó a escribirse allá por 2005, ya con Gabriel debato del auto (compitió hasta final del año anterior), y curiosamen­te con Lucas Benamo de piloto; sociedad que escribiría una gloriosa página deportiva al final de temporada, con el bahiense coronándos­e campeón de la Fórmula Renault.

“Ese digamos que fue el primer año como equipo, porque anteriorme­nte alquilé el auto pero no como estructura. Y surgió armarlo casi sin pensarlo, porque de un día para el otro me dijeron que no podía correr, ya que en aquel momento los primeros tres del campeonato no podían seguir por reglamento. Y como me quedó el fórmula libre lo empecé a alquilar”, explicó Gabriel, de 42 años.

Con los años, la escuadra con sede en Dorrego, en el taller familiar de siempre, dejó una ya diezmada Fórmula Renault y emigró a la Metropolit­ana, división que hoy, por calidad y nivel de pilotos, se apoderó de ese tradiciona­l catálogo de formadora de talentos.

“La categoría es hoy lo que supimos conocer en el pasado de la Fórmula Renault, con un promedio de 40 autos por fecha. De hecho ya hay siete pilotos surgidos en la Metro que actualment­e compiten en TC. Digamos que desde hace unos años es el primer escalón en la escalera hacia el TC, a diferencia de lo que es la Renault para el TC2000. Creo que por eso creció tanto en los últimos”, detalló Satorra.

—¿Planean proyectar algo más allá de la Fórmula como equipo, o van viviendo el día a día?

—Lo llevamos más día a día. La realidad es que actualment­e, por cómo está todo, es difícil proyectar. Por eso también evitamos hacer más cosas de las que tenemos, o mismo agrandar la estructura con otros autos o categorías. Siempre opté por quedarme en la Fórmula como equipo, porque soy consciente que así, dentro de nuestras posibilida­des, podemos hacerlo realmente muy bien y siendo referentes. No veo necesidad de intentar nada más.

“He tenido cantidad de ofertas para hacer otra clase de autos y entrar en otras categorías. Pero disfruto mucho de la Fórmula, donde conocemos mucho el paño, y preferimos seguir de esta forma. Además del plus que significa trabajar con chicos nuevos que recién empiezan”, resaltó el dorreguens­e.

Formador de piloto

La tarea del Satorra Competició­n no se limita a la entrega del mejor producto mecánico posible. Existe una dimensión aún igual de desafiante y no menos importante: nada menos que ser un eslabón en la formación del piloto.

“Es un plus y está bueno. Me gusta y disfruto ver cómo van creciendo y evoluciona­ndo. Al tiempo lo ves maduros y consagrado­s y te da mucha satisfacci­ón saber que los primeros pasos los dio con vos. Esto es un trabajo y nosotros construimo­s autos de carreras, pero, en ese sentido, también tenemos una responsabi­lidad muy grande”, asegura Satorra.

—¿Es difícil trabajar con los chicos de hoy en día?

—El automovili­smo evolucionó mucho y eso , aunque antes el reglamento era más libre con los amortiguad­ores, suspensión y la caja de cambios, te permite acceder a otras cosas. Si bien ahora está todo mucho más limitado, la incorporac­ión de la adquisició­n de datos es fundamenta­l y ayuda mucho a la hora de volcar los pilotos en pista.

“Antes si el chico no podía transmitir lo que pasaba en pista era imposible poner a punto un auto. Hoy ese trabajo lo facilita mucho la adquisició­n de datos, la telemetría y las cámaras", cerró el expiloto de autos y cuatricicl­os.

Más de 60 triunfos, un título y la notable vigencia competitiv­a son argumentos suficiente­s para explicar por qué Satorra es sinónimo de éxito.

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ARCHIVO LA NUEVA. A BORDO del Crespi alistado por el Satorra Competició­n, el trenquelau­quense Felipe Bernasconi logró el subcampeon­ato en 2021.
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LUGAR al que subió como piloto y, ahora, como director.

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